CLAROSCUROS
José Luis Ortega Vidal
(1)
En una conversación privada un sacerdote católico sureño le expresó a un catecúmeno: “la homilía debe ser como una tanga, breve, sugerente y enseñar lo esencial…”
Un feligrés católico amigo del reportero contó otra anécdota producto de su trabajo profesional con la Iglesia en alguna diócesis veracruzana: “me invitaron a una reunión en un edificio privado. Había puros sacerdotes. Puros hombres. Bebían, fumaban, convivían…”
El cardenal Law, acusado de proteger a curas pederastas en Boston, Estados Unidos, cuyo caso fue ventilado en la película Spotlight vive protegido en El Vaticano.*
¿Habrá un pecador más dañino en la historia del catolicismo mexicano que Marcial Maciel -fundador de Los Legionarios de Cristo- cuyas historias de violación a menores de edad representan un verdadero paseo por el infierno?
(2)
La fe es un derivado del mito.
Primero fuimos seres primitivos y creamos dioses para justificar los fenómenos incomprensibles.
Luego, individual y colectivamente buscamos una explicación racional a los mismos fenómenos.
En algunos casos nunca hemos dado con tal explicación racional porque ello no es posible (no existe) pero se creó el dogma como sostén psicológico y andamiaje religioso, es decir estructural, social, político.
En medio de este viaje de miles de años y millones de muertes humanas simplemente porque un Dios “invita” a pelear contra los que creen en otro Dios, nos topamos con el signo, el simbolismo, el rito.
A 2016 años de lo que el filósofo Federico Nietzsche –en el siglo XIX- describió con su frase “Dios ha muerto” seguimos matando por elementos religiosos.
Ya sea por su mezcla con otros procesos en descomposición -como los Estados fallidos- o por circunstancias ligadas a los simbolismos, signos y ritos.
A veces violamos el quinto mandamiento de la doctrina judeocristiana por razones más simples: como robar o vengar, por ejemplo.
(3)
La historia del asesinato de dos religiosos en la diócesis de Papantla, al norte de Veracruz está llena de esos elementos.
En noviembre próximo visitaremos los panteones y el pueblo Totonaca llevará a cabo sus ceremonias llenas de copal, incienso y una cosmovisión que han heredado de su origen prehispánico.
Los huastecos -sus vecinos al norte- llenarán de altares coloridos y chocolate y pan y rezos y recuerdos las casas y todos los espacios públicos posibles.
La llorona aparecerá por esos días en la búsqueda de los hijos fallecidos en circunstancias extrañas -hay quienes dicen que ella los ahogó en algún río o arroyo aunque el mito varía porque es nacional no sólo veracruzano-.
Arribarán cuentos sobre duendes y se ofrecerán pruebas orales -vinculadas a sitios prehispánicos- sobre contactos con el más allá: “yo lo vi, yo lo escuché, se comunicó conmigo, lo soñé y luego se hizo realidad, nos visitó…el fantasma, el fuego”.
De manera mucho más concreta los panteones se llenarán de flores, música, rezos, recuerdos y llanto por niños y adultos a quienes ubicamos en el paraíso o en algún otro sitio según la mitología y la fe de cada quien
Incluso los restos de los pecadores serán atendidos.
Si mató o no mató se le recuerda y se le visita.
Y se le reza y se le pide a Dios por su alma.
Punto.
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En la colonia Petromex de Poza Rica de Hidalgo, Veracruz, se ubica la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima.
Esta colonia antigua y popular conecta con el viejo camino a Papantla.
La madrugada del lunes 19 de septiembre fueron extraídos del templo Alejo Nabor Jiménez Juárez -50 años de edad- y Jose Alfredo Juárez de la Cruz -30 años de edad-.
Respecto a ambos hay una polémica.
Para el Fiscal Luis Angel Bravo Alejo Nabor es sacerdote y José Alfredo sacristán.
Para el Episcopado mexicano los dos son sacerdotes.
En el transcurso del lunes 19 -después de las tres de la tarde- se realizó el hallazgo de ambos: atados con estolas y baleados a manera de ejecución del hampa.
Un tercer hombre –chofer o sacristán- fue plagiado también pero regresó caminando y con huellas de tortura, se reporta.
El lugar donde se encontró a los religiosos no podía ser más emblemático: “La curva del diablo” en la comunidad de Reforma Escolín, municipio de Papantla.
Una sociedad proclive al mito y al rito como la nuestra creará un mundo oral y escrito en torno a esta historia con todos los elementos para un crudo thriller que no requiere tanta creatividad porque la realidad rebasa a la ficción en el México y el Veracruz de los días que corren.
Las palabras del presbítero Juan Jaime Suárez Silva -quien identificó a sus compañeros de fe- queda para la colección del periodismo policiaco:
“La situación en Poza Rica, como en todo el estado, es preocupante. Estamos en una etapa de descomposición, carajo”.
A todo lo anterior, empero, debemos añadir datos de la Fiscalía a cargo de Luis Angel Bravo.
La tarde de ayer a 24 horas del escándalo por el cruento asesinato del sacerdote y el sacristán la FGE informó que éstos bebían alcohol con sus atacantes.
No se trató, asegura el fiscal, de una acción del crimen organizado, ni de un secuestro sino de un convivio de varias horas que devino violencia.
Víctimas y criminales departían y al calor de las copas se desató un pleito.
Esto explicaría la presencia de sangre en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima.
Para el traslado del cura y su ayudante se emplearon vehículos a su servicio: uno facilitado por un empleado del Ayuntamiento de Poza Rica y otro propiedad de una de las víctimas.
El sacristán o chofer auto liberado identificó a los asesinos que eran conocidos de los religiosos.
Hay un detenido: “el chino”.
Hay información sobre otros involucrados.
El tema pasa de la fiscalía a manos de un juez a partir de los elementos con que se cuenta.
Ahora bien, anoche Luis Angel Bravo fue calificado de “irresponsable y vergonzoso” ni más ni menos que por el Episcopado mexicano, es decir la máxima autoridad católica en el país.
Mediante un boletín la Iglesia expresa: “tal parece que el gobierno quiere deslindarse de los hechos lo más pronto posible”.
“¿Qué podemos esperar de este fiscal que asegura que se trató de un sacerdote y de un sacristán, y no de dos sacerdotes, cuando el obispo José Trinidad Zapata lo ha confirmado desde el día de ayer?”
“¿Qué tipo de investigación está haciendo que ni siquiera sabe distinguir a las víctimas? Es realmente irresponsable y vergonzoso”.
El padre Hugo Valdemar, director de Comunicación Social (CEM) afirmó que “es una grave irresponsabilidad dar a conocer de manera apresurada información sobre el asesinato de los dos sacerdotes de la Diócesis de Papantla. El que hayan estado tomando licor no justifica su muerte”
Valdemar agregó “que ya fueron asesinados físicamente y ahora da la impresión de que el fiscal también los quiere asesinar moralmente”.
“No puede estar dando a conocer información de manera tan aventurada, sin antes realizar las investigaciones pertinentes. Ahora resulta que la Fiscalía de Veracruz es la más eficaz del mundo. ¿Pero qué podemos esperar de esta instancia que responde a los intereses de un gobierno estatal tan cuestionado?”, agregó.**
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El periódico digital Vanguardia retoma una nota del diario Sin embargo y detalla:
“Un hecho trágico que se practicó, no obstante el reciente arribo de seis Bases de Operaciones Mixtas del Ejército Mexicano en los municipios de Poza Rica, Tihuatlán, Coatzintla, Papantla; región que en los últimos meses se ha visto asediada por la reincidencia delictiva.
Para muestra, basta la numeralia del Sistema Nacional de Seguridad, ubicando a Poza Rica como la quinta ciudad más violenta del estado, según datos de la Fiscalía General del Estado; que hasta el último día del mes de junio, reportó 21 homicidios dolosos; 14 por arma de fuego, 03 por arma blanca y 04 sin especificar. Todo lo anterior, sólo casos con una denuncia interpuesta ante las autoridades.”
Y añade:
´De acuerdo con el sacerdote Suárez Silva, los hechos se habrían suscitado durante la madrugada, el motivo, un presunto un robo a las instalaciones parroquiales que se encuentran en remodelación. “Yo creo que estas personas creyeron que por las labores de construcción, encontrarían dinero. Supongo que mis compañeros opusieron resistencia y por eso la sangre en el piso”.´
“Destaca que el secuestro en Poza Rica, no se trata de un hecho sin precedentes en la zona norte de la entidad jarocha, pues el pasado 30 de noviembre de 2013, los padres Hipólito Villalobos Lima y Nicolás De la Cruz Martínez fueron asesinados en Ixhuatlán de Madero, perteneciente a la Diócesis de Tuxpan, Veracruz.”***
(6)
Antes de ser vapuleado el fiscal Luis Angel Bravo indicó que efectivamente hubo un robo: de 5 mil pesos producto de las limosnas.
Hasta ahora, las primeras pesquisas y los datos básicos que ha dado a conocer la Fiscalía generan más dudas:
¿Por qué la saña?
¿Además del convivio y las bebidas qué más conectaba a los ejecutados con gente capaz de asesinar a uno de ellos con 9 balazos mientras que al otro le dieron sólo uno?
¿Por qué la diferencia?
¿Qué clase de personas son los asesinos?
¿Qué tipo de vida llevaban el presbítero y el sacristán de la parroquia pozarricense?
Las preguntas, por cierto, también son para la Iglesia Católica y Monseñor José Trinidad Zapata Obispo responsable de la Diócesis de Papantla que ayer recibió el pésame de parte de su santidad el Papa Francisco.
A ese nivel se mueve el caso.
(7)
La visión oficial sobre la violencia que padecemos como un problema que se resuelve en una guerra de policías y ladrones no sólo acarrea cada día más muertes en Poza Rica y la zona norte.
Coatzacoalcos, en el sur, cuenta con un equipo de inteligencia antisecuestros enviado por la Comisión Nacional de Seguridad y los plagios continúan.
Unos se denuncian otros no.
Ayer, fuerzas de la policía civil evitaron uno más pero la descomposición de que habla el padre Juan Jaime Suárez Silva es generalizada y la estrategia oficial ante una problemática que se generó desde el propio gobierno es errónea sin duda alguna.
Ello, independientemente de que –por definición- todos somos pecadores…
Más allá de que “por sus obras los conoceréis”…
Al margen de los mitos, los ritos y las historias extrañas que la Fiscalía vuelve aún más raras con una facilidad impresionante y con antecedentes de escasa credibilidad…
Y ahora, con el choque declarativo de Iglesia y Fiscalía tenemos un ingrediente nuevo y de largo alcance: la politización del caso.
Para pronto esta politización alcanzó anoche mismo el palacio de gobierno de Veracruz y a su cuestionado, multidenunciado y megainvestigado ocupante: Javier Duarte de Ochoa.
Esperemos su respuesta al Papa. Vía twitter, faltaba más…