– Vivimos una ola de violencia que debe ser frenada
– El Gobierno Federal debe intervenir urgentemente en Veracruz y tomar el control de las fuerzas de seguridad
El homicidio de dos sacerdotes en Poza Rica es la culminación de la ola de violencia que vive Veracruz y que las autoridades pretenden negar.
Cada día los hechos son más graves, la delincuencia opera con total impunidad ante la actitud complaciente de Javier Duarte, quien está dedicado a defenderse y no a defender a los veracruzanos.
Es momento de que el Gobierno Federal tome la decisión de intervenir directamente en Veracruz y quitar el mando de las fuerzas de seguridad a Duarte, quien es el responsable directo de la situación que se vive en Veracruz.
Debemos tener siempre presente que la delincuencia organizada llegó a nuestro Estado de la mano de Fidel Herrera y que éste encomendó a Duarte la protección de los grupos delincuenciales, que operan no sólo con impunidad y protección, sino también con el apoyo de los altos mandos de Seguridad Pública y de la Fiscalía General.
El silencio no es solución.
Sólo con la voz exigente de los ciudadanos se podrá lograr que el Gobierno Federal tome la decisión de intervenir en Veracruz para frenar la violencia.