“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos.” – Schopenhauer.
No hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla, este 4 de mayo comienza la campaña electoral que en teoría calentará el proceso electoral de cara al domingo 6 de junio.
Veracruz llega a este periplo, con la peor de las violencias políticas orquestada y desatada desde el mismo Palacio de Gobierno, aun cuando, juran y perjuran que no es así.
Asesinato de alcaldesas y alcaldes; ataques y atentados contra candidatos, familiares; cárcel a presos políticos, persecución sistemática contra opositores por el simple hecho de representarles el inminente riesgo de la derrota, la que avizoran con terror.
De este modo, aun cuando la disputa electoral habrá de tener la esperanza de renovación de 212 nuevas autoridades municipales, y 30 distritos electorales locales para la integración del Congreso Local, la realidad es que es la elección de ayuntamientos la que concentra la mayor atención.
Ante ello, Xalapa la capital del estado se erige como la “joya de la corona” pues se afirma que será de aquí desde donde se construya la posible caída del actual régimen o su fortalecimiento.
Aun cuando la oferta por Xalapa es basta, e incluye mujeres y hombres, la realidad es que la ciudadanía debe visualizar que muchos de los ahí anotados llevan por consigna ayudar a ganar al actual gobierno morenista en turno.
Desfragmentar la votación es el mecanismo más fácil para mantener el control de la municipalidad o de cualquier territorio, en ciencia política, la estratagema del “divide y vencerás” es máxima de estricto cumplimiento.
Así en la realidad, el ciudadano debe visualizar que la elección por más que se divida se está enfrentando a dos grandes bandos, los que apoyarán al actual régimen deformador y los que en teoría representan un intento de giro de 180 grados.
La apuesta realizada por el actual gobierno morenista, para sacar del Senado al ex alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil habla en sí misma, del nivel de desconfianza que se tienen en el posible resultado electoral, ante el pésimo mandato de un académico que prefirió votar su oportunidad por la borda, ante la soberbia del que piensa que lo sabe todo y que cuenta con la verdad absoluta.
La desastrosa gestión de Hipólito Rodríguez Herrero será el principal hierro dentro de la interminable lista de razones de porque no se debe apostar por Morena y su candidato –quien por su parte trae un cúmulo de pendientes y explicaciones a una sociedad-, que ya se dio cuenta de su supuesta honestidad por conveniencia política.
Dos ofertas habrán de quedar, una la de un partido que le juega en teoría a la búsqueda de equilibrios –Movimiento Ciudadano-, pero que, en el fondo, opera para provocar más división al no cerrar filas con la aparente oposición en todo el país y el estado, pero que cuenta con un magnífico candidato, como lo es Raúl Arias Lovillo.
Quien tiene una ficha curricular y académica intachable a pesar de las grillas que habrán de sacarle, que se erige como la tercera vía en pos de rescatar a Xalapa y catapultarse hacia un nuevo porvenir.
Y la oferta de la Coalición Veracruz Va que encabeza PAN-PRI-PRD en la persona de David Velasco Chedraui, misma que tendrá que explicar claramente la conveniencia de devolverle a la ciudad operatividad, certeza, condiciones de funcionalidad, ante lo que es la más desastrosa gestión de las que se tenga memoria.
Hoy problemas que en su momento representaban asuntos menores, se han inscrito en la agenda de prioridades urgentes: seguridad, agua potable, bacheo por solo citar algunos.
Los próximos 30 días habrán de ser los más intensos de las últimas contiendas electorales, confirmando que el arranque está puesto en Xalapa la joya de la corona.
Al tiempo.
Twitter: @LuisBaqueiro_mx