¿Sergio Gutiérrez? ¿Rocío Nahle? o ninguno de los dos

Que se sepa, no se tiene registro en Veracruz de algún aspirante a la gubernatura que de ser un perfecto desconocido hace menos de un año, haya revertido esa situación y ahora sea el más popular de los ocho morenistas que buscan la bendición de López Obrador para la candidatura. Ese aspirante es el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna.

Días después de que lo nombraron presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, viajó a Xalapa donde tuvo su primer encuentro con reporteros y se dio su primer baño de pueblo. Desde entonces no ha dejado de recorrer los municipios. ¿Cuántos? Los suficientes para que se hable de él en todo el estado.

Desde aquella ocasión su presencia le movió el tapete a los inquilinos de Palacio de Gobierno que de inmediato respingaron. Cuitláhuac García (que se negó a recibirlo) dijo que no lo conocía y Eric Cisneros tiro por viaje lo denuesta: “Es un mequetrefe y si no le digo payaso es para no ofender a los payasos”.

Lo cierto es que Sergio los purga.

Apoyado en un buen equipo de comunicación y en mucho dinero, Gutiérrez Luna se ha apoderado de la agenda de la sucesión en Veracruz al grado que si hoy fueran las elecciones y sólo compitieran los aspirantes de Morena, les ganaría por paliza a todos.

¿Incluida Rocío Nahle? Sí, incluida Rocío.

La titular de la Secretaría de Energía es la favorita del presidente, del gobernador, del secretario de Gobierno y de los morenistas “puros”. Pero…

A pesar de que es una mujer chambeadora y fiel al tabasqueño al que en 60 días le entregará un remedo de refinería construida en un pantano, y a pesar de que es una secretaria de Estado, es poco conocida en Veracruz y quienes la conocen se resisten a que sea candidata.

¿Por qué? Pues por eso, porque la conocen.

El primer “pero” que le ponen es que no es veracruzana; el segundo es que ni como legisladora ni como titular de Energía ha hecho nada por Veracruz, el tercero es que no tiene carisma y no sabe llegarle a la gente, el cuarto es quienes la apoyan (Cuitláhuac y Eric) son sus peores referencias, como lo son los morenos “puros” considerados lo más raspa y pedestre que hay en Morena.

Pero es la favorita de López Obrador.

Aunque déjame decirte lector que ese apoyo es relativo. Sobran ejemplos de personas cercanísimas al presidente que un día se fueron a dormir como sus consentidos y amanecieron proscritos. Un paso en falso de Rocío y adiós al paraíso cuatroteísta.

En contrapunto, Sergio Gutiérrez se ha convertido en ajonjolí de todos los moles; habla de todo y platica con todos. Lo mismo con maestros que con estudiantes, con obreros que con empresarios, con campesinos que con colonos, con profesionistas que con amas de casa, con choferes que con pescadores.

Este Día del Niño estuvo en Acatlán, municipio de apenas 3 mil habitantes que ya mero no aparece en el mapa. Pero donde todos los niños (aproximadamente 500) recibieron un regalo. Con esto, Sergio sabe que en Acatlán cuenta con 2 mil 500 votos para cuando se ofrezcan.

¿Qué tanto le están pesando la falta de tacto que tuvo en el Congreso junto con “El Matador” Luis Hernández y la zarandeada que le dio el periodista Fernando del Collado que lo hizo ver como un novato en el tema de los traidores a la patria? Parece que no mucho.

En Veracruz Sergio se mueve como candidato, saluda como candidato, habla como candidato, interactúa como candidato y promete como candidato.

Ya nomás le falta ser candidato. Pero…

Es gente de Mario Delgado que a su vez es gente de Marcelo Ebrard. Es decir, llegará hasta donde llegue Marcelo y mientras existan Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, Marcelo no volará más alto.

Además, en unos meses el carruaje sobre el que se pasea se convertirá en calabaza porque terminará su presidencia en el Congreso Federal y dejará de fluir la billetiza.

¿Qué hará entonces? Algo deberá sacar de la chistera si quiere seguir vigente. Lo mismo que Rocío Nahle.

Ambos saben que su futuro político depende al 100 por ciento de Andrés Manuel, que así como se puede decantar por alguno de ellos, lo puede hacer por Ricardo Ahued, José Luis Lima, Manuel Huerta, Zenyazen Escobar, Javier Gómez Cazarín o Eric Cisneros.

En palabras llanas; por muy popular que sea Sergio y por mucho apoyo presidencial que tenga Rocío, ninguno de los dos tiene asegurada la candidatura.

Reitero lector, ésta dependerá del presidente y sobre todo de su hígado el día que dé a conocer (mediante sus cuchareadísimas encuestas) el nombre de la ungida o del ungido.

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