VACUNAS Y ECONOMÍA

Ahora que el mundo tiene que lidiar con los estragos causados por una pandemia inesperada y de efectos sin precedentes, lo que procede hacer como raza humana, es recuperar nuestra capacidad de asombro y enfrentar este fenómeno, para subsanar los estragos causados en materia de salud y atender las consecuencias de sus repercusiones económicas negativas.
En este sentido, es obvio que la pandemia actual está cambiando el paradigma de convivencia humana, al haber en primera instancia una especie de unificación de esfuerzos, mediante una carrera sanitaria tendiente a encontrar vacunas, que hagan frente a los letales efectos de esta y otras enfermedades pandémicas, de manera que se encuentren paliativos o curas definitivas, contra ciertos males que han llegado para quedarse entre nosotros, tal vez por años o por siempre; de aquí, que existan afanosamente búsquedas científicas por doquier, para subsanar los efectos lesivos de estas calamidades.
En esta lógica, aparte de los impactos en la salud de los individuos, los efectos colaterales o derivados de la enfermedad COVID 19, ya son desastrosos en términos económicos, psicológicos, educativos, políticos y sociales, por mencionar solo algunos de los ámbitos de incidencia más afectados. Por este motivo, sin restarle importancia a los demás efectos colaterales de esta enfermedad pandémica, ocasionada por el virus Sars-Cov-Dos, conviene como punto de partida de esta nota, señalar en particular que los efectos económicos, sin lugar a dudas, han trastocado las vidas de todo el mundo.
En este sentido muchos expertos en el tema, no concuerdan con que la crisis nos haya caído como anillo al dedo, ya que los ingentes niveles de desempleo que, como consecuencia de la pandemia, se han observado en los últimos trimestres, han ocasionado altos incrementos en los niveles de pobreza de los países del mundo. Los analistas económicos más reputados, tanto de México como de instituciones internacionales, están de acuerdo de que se trata de la peor caída en el PIB global, de los últimos cien años, que tienden a fluctuar entre 6 y 9% en el grupo de los menos afectados y entre el 10% y 20% de los más afectados, para este año 2020.
Alicia Bárcenas, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile, destaca un panorama nada halagüeño para esta región del mundo, ya que dicho organismo pronostica una contracción del PIB de la región del -9.1% para este año, un crecimiento en los niveles de pobreza de 37.3% equivalentes a 231 millones de pobres y, 98 millones que se encontrarán viviendo en pobreza extrema, con un índice de desocupación de 13.5%, las exportaciones de la región caerán 23%, es decir, una década perdida con niveles de ingreso per cápita, descendiendo a niveles de 2010.
Por lo pronto, podemos indicar que han sido muchos los países latinoamericanos, incluyendo a México, que pueden tomarse como casos donde se ha generado una gran disrupción en sus procesos económicos, debido a los efectos nocivos de la pandemia. Tomemos como ejemplo, el caso emblemático de una de las economías más prósperas de los últimos años en Latinoamérica, como lo venía haciendo hasta hace poco, la economía chilena; en este caso, ahora el PIB interanual de su economía, se desplomó un 14.1% en el segundo trimestre de este año, con datos divulgados por su Banco Central, debido a las restricciones derivadas por los efectos, de la mencionada pandemia de COVID-19.
Por todas partes los resultados son preocupantes, por ejemplo, como lo señala el director general saliente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, que fue Embajador de Colombia en Estados Unidos y también Secretario de Economía de Colombia, economista y periodista, que entrevistado por el periodista Andrés Oppenheimer, da cuenta de los posibles estragos que generará la pandemia en Latinoamérica en 2020 y 2021. Por otro lado, señala que tendremos que prepararnos para lograr una paulatina recuperación en las tasas de crecimiento, por lo menos para volver a los niveles anteriores a la pandemia; en este sentido, el todavía director del BID destaca que existe una gran oportunidad para Latinoamérica, de poder llegar a contar con un Mercado Hemisférico de las Américas, de grandes proporciones.
Es en la lógica mencionada también de los expertos en economía, que se presenta la gran oportunidad para México, de aprovechar las ventajas de contar con los múltiples acuerdos comerciales ya establecidos, principalmente del T-MEC, que se acaba de aprobar entre Estados Unidos de América, Canadá y México, ya que nuestro país ha venido operando la mayor parte de su comercio exterior principalmente con estos dos países, desde hace más de veinticinco años, desde antes de la entrada en vigor del anterior TLCAN.
Dentro de este contexto, es necesario destacar la importancia logística de las entidades federativas costeras de México, para el comercio nacional e internacional, por ser un engrane estratégico para el desarrollo marítimo y portuario del país, ya que aprovechando el carácter biocéanico del país, sirven de enlace por tierra, mar y aire, para hacer concurrir y conjugar modernamente, los sistemas multimodales hacia el norte, sur, este y oeste de México.
Por último, es en este sentido que se afirma que existe una capacidad ociosa y de abandono secular, de los recursos de nuestros litorales y costas, que están a la espera de continuar con un desarrollo, que se antoja de enorme potencial, donde la robotización y digitalización de los servicios marítimos y portuarios, apenas comienza en algunos países a ser una realidad, mientras que en otros países como México, apenas comienzan a tomarse en cuenta. De ahí que sigamos insistiendo en un marco de referencia y operación como el de MAPMARYPOR. Sin inversión no habrá crecimiento y sin crecimiento no habrá progreso.

Comentarios: [email protected] (*) Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.