*Defiende a vicepresidenta argentina acusada de corrupción
*Pero persigue a mexicanos por resentimiento y venganza
EN EL argot político se dice que alguien es “candil de la calle y oscuridad de su casa”, cuando sirve a los intereses de afuera y descuida a los de adentro, o lo que es lo mismo, se aplica para indicar que una persona puede ser muy bueno con los individuos lejanos y malo con las cercanos, con los que debería tener conmiseración, y todo por quedar bien en otros ámbitos, ocultando sus resentimientos bajo la piel de una mansa oveja, y por alguna razón la sentencia nos trae a la vente la defensa que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho de la vice presidenta (y ex Presidenta) de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner “ante los ataques judiciales” en su contra “y los embates provenientes de los sectores conservadores en ese país”, luego de que dos fiscales en aquella Nación del cono Sur pidieron para ella penas de hasta 12 años de prisión e inhabilitación para ocupar cargos públicos a perpetuidad por supuesta corrupción en la obra pública durante su gobierno y los que encabezó su difunto esposo. La ex mandataria está acusada de administración fraudulenta y de haber encabezado una asociación ilícita junto con su difunto marido, el expresidente Néstor Kirchner durante los gobiernos de ambos (2003-2015). Fernández presuntamente se dedicaba a direccionar la obra pública en la provincia patagónica de Santa Cruz, que Néstor Kirchner gobernó durante más de una década antes de llegar a la presidencia, y donde aún mantiene su residencia la vicepresidenta. Ante ello, AMLO, que mantiene en prisión a sus adversarios y busca encarcelar, incluso, a su antecesor Enrique Peña Nieto de quien hablaba maravillas, enfatizó: “desde México expresamos nuestra solidaridad con Cristina Fernández ante los ataques en su contra. Ya no es el tiempo de Macri y sus amigos. Hoy toda América Latina alzará su voz para defender la democracia. Cristina no está sola, un continente entero la acompaña”, según el twitter de AMLO que publica Morena.
LO CURIOSO es que en México AMLO es completamente distinto: rijoso, vengativo, persecutor y difamador; un rencor vivo que mantuvo durante tres años en prisión, sin que los tribunales le dictaran sentencia, a la exsecretaria de Desarrollo Social (Sedesol) y Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga, por el caso bautizado como la Estafa Maestra, un presunto desvío millonario de recursos que involucra a 11 dependencias federales durante la administración del expresidente Enrique Peña Nieto. La ex colaboradora de Peña (y quien se negó a seguir a López Obrador en el PRD y luego en MoReNa) fue detenida el 13 de Agosto de 2019 acusada de ejercicio indebido del servicio público cuando se desempeñó como titular de la extinta Sedesol y después en la Sedatu durante el gobierno anterior de 2012 a 2018. Y aunque ganó varios amparos, ha sido tres años después que la exfuncionaria salió del penal de Santa Martha Acatitla para enfrentar en libertad su proceso penal que sigue abierto. Y es que la ASF determinó que durante el gobierno de Peña se habían entregado 73 convenios a 186 empresas subcontratadas por un monto total de 7 mil 670 millones de pesos, pero nada le ha sido probado y por ello no la han sentenciado, pero la mantenían por instrucciones presidenciales detenida.
Y QUE decir de Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos detenido el 12 de Febrero en Málaga, España, por la Interpol y la policía de ese país. El ex funcionario en el gobierno de Enrique Peña Nieto acusado por los delitos de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita, órdenes que derivan de la venta de la planta de Agro Nitrogenados y el caso Odebrecht, del cual supuestamente recibió 10 millones de dólares a cambio de sobornos para beneficiar a la empresa brasileña con contratos, no piso la cárcel tras su extradición sino hasta que fue descubierto en un lujoso restaurante, generándose un escándalo en torno a su persona, aunque en este caso se le mantiene retenido hasta que devuelva parte de los dineros que, presuntamente, recibió y asunto concluido, pero mientras tanto sigue en prisión y su familia enfrenta órdenes de arresto que son negociadas por el papa de Lozoya directamente con el titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero según audios que han circulado, y con todo y ello, el Fiscal sigue como si nada, protegido por AMLO.
OTRO CASO que no interesa al Presidente López Obrador, a diferencia del que envuelve a Cristina Fernández en Argentina, corresponde a Juan Collado, quien hasta antes de su detención en Julio de 2019, en un restaurante de lujo en Lomas de Chapultepec, en la Ciudad de México, era un afamado abogado por tener entre sus clientes a personajes y políticos como Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente Carlos Salinas; al ex líder petrolero Carlos Romero Deschamps, además de ser el encargado de concretar el divorcio entre el expresidente Enrique Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera. No obstante, la Fiscalía General de la República abrió una carpeta de investigación en su contra por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, y en Septiembre de 2020 Collado Mocelo fue vinculado a proceso por fraude fiscal por 36 millones de pesos, y peculado, por 13.7 millones en perjuicio del gobierno de Chihuahua. Desde entonces se mantiene en prisión preventiva en el Reclusorio Norte, mientras se define su situación jurídica por otros delitos. Apenas el 28 de Febrero pasado se realizó en los juzgados federales del Reclusorio Norte una audiencia que tuvo como origen la denuncia que interpuso el abogado Juan Collado en contra de un grupo de litigantes presuntamente vinculados con Julio Scherer, exconsejero jurídico de la presidencia de la República, y aunque la Fiscalía General de la República inició una investigación, la indagatoria fue desechada ya que el acusado es amigo del Presidente AMLO, en este caso, Julio Scherer Ibarra. Los otros acusados fueron los litigantes David Gómez Arnau, Juan Araujo, César González e Isaac Pérez, quienes utilizaban la figura de la consejería jurídica para atraer casos considerados de “alto impacto”. El presidente intervino y todo quedó en malos entendidos, mientras Collado sigue preso.
UN CASO más corresponde al ex Procurador General de la República en el sexenio de Enrique Peña Nieto, Jesús Murillo Karam detenido el pasado viernes en su domicilio de la Ciudad de México por el asunto de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Murillo Karam fue quien llevó la investigación por la desaparición de 43 alumnos de la normal rural “Raúl Isidro Burgos”, por lo que personal policiaco de la FGR cumplió la orden de aprehensión solicitada por esa Institución. Se le acusa de los delitos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de justicia en el caso Ayotzinapa, y finalmente se le vinculó a proceso quedando en prisión preventiva oficiosa por un periodo de por lo menos tres meses, mientras que concluye la investigación, esto a pesar de tener 75 años, cuando la ley dispensa la prisión a los mayores de 70 aunque, por lo visto, estamos ante otro caso de Candil de la Calle y Oscuridad de la casa. Y esos son solo algunos casos. En fin, se defiende a los de afuera, pese a que contra ellos los jueces tenga enderezadas investigaciones judiciales en las que AMLO no debería intervenir, y se amuela a los de adentro, y todo por quedar bien en el ámbito internacional. Así de simple. OPINA [email protected]