¡Sigue estancada la denuncia en su contra por violación sexual!
No hay que ir muy lejos.
Ya lo dijo el propio López Obrador: “Hay quienes ocupan cargos y los echan a perder…Y es que. remata, el poder atonta, por no decir otra cosa los vuelve locos; se marean, se echan a perder y nos traicionan”.
Manuel Huerta Ladrón de Guevara es de esos, de los que pegan y esconden la mano.
Es de los que nunca tuvo nada. Siempre en una lucha callejera sin sentido, boteando en la vía pública; recibiendo limosnas de los alcaldes en turno, de Manolo Fernández para acá y atracando a sus propios compañeros.
Se dice descendiente de Ruiz Cortines, puro cuento.
El hoy Superdelegado de la Secretaría de Bienestar, disfrazado de izquierdista un día engaño al Peje diciéndole que controlaba gente, que organizaba mítines y tomaba calles, y que las mayorías opositoras estaban con él.
Y es cuando el entonces aspirante presidencial que necesitada de todos, los buenos, los malos y los feos, le compra la idea al igual que al payaso que animaba los mítines.
Nunca imaginó este voluminoso personaje de apariencia poco grata que el poder una vez con la apabullante victoria, como dice el Peje, lo atontó, lo apendejó.
Lo volvió loco.
Así, transitó del maoísmo a al neofascismo con todos los excesos que ello conlleva.
Ese sentirse el elegido, el rubio más guapo del pueblo, el de la verdad absoluta y el dueño de pueblos y destinos.
Por ello exceso fuera de toda razón como el originado en días pasados cuando 754 profesores recibieron la vacuna Pfizer-Bion-Tech, lo cual irritó al sujeto de marras calificándolos del “tramposos” y “vándalos”, “gente sin razón que practica el vandalismo”.
Ya entrado en calificativos a Huerta le salió lo blanquito de su piel al expresar de manera por demás racista o xenofóbica que “piensan que vacunándose con Pfizer casi se vuelven gringos, hablarán inglés y van a pasar a Estados Unidos sin visa ¡Y no es cierto!… van a seguir comiendo frijoles y tortillas”.
Fuera de sí, amenazó a los mentores al negarles una segunda dosis de vacunas anti Covid-19 dándoles al mismo tiempo trato de delincuentes. “Los agarramos con las manos en la masa queriéndose poner la segunda dosis. No se van a vacunar porque no tienen la razón”.
Y la opinión pública se pregunta ¿Quién es esta versión veracruzana de Fernández Noroña para decidir por qué sí y cuándo no; es acaso el dueño de las vacunas?
Por lo pronto los profesores adelantaron que acudirán al amparo “porque el funcionario se mueve por cuestiones políticas y discriminatorias, no por motivos científicos y sanitarios”.
Ya en otra ocasión Huerta -quien siempre fue considerado en la UV como un porro- se mofó de la apariencia de la actriz oaxaqueña Yalitzia Aparicio, al expresar que “las Yalitizas (haciendo referencia a las empleadas domésticas) si funcionan para cuidar niños como una estancia infantil”, ello luego del recorte presupuestal que el gobierno federal hizo de las estancias infantiles.
Por otra parte, aun en el imaginario colectivo pervive el asunto de la violación a una solicitante de empleo que se presentó a su oficina con la esperanza de encontrar trabajo y no único que logró fue que Huerta la violara en el motel “La Cascada”, en Xalapa, una oficina-recámara que tiene alquilada de fijo.
Ahí, en el olvido, con la complicidad de la Fiscal General de Veracruz, Verónica Hernández Giadans, duerme la denuncia interpuesta por Martha “N”, también conocida como “Martha 254”, -Carpeta de Investigación CEJUM /DX/FE/ 290/2020– en la cual relata cómo con engañifas de esta nada agraciado personaje la lleva al motel para agredirla sexualmente.
Esa es la 4T.
Esos son sus personajes que en el día a día no dejan que se nos escape nuestra capacidad de asombro.
Manuel Huerta Ladrón de Guevara está cierto que, de no llegar a la gubernatura, en el 2024, mínimo será Senador de la república para poder así transitar a la impunidad por la vía del fuero ante una eventual derrota y ajuste de cuentas de parte de los nuevos gobernantes.
Este individuo será recordado por su pasado violento arropado en la bandera socialista, por sus abusos de poder, por gestar un harem en la oficina que encabeza, recibir dos regaños por parte del presidente de la República -el primero en Acayucan, por “dormirse en sus laureles” y el segundo por no terminar el Censo para las becas de los jóvenes universitarios- y por ser un tipo vulgar, corriente.
Por lo pronto Huerta es hoy el muchacho chicho de la película gacha, el héroe de la 4T.
Vamos a ver si el mal dura hasta el 24.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo