Termoeléctricas, Dos bocas e inyección de recursos a Pemex, los peligros del plan de recuperación económica de AMLO: Greenpeace

  • Mejorar calidad del aire, medida sanitario ambiental de urgente atención
  • Impulso a las energías renovables, fundamental para virar el timón hacia un futuro menos vulnerable a catástrofes ambientales, de salud y económicas

 

Ciudad de México, 06 de abril de 20202.- La organización ambientalista Greenpeace alerta que entre las medidas anunciadas por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para reactivar la economía en el marco de la crisis que enfrenta el país por la pandemia del Coronavirus,  preocupan aquellas basadas en los combustibles fósiles ya que a futuro son un riesgo para la economía y nos acercan a otra crisis de impactos severos para la sociedad: la crisis climática.

 

El gobierno planteó con firmeza no regresar al pasado con políticas neoliberales. En ese sentido debe considerar a los combustibles fósiles como un ancla al pasado, que agudiza las catástrofes ambientales con un alto impacto en los sectores más pobres. Nuestro país debe ir un paso adelante para anticipar nuevas crisis ambientales, de salud, sociales y económicas.

 

El anuncio de medidas económicas se centraliza en los programas intocables del gobierno federal, entre éstos la construcción de la refinería de Dos Bocas. Asimismo apostará por una menor carga fiscal a  Petróleos Mexicanos, mayores recursos a la construcción de plantas termoeléctricas en la Península de Yucatán y Baja California Sur, es decir, se seguirá con los proyectos energéticos anunciados a pesar de todas las señales del mercado internacional que muestran que la industria de los combustibles fósiles está en crisis. Si bien, se anuncia que las necesidades de energía del país están cubiertas, es necesario señalar que estas aún dependen de fuentes contaminantes.

 

La construcción de plantas termoeléctricas en la Península de Yucatán y de Baja California Sur, significa dejar ir una oportunidad muy importante para desarrollar proyectos de energía renovable que incluyan a las comunidades en dos regiones con un altísimo potencial solar en el caso de Yucatán y eólico en el caso de BCS.

 

Por otra parte, aferrarse a la generación de energía proveniente de fuentes contaminantes hace que las medidas anunciadas en el sector salud sean de carácter paliativo. En el caso del Covid-19, sus efectos son más peligrosos para quienes padecen enfermedades respiratorias, por lo que el estado de la calidad del aire debería ser una medida sanitario ambiental de urgente atención, de carácter preventivo, que no se está considerando. En términos económicos cabe destacar que  el gobierno tiene un gasto anual de alrededor de 871 mil millones de pesos en atender enfermedades respiratorias, presupuesto que podría ser ahorrado y destinado, por ejemplo, a la creación de infraestructura que permita mejorar las condiciones de calidad del aire y de paso crear empleos.

 

“El anuncio de medidas económicas se centraliza en los programas intocables del gobierno federal y atiende poco las necesidades locales, especialmente en entornos urbanos, en los cuales hay fuertes posibilidades de inversión en rubros de infraestructura pública, incluyendo la modernización de sistemas de transporte público, que podría detonar miles de nuevos empleos de una manera más distribuida en al menos 50 zonas metropolitanas del país y con mayores derramas económicas a nivel local”, señaló Aleira Lara, Directora de campañas de Greenpeace México.

 

Dentro de los anuncios presentados, quedó pendiente el plan de inversión del sector privado al sector energético. “Este sector es fundamental para virar el timón hacia un futuro en donde los sectores más pobres no paguen los costos de la inacción climática. Es muy importante que este plan integre mecanismos que permitan realizar una transición energética justa y efectiva, así como la reactivación de los ya existentes como las subastas eléctricas de largo plazo. Este plan también deberá enfocarse en reducir los obstáculos que actualmente existen para la generación distribuida de energía a base de fuentes renovables en el sector residencial y comercial y de paso cumplir con el compromiso adquirido en el Acuerdo de París de  reducir emisiones”, abundó Lara.

 

La agenda energética de la actual administración implicará el aumento sostenido en emisiones de GEI, el incremento en la dependencia de combustibles fósiles importados, como el gas natural y el incumplimiento de las leyes nacionales que enmarcan las contribuciones nacionalmente determinadas. Si el gobierno no es todologo, debe escuchar a expertos y científicos que han planteado impostergable la reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI), que en nuestro país significa la rápida y efectiva inclusión de energía renovable en la matriz eléctrica.

 

Para establecer una agenda que ataque directamente la enorme inequidad que vive nuestro país se tiene que integrar de manera transversal la adaptación y mitigación al cambio climático, el plan de recuperación plantea una oportunidad para fortalecer el sistema de salud pública, es muy importante que estas medidas incluyan también la adaptación de los asentamientos urbanos y la prevención a los impactos que ya experimentamos de la crisis climática, las oleadas de calor, inundaciones, fenómenos meteorológicos de gran magnitud, acceso y sanidad del agua, así como los brotes de enfermedades vectoriales como el dengue, que el año pasado creció de manera significativa en nuestro país.

 

El único aspecto ambiental que se esbozó en el plan de recuperación fue el programa Sembrando vida, siendo el programa que utilizan para hablar de la política forestal y de la política de mitigación de emisiones de cambio climático, pero, tan solo las emisiones de la refinería de Dos bocas, proyectadas en su manifestación de impacto ambiental, volvería insignificante los servicios ambientales de captura de emisiones del millón de árboles de Sembrando vida.

 

A pesar de haber anunciado una ampliación para beneficiarios del programa Sembrando Vida, se está dejando de lado el importante sector de la producción alimentaria, que a través de un modelo de producción agroecológica, podría beneficiar al 85% de personas que se dedican a esta actividad.greene

 

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