– En vano, comparecencia del gobernador ante el Congreso. Junto a Secretarios de Despacho, solo evidenció desconocimiento en materia de gobernabilidad
El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez no dio respuesta a uno solo de los cuestionamientos planteados por el Grupo Legislativo Mixto Acción Nacional Veracruz durante su comparecencia de este martes.
Por el contrario, y fiel a su discurso de división, optó por la descalificación de la oposición que representa a millones de veracruzanos inconformes actualmente con las políticas implementadas desde su gobierno; enarboló el discurso de odio hacia los críticos de su proceder e insistió en culpar a administraciones pasadas de los desastrosos resultados de su primer año de gestión.
Ello, luego que Acción Nacional Veracruz, en voz de la Coordinadora de la bancada, María Josefina Gamboa Torales enlistara “el otro informe” de García Jiménez.
Durante su participación en la comparecencia del gobernador, la legisladora de oposición cuestionó acerca de la inacción sobre algún control constitucional para revertir la remoción de Jorge Winckler Ortiz de la Fiscalía General del Estado.
Asimismo, preguntó por qué su administración incumplió los preceptos que su corriente política presuntamente impulsa e incurrió en nepotismo, del que incluso, la Contraloría General confirmó la existencia de 17 expedientes; por qué no llegan los beneficios de la austeridad que se proclama; cuánto y en qué se ha aplicado los supuestos ahorros; la compra y arrendamiento de patrullas; la compra de medicamentos a empresas señaladas de irregularidades y las adjudicaciones directas a empresas foráneas.
De todos esos cuestionamientos, el gobernador evadió todos y cada uno; en su lugar, y como ha hecho a lo largo de un año, personalizó las críticas a su administración, evadiendo las preocupaciones no de los diputados de oposición, sino de millones de veracruzanos que hacen palpable su inconformidad con el proceder de la llamada “cuarta transformación”
Acción Nacional Veracruz lamenta la falta de capacidad del mandatario, que es igualmente una forma de corrupción, así como el desprecio manifiesto a las instituciones y el Estado de Derecho.