En Veracruz, Morena pierde la cuarta reserva electoral

La oposición crece.

Hay temor en la cúpula chaira de perder en el 2024 ante el despertar ciudadano.

Acaso por ello la intempestiva visita de López Obrador acompañado de los titulares de Gobernación, la Defensa Nacional y la Marina Armada de México.

Muchas lecturas se han dado en torno a esta visita presidencial a sucederse este viernes.

Hay quien opina que viene a regañar al inútil de Cuitláhuac; otros, sin embargo, los que se dicen muy informados, que aseguran ¡por ésta! que responde a la urgente definición de quien será él o la candidata al relevo gubernamental ante el desborde de las tribus veracruzanas en plena batalla campal.

De cualquier manera, lo que se diga no se hará público y acaso en las siguientes días y semanas, los observadores políticos intuirán el real motivo de la visita.

Lo que es un hecho es que Morena y su líder, AMLO, encuentran en el solar veracruzano un saldo plagado de divisiones, de serias fracturas.

El enclave del pejismo, la cuarta reserva electoral, la quinta entidad con mayor presupuesto (138 MMDP), una entidad en permanentes sobre ejercicios que maneja a su antojo, donde su mejor amigo es un payaso… pero bendito, el lugar donde le arrebató a Yunes Linares la gubernatura destinada al hijo, donde la oposición está sometida, chantajeada o comprada por un puño de pesos, pues en ese territorio moreno, algo cambió.

Los enanos empezaron a crecer para convertirse en los más serios enemigos de la dictadura disfrazada.

Y es que la Cicuta que era para en enemigo, la empezaron a tomar las tribus chairas aconsejadas por sus líderes dando lugar al envenenamiento total.

Aparecieron de pronto los negros y su negritud con Eric Cisneros reclamando la gubernatura, luego los morenos pintados de güeros de rancho, liderados por un violador sexual, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, exigiendo lo mismo.

Y la fila que se volvió larga, tan larga como una culebra.

Una zacatecana, Rocío Nahle, quien un día y el otro también, empinan a Cuitláhuac para que invierta y empuje en su favor; un desconocido, Sergio Gutiérrez Luna, que de pronto aparece jurando ser veracruzano y que -según él- cuenta con el apoyo del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, que en estas tierras nadie pela.

Y los aspirantes secundarios, los amigos del Cui, los no tan amigos como Ricardo Ahued con un corazoncito que le late… y se entretiene tapando hoyos en espera de que se le haga la chica.

Mientras los seguidores morenos de Ebrard en Veracruz que solo acuñan desprecio.

Les cerraron la puerta en sus narices, les tapiaron la puerta de acceso al igual que a Ricardo Monreal, quien de plano se fue a pedir chiche al Estero, con los Yunes, para que le permitan ¡por favor! dar una conferencia magistral.

Ese es, ni más ni menos, el escenario de división chaira que tiene de plácemes en Veracruz a los partidos políticos opositores y confundida a la propia militancia Morena que perdió el rumbo.

Morena y su Peje, temen perder ante la oleada opositora creciente en donde los partidos políticos vuelven a tomar fuerza gracias al apoyo de la ciudadanía.

La fórmula de un candidato ciudadano al que se sumen los partidos políticos para integrar una Alianza, habrá de ser el primer paso para la construcción de gobiernos de coalición.

En Veracruz, la cuarta reserva electoral -6.2 millones de electores- pasará consecuentemente a control de la oposición que ha iniciado un camino sin retorno.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo