Si el México Bronco no ha despertado, las mujeres sí

En menos de setenta y dos horas se cometieron en Veracruz dos feminicidios que quizá en otros tiempos, cuando contábamos aún con la capacidad de asombro, hubieran cimbrado a la sociedad veracruzana e incluso a todo el país. Pero no ahora, cuando estos asesinatos simplemente pasan a formar parte de las estadísticas.

El primero ocurrió en Tecolutla y la víctima fue Estefany, una niña de 13 años ultimada a puñaladas el jueves anterior a eso del mediodía, en una céntrica calle y a dos cuadras del Palacio Municipal, mientras circulaba en su bicicleta.

El presunto asesino es un mozalbete de 15 años, compañero de escuela de la menor, que la acuchilló hasta matarla porque al parecer no hizo caso a sus pretensiones amorosas.

Como sucede en estos casos, la policía se vio lerda y quienes detuvieron al agresor fueron sus padres que lo entregaron a las autoridades.

El otro feminicidio se cometió en Xalapa este sábado en el domicilio de la enfermera Yarazeth Zepeda García de 37 años, originaria de Papantla, que trabajaba en el Centro Estatal de Cancerología y estaba a cargo de la atención a los niños con cáncer.

De acuerdo con versiones, los vecinos escucharon los gritos de auxilio de la joven, luego el ruido del motor del auto de la víctima que salió a gran velocidad.

Antes del asesinato, la enfermera había sufrido hasta en tres ocasiones de robo en su domicilio y denunció los hechos en la Fiscalía General del Estado que simplemente no actuó.

Hoy Yarazeth lo mismo que Estefany ya no viven.

Si es encontrado culpable, el mozalbete que presuntamente asesinó a Estefany saldrá de prisión en cinco años porque así lo estipula la ley. Y como la ley es la ley pues ni modo. Con eso habrá saldado el mortal ataque que le truncó la vida a una niña.

En contrapunto, el asesino o asesinos de Yarazeth pueden alcanzar hasta 60 años de prisión… si los encuentran.

Familiares y amigos de Estefany bloquearon la entrada principal a Tecolutla en demanda de justicia. Y en Xalapa, familiares y amigos de Yarazeth realizaron una manifestación en demanda de lo mismo, mientras las autoridades hacen como que la Virgen les habla.

Digo, para qué nos hacemos tarugos. Por mucho que parloteen los jilgueros del gobierno sobre lo seguro que es Veracruz para vivir, lo cierto es que la entidad es un infierno para las mujeres porque no hay autoridad que las proteja. Y aquí cabe parafrasear al gobernador Cuitláhuac García que utiliza con frecuencia la frase: ahí están los números, ahí están las estadísticas.

No nos engañemos lector, las veracruzanas están solas. Pero aguas.

Hace poco leí el comentario de una valiente veracruzana que escribió: “A las mujeres nos han quitado tanto que nos quitaron hasta el miedo”.

Si en su tiempo el ideólogo tuxpeño Jesús Reyes Heroles alertó sobre el riesgo de despertar al México bronco y ese México sigue en la modorra, las mujeres ya despertaron y sus gritos de cólera viva, son apenas el preámbulo de lo que les espera a los machos que junto con una sociedad también machista, las han sojuzgado, violentado y asesinado por generaciones.

Y de ribete lo que les espera a las autoridades que también por generaciones, no han hecho otra cosa que tratarlas con desvergonzado paternalismo y las han abandonado a su suerte.

 

Propone Marlon ampliar la alianza opositora

Este fin de semana, el dirigente estatal del PRI Marlon Ramírez Marín, estuvo en el norte de la entidad, concretamente en Papantla, donde dijo que se buscará ampliar la alianza opositora para el próximo proceso electoral, porque “debemos tener altura de miras y hacer una gran coalición de todos los partidos para enfrentar al gobierno y a su partido”.

“Implementaron la estrategia de dividirnos, de fracturarnos y hacer ‘partiditos’, pero hoy eso ya no va a estar. Debemos hacer una gran alianza con priistas, panistas, perredistas, con integrantes de Movimiento Ciudadano y del Partido Verde, con todos los partidos, para ir por la presidencia y por la gubernatura en 2024”, dijo ante militantes de Papantla.

Detalló que hoy en el Gobierno de Veracruz están preocupados porque la alianza PAN-PRI-PRD en la elección estatal pasada, obtuvo 1 millón 100 mil votos, mientras que los partidos nuevos creados en su mayoría por priistas obtuvieron 378 mil votos, los que si se hubieran sumado a la alianza Veracruz Va habría obtenido 1 millón 478 mil votos, más los 300 mil votos de Movimiento Ciudadano, se habría alcanzado 1 millón 738 mil votos, que hubiera superado el 1 millón 300 mil votos del partido y su alianza hoy en el poder.

Marlon hizo una invitación a los que en 2018 escucharon el canto de las sirenas y se fueron a otros partidos pues “mientras más seamos mejor nos va a ir, unidos somos más fuertes, lo que es sólido y monolítico es más fuerte, y el PRI es un partido fuerte que tiene su responsabilidad histórica e institucional”.

Asimismo, indicó que en el Congreso local los diputados del PRI han asumido de manera responsable la tarea encomendada gracias a los votos de quienes les dieron la oportunidad de representarlos, “Y encontramos que se estaban robando el dinero. Más de 1,800 millones de pesos este gobierno dejó de gastar en tres años, en números de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), dinero devuelto que pudo utilizarse para hacer una clínica para la zona norte del estado”.

En pausa el relevo en el PRI

Y ya que estoy hablando del PRI, lector, hace cuatro años por estas fechas, al menos cinco aspirantes a dirigir al tricolor en Veracruz andaban muy movidos: Carlos Aceves, Adolfo Ramírez, Elisa Rodríguez, Damara Gómez y Marlon Ramírez que resultó ganador.

El próximo 14 de mayo Marlon entregará la estafeta a su sucesor, el problema es que no se sabe a quién porque falta la enjundia que sobraba en 2019.

Los nombres que se barajan son los de Fernando Kuri, Cirilo Vázquez, otra vez Adolfo Ramírez y Carlos Aceves; la diputada federal Lorena Piñón y Ramón Reyes Viveros, pero todos parecen estar aletargados.

¿Qué pasa en el PRI?

Pues que está en pausa cuando falta menos de un mes para el relevo de su dirigencia.

Es un hecho que la elección del nuevo dirigente no será mediante el voto de su militancia como se hizo en 2019 por la sencilla razón de que ya no hay tiempo. Y como que tampoco lo hay para que se reúnan los delegados y elijan al sucesor. Por lo que es muy probable que se nombre a un delegado con funciones de dirigente estatal que duraría en el cargo hasta después de las elecciones del 2024. Y que éste podría ser… Marlon Ramírez Marín.

Veremos, dijo un ciego.

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