*Cisneros en la tablita; Giadáns da otra versión
*Tras masacre en Las Choapas otra en Xalapa
A FINALES de Diciembre del año pasado, tras haber ninguneado a la mayor parte del Gabinete Estatal a quienes suele recordar que él es su jefe, el Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos intentó regañar al Secretario de Desarrollo Económico, Enrique de Jesús Nachón García, luego de este seleccionara a un emprendedor o productor de Coatepec para un reconocimiento o premio sin haberlo notificado previamente al acomplejado y regordete funcionario que gusta de que lo llamen el “jefe”, y que bueno que no escogió el sobrenombre de el “padrino” porque ya estaría en los archivos de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). Molesto, Cisneros reclamó vía Whatsapp a Nachón que, para variar, es sobrino político de la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero. Palabras más palabras menos, Patrocinio le espetó: -como serás…inteligente. Esa persona que escogiste me ha estado golpeando por conducto de su hija que tiene un portalito. ¿Acaso estás en contra nuestra? Recuerda que yo soy tu jefe-. La actitud altanera del Secretario de Gobierno molestó al siempre caballeroso Nachón García que presto le respondió a quien se dice cuenqueño nacido en Otatitlán o El Santuario, y le recordó que el único jefe que tiene y al que reporta todo, es al Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, y de ahí se hicieron de palabras escritas para pasar de inmediato a las verbales, vía celular y, por supuesto a las amenazas que el titular de Desarrollo Económico vio como un riesgo para su integridad, dado que el furibundo dos tiene fama de muchas cosas al interior del gabinete. Por ello, cuando Enrique preocupado lo comenta a un amigo, este le recomienda que previendo cualquier cosa, lo hiciera a saber a su tía doña Olga Sánchez Cordero, que no lo quiere, lo ama como si fuera un hijo, y dicen que la señora reaccionó molesta.
Y COMO no es el primer caso descubierto, tras una investigación por parte de Gobernación al Secretario de Gobierno, Sánchez Cordero lo comentó con el Presidente y este la escucho y le pidió que llamara la atención al altanero, y la funcionaria, institucional como es, le hizo saber al Gobernador Cuitláhuac García Jiménez todo el caso, tal vez en una instrucción velada para que lo cesara o amonestara. Y en efecto, García Jiménez, que no le tiene miedo sino pavor a Patrocinio, le llamó la atención y le pidió que le bajara a su soberbia ya que en la capital del País le estaban pidiendo su testa, y que una más y se iba.
PERO FUE la masacre de 12 personas en Las Choapas la noche del domingo 17 la gota que derramó el vaso, sobre todo porque el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, con una ligereza que no tiene parangón, indicó que los hechos fueron producto de que un mismo grupo de ganaderos y sus ayudantes en la zona entre Las Choapas y el Uxpanapa se dividieron. “Los abusos y amenazas entre unos y otros provocaron un enfrentamiento entre ellos y tuvo ese lamentable desenlace. Debe quedar muy claro: nunca podrá hacerse justicia por propia mano ni será la comisión de otros delitos la solución a los problemas entre grupos”, cuando lo cierto, y según consta en el expediente UIPJ/DXXI/CHOA/F2/043/2021 de la Fiscalía General del Estado, es que los lamentables acontecimientos ocurrieron luego de que un joven de nombre Valentín Gorostieta Hernández fuera privado de su libertad por un presunto grupo de autodefensas de Minatitlán la tarde del domingo, por lo que su padre y otros familiares lo intentaron rescatar, pero fueron emboscados y asesinados. El expediente detalla que el domingo 17 de enero, Valentín, de 32 años, estaba en el campo de futbol de la colonia Francisco Villa conviviendo con amigos, cuando arribó un grupo armado en diez camionetas. Cuatro sujetos con armas largas descendieron, rodearon la unidad donde se encontraba el joven y le ordenaron subirse a uno de los vehículos. Mientras eso sucedía, su padre, Teódulo Gorostieta Domínguez sostenía una reunión con ganaderos en la comunidad de Playa Samaria cuando se enteró, salió en búsqueda de Valentín, acompañado por sus dos hijos -Fernando y Mauro-, y el agente municipal, Isidro García Morales y siete personas más, pero al llegar a la altura de la comunidad Emiliano Zapata-Misantla ya los esperaba el comando armado de supuestos autodefensas: “Ahí es donde los emboscan, los desarman y se los llevan también con rumbo al camino Alto Uxpanapa-Nueva Tabasqueña, donde finalmente los matan a todos, incluyendo al primer joven que levantaron”, según la carpeta –de testigos que piden omitir sus nombres, que se percataron del primer levantón-, lo que echa por tierra la versión equívoca del Gobernador que por queda bien, y tratar de demostrar que es un adalid de la ley, incurrió en mentiras para salir del paso, cuando en la carpeta ya hay nombres de los perpetradores de la matanza que se hacen llamar autodefensas.
POR ELLO, el martes 19, aunque eufemísticamente la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadáns difundió que sostuvo una reunión de trabajo con el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, a quien le compartió acciones que se vienen realizando en temas como procuración de justicia, derechos humanos y búsqueda de personas desaparecidas, otra versión asegura que en realidad la mandaron llamar desde esa oficina por el asesinato de las 12 personas en Las Choapas y activistas desaparecidos en el Estado, junto con parte del Gabinete de Seguridad, encabezados por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, y el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos a quien de paso dieron soberbia regañina.
LO PEOR es que no habían pasado ni tres días de aquella célebre matanza de Las Choapas, cuando la tarde del miércoles en Xalapa, la otrora Ciudad de las Flores y tranquila y apacible capital del Estado se convirtió en un campo de batalla a un costado del selecto fraccionamiento El Tejar. Y es que en un choque entre presuntos secuestradores y elementos policiacos fueron abatidos cinco secuestradores y dos personas que habían sido privadas de la libertad, hechos ocurridos en una casa de seguridad localizada en la calle Río Papaloapan de la colonia Cuauhtémoc, donde encontraron dos cuerpos desmembrados en el interior de un baño. En los hechos fueron rescatadas ¡ocho personas! Que estaban privadas de la libertad por el comando armado, y hubo cuatro presuntos delincuentes detenidos. Y uno se pregunta: ¿de verdad los responsables de la política interna y seguridad pública no sabían de estas atrocidades, aun cuando periódicamente en la zona sobrevuelan helicópteros y drones? Algo huele muy mal, ya que apenas tras horas de la regañina en Gobernación se activaron los elementos de seguridad y dan un golpe certero que, de verdad, ha dejado sorprendida a la sociedad, ya que es inaudito que en un fraccionamiento de lujo, el mismo donde días atrás balearon la casa del dirigente Estatal del Partido Verde Ecologista de México, Carlos Marcelo Ruiz Sánchez –dizque buscando a una administradora de bares en Xalapa- ocurra otro hecho de semejante violencia, y peor aun que el Gobernador declare que los secuestradores abatidos y los detenidos pensaban asesinar ese días a los 8 plagiados, lo que obliga a preguntar si eso es parte de la carpeta de investigación o una ocurrencia para hacerse el interesante, lo que en cualquier caso podría violentar el debido proceso. Lástima que Cuitláhuac –al igual que el Presidente AMLO- sean Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Todo en uno, y que la Fiscal Estatal que debería ser quien declare la tenga en calidad de “florerito”. OPINA [email protected]