Subsidio de credibilidad a Cienfuegos

Cuando la desmemoria tiene dolo se convierte en agresión y esto es lo que han hecho recientemente algunos líderes de opinión que condenan el presente como si anteriormente no hubiera sucedido algo similar. Sólo que en aquel entonces callaron.

La visión de que hubo injerencia de parte de Estados Unidos en la captura del exsecretario de la Defensa Salvador Cienfuegos, en territorio estadounidense, ha exaltado los ánimos de algunos comentaristas que callaron cuando el agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, llegó armado con otros agentes, esto lo documentan hasta las series de televisión.

Pero algunos piensan que la memoria de la población es a corto plazo y no sólo menosprecian su inteligencia, sino que la pisotean.

Ya no se sabe si llamarlos reaccionarios, porque no reaccionaron siempre, tampoco son disidentes porque no tienen la costumbre de disentir con el poder, inconformes tampoco porque hubo una época en la que a todo decían que sí, que estaban de acuerdo.

Conservadores tampoco pueden ser porque no conservan la dignidad que debería tener cualquier persona con un pensamiento firme y una ideología sólida. Este grupo de personas son como bateadores emergentes, mercenarios que algunos utilizan para pegarle al gobierno federal cada vez que creen encontrar un error en sus disposiciones.

Respecto a la detención de Salvador Cienfuegos nadie puede asegurar que no tenía la anuencia del gobierno mexicano. Días antes de esa aprehensión el director de la DEA, Timothy J Shea, visitó al presidente Andrés Manuel López Obrador, pudo haberse ahí concretado la acción y otras muchas.

Pero pudo ser antes, el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, reveló recientemente que, desde agosto del año pasado, es decir, hace más de un año, él conocía sobre la investigación de la DEA y la orden de aprehensión contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda desde su “primer día” en el país, remató. De hecho, públicamente le llamó bomba de tiempo. Nada supieron nuestros analistas sesudos.

Si esos analistas de la realidad no tuvieron esa información poco pueden seguir haciendo en los medios donde trabajan, pero ahí siguen de soldados de las fake news. Una lectura cuidadosa del T-MEC advierte que la nueva sociedad entre Canadá, Estados Unidos y México, implica no sólo la entrada y salida de mercancías, la regulación de fuerza de trabajo, la cancelación de aranceles, sino también la posibilidad de una más estrecha colaboración a nivel judicial entre los tres países, sin que altere o violente la soberanía de ninguna de las tres naciones.

Al parecer, los que anteriormente se decían líderes de opinión no se informan ya, están demasiado entretenidos tratando de curar sus descalabros económicos personales y de grupo que la 4T les impuso. Y leer, la verdad, nunca ha sido su fuerte. Son una especie de comentaristas pragmáticos que golpean o halagan al mejor postor.

La vieja práctica política los lleva al presente a expresar disparates como el pronunciado impunemente por el líder nacional del PRI, quien pide a los diputados y senadores un punto de acuerdo para que la defensa de Salvador Cienfuegos la paguemos los mexicanos a través de nuestros impuestos, como si se tratara de un blanca paloma.

En qué momento se les ocurrió esto a los priistas en mayo de 2012, cuando no se sabía ni quién era el dirigente del tricolor, pero ni César Camacho, ni Beatriz Paredes, ninguno de esos “revolucionarios” de escritorio pudieron por lo menos indignarse ante las detenciones arbitrarias de tres generales en territorio mexicano.

Tampoco dijeron nada nuestros comentaristas y analistas estrella, son simplemente perico de ocasión y cuando la trinchera es gratificante y, sobre todo, generosa, optan por rezarle a la amnesia de la población para seguir teniendo reflectores en su arrogante personalidad.

La detención de Cienfuegos en Estados Unidos fue un hecho que pudo haber sucedido hace 10 años y hasta el Presidente en turno hubiera felicitado a los agentes por su valentía, tomando el histórico servilismo de los funcionarios públicos, pero como se trata de un gobierno que quieren descalificar ante el menor pretexto ponen el grito en el cielo y se desgarran las vestiduras en nombre de una soberanía que nunca les interesó. PEGA Y CORRE. – Lo único que le faltaba a Morena, un grupo disidente dentro de sus filas, encabezado nada menos que por Porfirio Muñoz Ledo, quien anunció que creará el Movimiento Democrático. Lo que quiere es ser jefe de algo, pero algo condenado al fracaso… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

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