¿Un presunto genocida ganó la Revocación de Mandato?

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos reveló que de 1951 a 1965, México vivió un “auténtico genocidio” por parte del Estado mexicano que violó los derechos humanos de ene cantidad de ciudadanos y ejerció represión contra diversos movimientos sociales.

Al presentar su documento con el kilométrico título de “Informe Especial sobre Violación del Derecho a la Democracia del Pueblo y la Represión de los Derechos de Reunión y Asociación por el Estado Mexicano (1951-1965)”, la CNDH señaló que esta investigación prueba que “durante poco más de 35 años, la Dirección Federal de Seguridad, y por más de 70 años, el Estado Mayor Presidencial, actuaron al margen del orden constitucional”.

 

Como si no lo supiéramos.

El informe detalla que en el periodo de 14 años (de 1951 a 1965) se registraron 217 muertos y 211 heridos; entre 395 y 595 desaparecidos y 3 mil 416 detenidos arbitrariamente.

“Un auténtico genocidio, destacando el hecho de que se trata de un registro incompleto porque en realidad hubo cientos más que fueron torturados, detenidos ilegalmente, o sujetos a hostigamiento y vigilancia por parte de las autoridades en todo el país, sin que se haya tenido mayor conocimiento de su destino”, dice el informe.

 

Veamos; los responsables de estos hechos serían Miguel Alemán Valdés que fue Presidente de 1946 a 1952. Adolfo Ruiz Cortines (1952 a 1958); Adolfo López Mateos (1958 a 1964) y Gustavo Díaz Ordaz (1964 a 1970).

 

¿Qué hará la CNDH? ¿Pedir que se les enjuicie post mortem para que quede registro de que aunque tardadita, la justicia siempre llega? Debería, debería.

 

Ignoro si este informe tendrá una segunda parte que comprendería de 1966 hasta nuestros días, periodo en que se registró la matanza de Tlatelolco; la matanza del Jueves de Corpus; las masacres de Acteal y Aguas Blancas; incontables desapariciones, asesinatos de opositores, más masacres y los asesinados y decapitados de la guerra contra el narco. Es decir, un informe que abarcaría a todos los presidentes de Díaz Ordaz para acá.

 

¿Incluirá ese informe un presunto genocidio cometido por Andrés Manuel López Obrador?

 

¿Cómo?, el señor no es genocida.

 

A ver…

 

Un reportaje de Latinus puso al descubierto que millones de medicamentos han caducado en las bodegas del IMSS durante la administración del tabasqueño.

 

Son más de 18 mil millones de pesos los que literal, fueron tirados a la basura. Mientras padres y madres pedían medicamentos para sus hijos, las medicinas caducaban por negligencia criminal.

 

El número de medicinas caducadas es de 134 millones 661 mil 538 piezas, entre ellas vacunas del cuadro básico, es decir, vacunas destinadas a los menores para prevenirlos contra la tuberculosis, varicela o hepatitis y que algunos padres tuvieron que comprar de su bolsillo.

 

De enero del 2019 a octubre del 2021 al IMSS le caducaron 131 mil piezas de medicamentos al día o 134 millones de piezas en total, de las cuales 14 millones fueron de vacunas del cuadro básico. De 18 mil millones de pesos tirados a la basura, 10 mil millones fueron en vacunas.

 

Esta criminal negligencia podría ser fatal porque hay niños que tienen dos años de haber nacido y durante ese tiempo no han recibido ni una vacuna del cuadro básico. Esto se concatena con que no todos los padres tienen 1,300 o 2 mil pesos para comprarlas en las farmacias y vacunarlos.

 

Niños con cáncer que murieron entre otras razones por falta de quimioterapias, estarían vivos de no ser porque sus quimios fenecieron en las bodegas del IMSS a causa de la caducidad.

 

Alrededor de 610 mil piezas de medicamentos oncológicos entre ellos las quimioterapias, caducaron en tres años. Esas medicinas que costaron 540 millones de pesos al erario estaban ahí, pero nunca se distribuyeron lo que ha llevado a la muerte a más de 2 mil pequeños.

 

¿Esto es culpa de “los de antes”? No, ellos dejaron el stock suficiente para que el gobierno de la 4T comenzara sin sobresaltos en el rubro de la salud. Pero llegó Andrés Manuel e hizo talco el programa de distribución y abasto.

 

De acuerdo con los expertos, (dice el reportaje realizado por los periodistas Ana Lucía Hernández, Monserrat Peralta y Julio Astorga), todo comenzó con graves problemas de logística que no se veían en sexenios anteriores, cuando farmacéuticas y distribuidores eran corresponsables de la entrega de medicamentos en los hospitales, pero Andrés Manuel encontró “un mundo de corrupción” y metió las manos.

 

Ahora, las farmacéuticas entregan en puntos de distribución y sólo tres empresas se encargan de distribuir a todos los puntos del país. Así comenzó la bronca que ha culminado no sólo en desabasto sino en una caducidad de medicamentos nunca vista en la historia del país.

 

Caducidad que Alejandro Barbosa, director de la Asociación Nariz Roja que apoya a personas con cáncer, calificó en siete palabras: “Es maquiavélico, es terrible, es un genocidio”.

 

Y eso es ni más ni menos.

 

Ok, a reserva de que el señor presidente descalifique esa calumnia como sólo él sabe hacerlo en su mañanera, ese reportaje no vale porque lo hizo el equipo de Carlos Loret que tiene un depa de 20 millones de pesos y una casota en Valle de Bravo de 800 hectáreas.

 

¿Y eso qué? ¿Acaso se las robó al erario?

 

El reportaje no tiene desperdicio y debería ser investigado no sólo por la CNDH sino por la FGR. Pero no lo harán, como tampoco investigarán el ecocidio en la selva Maya ni la responsabilidad de López Obrador, al menos por omisión, en los 116 mil asesinatos dolosos en lo que va de su sexenio.

 

Si cuatro presidentes supuestamente responsables de la muerte de 217 personas y la desaparición de 595 se fueron a la tumba sin recibir castigo, Andrés Manuel no será la excepción por el presunto genocidio de más de 2 mil menores. ¿O acaso alguien piensa que le emitirán al menos una recomendación o lo llamarán a declarar? Por Dios.

 

Pero las instancias internacionales sí, sólo que no ahora.

 

Lo de hoy es “el triunfo de la democracia” en la Revocación de Mandato donde el 18% de los mexicanos (menos el 7% que votaron en contra) salieron a pedirle que les siga haciendo el honor de gobernarlos.

 

Ah caray. ¿Apenas el 18% y el señor presidente está hecho un cascabel de alegría?

 

Yo que él me preocuparía. Se me hace muy hacia arriba que después de haber hecho uso de todo el aparato del Estado para la Revocación, sólo lograra llevar a las urnas a 16 millones 704 mil 976 mexicanos (datos del conteo rápido), cuando era para que hubiera arrasado y él lo sabe.

 

Pero eso es peccata minuta. Hoy es día de fiesta en Palacio Nacional, porque la carrera rumbo al 2024 comenzó este domingo con la condena a muerte del INE y la persecución de sus consejeros por unanimidad morenista.

 

El genocidio de menores inocentes, el ecocidio en una selva, los cientos de miles de asesinados, la inseguridad y la violencia; todo eso puede esperar. Lo mismo que la inflación con su brutal carestía, el desempleo y la multiplicación de los pobres.

 

Ahorita Andrés Manuel está feliz porque vive otro momento estelar. Ganó la Revocación y “ganó el pueblo de México”. Por favor lector, que nadie lo esté jodiendo con tarugadas.

 

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