Trump impone abstinencia a adictos

’21/08/2025’
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La improvisación es la característica del segundo gobierno de Donald Trump, quien quiere volar sin saber caminar. Le pasó con los aranceles, que representó un bumerang contra la economía estadounidense y ahora se le ocurre anunciar que está dispuesto a usar “todos los elementos de su poder” para detener la entrada de drogas a través de sus fronteras.

Cuando impuso los aranceles a sus socios comerciales y al mundo entero que todavía le compra mercancías, nunca tomó conciencia de la pobreza de su industria y de la dependencia financiera que tiene con los países a los que les impuso esa carga tributaria, que afectó principalmente su economía, cuya producción debió fortalecer primero, ahora sus decisiones debilitaron al dólar e impulsaron una inflación sin límite.

Ahora, anuncia que no habrá drogas en su territorio cuando más de 50 millones de adictos necesitan sustancias para poder seguir viviendo. Sus organismos le reclaman el consumo.

A comienzos de agosto Trump firmó en secreto una directiva para el Pentágono que autorizaba el uso de la fuerza militar contra los carteles de la droga latinoamericanos que la Administración ha declarado organizaciones terroristas, según reveló The New York Times.

Nunca pensó en crear espacios de rehabilitación o clínicas contra las adicciones, simplemente prohíbe la droga como si tuviera uno o dos adictos en todo el país, cuando se trata de una multitud que representa la cuarta parte del total de soldados activos de Estados Unidos.

Si a esto agregamos la facilidad con la que se adquieren las armas en el vecino país, encontramos que los adictos, tradicionalmente seres pasivos y dependientes, se convierten en un soldado que busca droga a como dé lugar.

Por si fuera poco, Trump anuncia que llevará a los responsables a la justicia, lo que quiere decir que sus vendedores estarán presos y no podrán acudir a ellos.

Difícilmente Estados Unidos podrá ubicar a esos expendedores de drogas, cuya actividad pasa desapercibida hasta el momento para todo tipo de autoridades. Se ha demostrado que es más fácil que una corporación policiaca mexicana conozca los pasos de los menudistas estadounidenses y sus capos, que los policías de aquel lado de la frontera puedan encontrar la manera en que operan esos delincuentes.

Trump atribuye a los carteles en América Latina el flujo de fentanilo y otras drogas que, según él, destruyen comunidades estadounidenses y generan un aumento de la violencia en algunas ciudades del país.

Es decir, que si hay violencia actualmente de los adictos, habrá más a la hora que estén desesperados por conseguir droga y no encontrarla.

Trump tendrá que regresar a los militares a sus cuarteles para que contengan la ira de los adictos que ya empiezan a organizarse en las calles de las principales ciudades de la Unión Americana para hacer frente a esta prohibición.

Trump tendrá que olvidarse de invadir otros países ante la necesidad de fuerzas que representa el trabajo de la toma de las calles y edificios públicos, por los adictos que quieren seguir consumiendo.

Las aduanas porosas que comparten México y Estados Unidos deberán ser selladas para el ingreso de las drogas, si es que en realidad Trump, quiere impedir el acceso de las sustancias a su territorio.

Pero sabemos que Trump no tiene palabra, quien, al ver las dificultades que le acarrean sus amenazas, pospone fechas, y aplaza castigos, quedando en ridículo ante el mundo entero.

PEGA Y CORRE.- Encontrar reservas de litio en Veracruz, Tamaulipas, Tabasco, Campeche y Chiapas, representa una esperanza para rescatar por completo y a corto plazo de su crisis a Pemex, y seguir sosteniendo los programas sociales por muchos años sin problemas. Ya empezaron a presentarse las primeras ofertas de compra y México deberá seleccionar cuidadosamente a los aspirantes a adquirirlo, que más le convenga…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.