Se revuelca Cuitláhuac García en su estulticia. Ya le dio palo la Suprema Corte, pero él quiere paliza

Se revuelca Cuitláhuac García en su estulticia. Ya le dio palo la Suprema Corte, pero él quiere paliza

El ministro Mario Pardo Rebolledo expuso en su ponencia a cargo sobre el delito ultrajes a la autoridad: “Sin duda se trata de una limitante a la libertad de expresión pues penaliza la expresión de los ciudadanos frente a las autoridades. La descripción típica es susceptible de que, con cualquier formulación verbal escrita o incluso cibernética, se cause molestia o incomodidad a cualquier servidor público”. Todavía Margarita Ríos Farjat fue más explícita: “En una sociedad donde prima la libertad de expresión, no puede quedar al gran margen de apreciación de la autoridad cuándo una conducta es ofensiva o injuriosa o amenazante o agresiva, como dice el artículo. Puede ser una palabra, un tono de voz, un gesto, una señal, una forma de hablar, una burla. Es comprensible que cuando una persona es sancionada, se queje, exprese su molestia, y me parece que genera inseguridad jurídica el hecho que la autoridad misma sea quien valore si esa falta de respeto constituye una amenaza o una agresión conforme al artículo 331”. Por eso y por otras argumentaciones, la SCJN derogó el delito de ultrajes a la autoridad en Veracruz. Sin embargo, después del palo recibido, el gobernador de Veracruz porfía: “Esto es muy importante resaltarlo ahora con claridad, porque se ha querido mentir a la sociedad atribuyendo a este Gobierno una falsa imagen de estar contra las libertades”. Como es su costumbre, Cuitláhuac García ya le echó la culpa a los demás, olvidándose que la modificación cuestionada fue idea de sus asesores jurídicos y con ello amenaza con una la invención de un clon de ultrajes a la autoridad, sólo que ahora con otro nombre. Es decir, la Suprema Corte ya le dio palo al gobernador, pero éste quiere paliza.

Todo lo que provocó Jorge Chávez por evadir su responsabilidad; Suprema Corte echa abajo ultrajes a la autoridad. Los tres poderes del estado quedan en ridículo

Lo que detonó la exigencia de derogar el delito de ultrajes a la autoridad fue la aprehensión y vinculación a proceso de 6 jóvenes acusados de intento de secuestro por un grupo de policías; los policías argumentaron que los jóvenes les sacaron navajas para agredirlos y por ultrajes a la autoridad los detuvieron. La periodista Claudia Guerrero reveló que el presunto secuestrado no era otro que Jorge Chávez, secretario particular de Éric Cisneros, quien trató de evadir su responsabilidad por los daños que causó en un accidente automovilístico. Chávez, ex particular de Ricardo Ahued, invitado al lado oscuro por el Bola 8, fue el artífice de todo este embrollo en el que tuvo que intervenir el senador Ricardo Monreal. La historia siguiente usted la sabe. El gobernador Cuitláhuac García se vio envuelto en un pleito mediático con el senador Monreal, a la luz salieron las arbitrariedades de ultrajes a la autoridad por parte del gobierno de Veracruz. En venganza Cuitláhuac metió a la cárcel al secretario técnico de la JUCOPO del Senado. Después de esto tuvo que entrar la Comisión Nacional de Derechos Humanos que pidió la derogación de dicho delito. Cuitláhuac se negó a derogar y pretendió hacer unos cuantos cambios con su Congreso cómplice, apoyado por el Poder Judicial abyecto. ¿El resultado? Los tres poderes del estado de Veracruz quedaron exhibidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación quien ordenó la derogación de ultrajes a la autoridad. Y todo por Jorge Chávez, el particular del Bola 8 quien se sintió tan prepotente como para evadir una responsabilidad que debió asumir como hombre.

Después de la masacre en San José de Gracia, ¿cómo se atreve AMLO a decir que en su gobierno “no hay represión, no hay masacres, no hay tortura”?

Lo hemos estado diciendo, hay indicios preocupantes de que el presidente de México no esté en sus cabales. Al parecer los escándalos en que sus parientes lo han metido, así como las pugnas internas en su gabinete, lo tienen al borde de la cordura. De otra manera no se entiende cómo, después de la terrible masacre ocurrida en San José de Gracia, Michoacán, donde 17 personas fueron acribilladas por miembros del crimen organizado, el presidente se atreva a declarar que en su gobierno “no hay represión, no hay masacres, no hay tortura, se respetan los derechos humanos”. Por cierto, esto lo dijo evitando reconocer las torpezas del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, quien insiste en lanzar una ley que le permita seguir reprimiendo a los veracruzanos. Ahora, a toro pasado, el presidente de México ya se pone del lado de las libertades, cundo desde hace meses se estuvo dirimiendo el tema en los medios informativos, acusando que el delito ultrajes a la autoridad era un instrumento de represión, una manera de tener a los adversarios políticos sometidos. “Yo soy partidario de que se mantengan las libertades, prohibido prohibir libertades”, dice después de la SCJN le dio un revés a su pupilo, el honesto. Hierve la sangre al darse cuenta de tanta hipocresía.

Armando Ortiz                                    Twitter: @aortiz52                             @lbajopalabra