Entre lo utópico y lo verdadero
Por Claudia Guerrero Martínez
18 de septiembre del 2017.
El indignante caso de Mara
Indignación generalizada por el artero asesinato de Mara Fernanda Castilla Miranda… Y como veracruzana, aún más… La muerte de una mujer con alevosía y ventaja, es reprochable y perpetrado por un hombre, nos recuerda que aún existen secuelas de descomposición cultural, de los usos y costumbres ejecutados por hombres, quienes toman a la fuerza, lo que creen ser suyo, como si las mujeres fuesen un objeto más… Y lo lamentable, existen otros casos de desaparición o muerte igual o peor, que el de Mara…
En el seno familiar, la aun tradición de que el hombre no es para las labores de la casa, pues para eso están las mujeres, quienes también debe cuidar a los hijos y criarlos. En Veracruz, Chiapas, Oaxaca, entre otros, aún existen transacciones de venta de niñas para casarlas con personas que pueden pagar a la familia con dinero, ganado y hasta inmuebles, como se fuesen cheques al portador y la menor de edad acepta y obedece ciegamente, por ser una tradición añeja. Hasta en la mayoría de religiones, las mujeres son un enorme ejército servicial, pero jamás podrán aspirar a dirigir grupos religiosos, como pastores, sacerdotes y hasta Papas en el Vaticano. Eso le pertenece exclusivamente a los hombres… ¿Y quién decidió eso? Desde la Biblia, cargada de datos misóginos y demeritar a las mujeres, nos pretende imponer cómo el mundo deberá estar regido para mandar los hombres y no las mujeres… Y muy esporádicamente, las mujeres han tenido participación fundamental en algunos pasajes de la Biblia… Y lamentamos, que con lo aquí expuesto lastime la sensibilidad cultural de algunos inteligentes lectores…
El caso de Mara Castilla Miranda tiene extrañas evidencias e incongruentes relatos… Se reportó su desaparición el 8 de septiembre en Cholula, Puebla y fue hasta el 15 del mismo mes, que la Fiscalía de ese estado reportó su localización y el Gobernador de Puebla, Tony Gali Fayad da el pésame a la familia por la muerte de Mara, perpetrado presuntamente por el chofer de la empresa de taxis privada Cabify, de nombre Ricardo Alexis “N”. Lo interesante son las deficiencias en este caso, como muchos otros, iniciando por la Alerta Amber, la cual, se activó después de las 72 horas y se pierden horas cruciales para su pronta localización…
Desde la desaparición de Mara Castilla, los familiares iniciaron una intensa búsqueda y emitieron datos para su localización. Las cámaras del edificio en el Fraccionamiento Torres de Mayorazgo, en Puebla, captaron el momento en que el auto se detiene frente al domicilio de la joven y permanece ahí por largo tiempo, sin que Mara descendiera, visualizando además, destellos de flash, que pueden ser tomas de fotografías de la chica, para luego, retirarse del lugar. Las autoridades aseguran haberse dirigido a un motel cercano, violarla y estrangularla… En la investigación de la Fiscalía de Puebla, no descarta el involucramiento de una red de trata de mujeres…
Fuentes confiables nos aseguran, desde su desaparición, el proceso de localización fue tortuoso y pone en evidencia que el tema de desapariciones es delicado, contabilizando 83 mujeres asesinadas en Puebla, en parecidas o iguales circunstancias. Organismos no gubernamentales han asesorado a los familiares de jóvenes desaparecidas para “hacer ruido” y exponer en medios nacionales y estatales las búsquedas de sus seres queridos, gracias a la lentitud en las investigaciones…
Y en éstas, con base a investigaciones de los propios familiares de Mara Fernanda Castilla Miranda, aseguran que la joven había sido llevada de Puebla a Veracruz y gracias a la presión mediática, de inmediato fue sacada de este estado y llevada a Tlaxcala… Se dieron coordenadas de un punto exacto para su localización y gracias a la tardanza de las autoridades ministeriales de Puebla, cuando se hizo el cateo, no se encontró nada… La versión oficial y maquillada por el Gobierno de Puebla fue que el chofer del taxi Cabify fue un solitario delincuente, quien llevó a Mara a su domicilio, ella nunca descendió, luego, perderse por largos minutos en las calles de Puebla, para llegar a un motel cercano al domicilio de la víctima, violarla, estrangularla y después, dejarse visualizar por las cámaras del motel, emitiendo un saludo y desechar el cuerpo en una barranca de Xonacatepec…
No es coincidencia que el imputado viviera en Tlaxcala, estado donde se finca una enorme red de trata de mujeres y curioso, ante evidencias ministeriales, investigaciones periodísticas sustentadas e imputaciones directas, no se ha ejercido acción legal en contra de este grupo delincuencial, que tiene sus huestes en Tlaxcala y estados vecinos, como la Ciudad de México, Veracruz y Puebla… Esta red delincuencial ha sido señalada del traslado de menores de edad y jóvenes a países como Japón, Malasia, Singapur, entre otros…
Y luego, ante una ineficiente respuesta de las autoridades de Puebla, inicia la campaña de desprestigio en redes sociales y publicaciones en medios de comunicación poco éticos, con comentarios estúpidos y absurdos cuestionando la integridad de Mara Castilla… Y muchos de ellos, hechos por hombres… “Que” si la joven estaba ebria y su condición la puso en indefensión; “que” si ella no debía estar en la calle a altas horas de la madrugada; “que” dio pie a que le faltaran al respeto; “que” todas las mujeres deben cuidarse y no salir de sus casas ante la inseguridad prevaleciente; “que” debemos comportarnos, para que los hombres no nos faltes al respeto, entre una serie de idioteces que escriben en las redes sociales…
Ninguna mujer debe ser maltratada, acosada, molestada o le realicen insinuaciones de ninguna índole. En el trabajo y citamos como ejemplos en la Secretaría de Seguridad Pública, en el Ejército y dependencias gubernamentales, hemos registrado acoso laboral y sexual, sin que estos defiendan los derechos e integridad de las mujeres, por el simple hecho de ser una costumbre cultural en México… Y peor, cuando en muchos trabajos en empresas y dependencias de Gobierno, los sueldos de las mujeres son menores al de los hombres, cuando realizan el mismo trabajo y quizá hasta mejor…
Aunque usted no lo crea, en muchos estados, como Veracruz, la condición de ser mujer para integrarse a la política y en el periodismo, se ha tratado de demeritar o bloquear y en grupos compactos de políticos, la integración de mujeres es impensable. Conocemos a ciertos legisladores, quienes piensan que las mujeres solo sirven para la cocina y no deben participar en la política… Y en candidaturas, todos los partidos políticos les cuesta trabajo asignar la equidad en la cuota de género, al 50 y 50 por ciento, por no existir cuadros integrados por mujeres…
Lo que ocurrió a Mara, como a otras víctimas es indignante y reprochable. Si como madres, criáramos a hombres respetuosos de las mujeres, con un trato igualitario, el mundo sería diferente. Si los hombres no pagaran los servicios a grupos delictivos que manejan la trata de mujeres, muchas de ellas secuestradas y son violadas sin su consentimiento, este imperio delictivo desaparecería… Aplicar la ley correctamente y castigos ejemplares a culpables por feminicidios con condenas por hasta 60 años, sería un buen comienzo para muchos que han quedado impunes…
El respeto a la mujer es primero. Se le sataniza por llevar tatuajes, usar minifalda, ir a bares, salir de noche, son parte de los tabúes que hemos llevado a cuestas, tratando de impedir la condición igualitaria entre hombres y mujeres. Y lo más lamentable: Todas las mujeres tenemos que aplicar nuestros cambios de hábitos, salidas y hasta compañías, por el miedo a que seamos las próximas víctimas. Por qué debemos vivir temerosas y no exigir a las autoridades federales y estatales que nos den certeza en la protección de nuestros derechos civiles y condición de ser mujer. La tragedia en la muerte de Mara ha despertado el reclamo de muchas mujeres para defender nuestra integridad y reclamar acciones concretas a las autoridades en Puebla y de todo el país… El hashtag #SiMeMatan externa el sentir de las mujeres, exigiendo respeto y justicia para Mara Castilla y otras víctimas… Y una servidora, se une al reclamo…
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