LA AGRESIÓN, MISERIA POLÍTICA

ACONTRACORRIENTE

            Manuel del  Ángel Rocha

El miércoles 2 de Junio del 2010, estando Miguel Ángel Yunes Linares en un acto de campaña para gobernador, en el auditorio municipal de Naolinco de Victoria, Reynaldo Escobar Pérez, entonces Secretario de Gobierno, acorde con su jefe Fidel Herrera Beltrán mandó a las huestes de Cesar del Ángel Fuentes, a secuestrar a quienes permanecían en el interior del inmueble,  sin importar si había mujeres, niños o adultos mayores. En sintonía con su estatura  política, utilizaba para ello a la organización de los 400 Pueblos, la excresencia social, o  los  abandonados de la tierra, que han sido los consentidos de gobierno para sus fines más que retorcidos. La desgracia política se enseñoreaba en Veracruz,  que se ha prolongado hasta nuestros días para desgracia de los veracruzanos.

De siempre he señalado  el pauperismo político  de los 400 Pueblos, pero lo mismo ocurre con Antorcha Campesina, o los movilizados  del Partido Cardenista de Toño Luna, que merced a los convenios orgánicos con el gobierno, es lastimoso observar que la tropa de parias reclutados,  son gente de  la población que vive en hambruna y miseria casi generalizada,  utilizados por   los lideres sin escrúpulos  que aprovechan su condición para  comerciar con ellos. Es moralmente inaceptable y da náusea esta práctica política. Sus  banderas sociales  no dejan de ser verdaderas, solo que el pretexto  de su sedición, siempre es otro, y en el caso de los personeros de Cesar del Ángel,   en los últimos 12 años, su rencor lo han dirigido en contra de Miguel Ángel Yunes Linares, pero  también han tenido otros “blancos” distinguidos, como  Dante Delgado, Marcelo Ebrard, o Patricio Chirinos.   El hostigamiento permanente a  Yunes Linares, se debe a que  siendo Secretario de Gobierno con Patricio Chirinos, del Ángel Fuentes estuvo preso durante cuatro años.

Y la pregunta para  conocer la “tirria” que Cesar le tiene a Yunes Linares, es saber si éste privo de su libertad a aquél, por ejercer el poder de manera arbitraria o autoritaria, o si Cesar había cometido delitos  y era requerido por la autoridad correspondiente. O  si realmente la autoridad estatal y federal fue  omisa al impartir justicia ante  sus demandas,  que como en tantos otros casos, las organizaciones  y sus líderes han sido sujetos de  engaños y atropellos.     O de plano es Javier Duarte quién sostiene al líder de los 400 Pueblos,   dándole un presupuesto capaz de activar a la organización campirana cada vez que lo requiere, como  el 29 de Junio del presente año, que los convocó en las afueras del Congreso local. La provocación   no tiene paralelo en la historia reciente de Veracruz, ni defensa alguna. Resulta despreciativo que en aras de una venganza personal,  individuos,  infiltrados,  incluso fotografiados como posibles policías, fueran quienes  perpetraron la agresión  en contra del Gobernador electo y los funcionarios panistas y perredistas que lo acompañaban. La  ofensiva de los pendencieros se enmarca como la muerte  absoluta de cualquier salida política, con quien gobernará Veracruz por los dos años siguientes. Y si  los agresores  fueron realmente  los integrantes de los 400 Pueblos, estamos hablando que sin emancipación, estás prácticas políticas están muy lejos de erradicarse, y por siempre  estos menesterosos seguirán siendo carne de cañón.

Apesta la asonada, la presencia de Yunes Linares y su comitiva en el Congreso, para denunciar la propuesta del Fiscal Anticorrupción “a modo”, del gobierno de Duarte,  que ese día estaba en la orden del día de la agenda constituyente, premeditadamente la organización campirana se apostó en las afueras del Palacio Legislativo,   para perpetuar la  embestida.   ¿Porque envilecer la política y retornar a las cavernas, al ejecutar mañas podridas y estúpidas, que no solo afectan a los ofendidos, sino también a los sórdidos agresores?. ¿El culto a la personalidad de su jefe, o la necesidad inmediata e insustituible  de estas gentes?, los lleva a niveles ínfimos de conciencia, que nos remite  a  sentenciar que por esa vía casi todo está perdido,  porque exhibe una forma inferior de organización y lucha social. Su desnudez como acción política, solo  es el hambre expuesta ante la opinión pública local y nacional, que los humilla. O es la avaricia de su líder,  que  insaciable, les siembra esperanzas, que nunca se harán realidad.

Esta es otra de las herencias malditas de la administración de 12 años de la fidelidad-prospera, donde nunca la honestidad ha sido su distingo. Es Maquiavelismo en su forma más perversa, que todo lo trastoca, y lo pervierte, socavando formas de convivencia naturales de la  participación social y política. Los personeros de los 400 Pueblos,  solo son servidumbre política al servicio del poder, que   su miseria material, moral y política,  los ponen prácticamente en condición de ilegalidad. La dupla Herrera-Duarte que han  lucrado  con la miseria humana, navegando en la lobreguez y la ilegalidad,  son nefandos actores de la política de la cavernas y  desagües, que han tocado fondo, de donde será casi imposible que no salgan  embarrados.  Son responsables de la miseria política que  vive  Veracruz.