Renunciará AMLO o solo fue otra ocurrencia

*El pueblo no es feliz ni vamos bien dice Iglesia

*Presidente se compara con Gandhi y Mandela

 

EL MARTES 29 de Septiembre, cuando una reportera preguntó al Presidente Andrés Manuel López Obrador ¿Cómo se cae o se derrumban los gobiernos autoritarios?, el tabasqueño no dudó ni por un instante en responder: “Pues con la gente, con las grandes movilizaciones. Sale el pueblo a la calle, cientos, miles, millones y, en mi caso, a la primera manifestación de 100 mil y que yo vea que en las encuestas ya no tengo apoyo, a Palenque, Chiapas, ni siquiera espero la revocación del mandato, ahí nos vemos, porque tengo principios, porque tengo ideales”. El sábado 3 de este mes, el Frente Anti AMLO (Frenaaa) logró concentrar no 100 mil personas sino 250 mil, dicen las cifras extraoficiales, pues no solo el zócalo se vio atiborrado de manifestantes sino las calles aledañas. Fue una manifestación como pocas de los grupos opositores al gobierno de López Obrador que apenas cuatro días antes refería: “les conté que cuando tomaron la UNAM un grupo, estaba don Pablo González Casanova (como rector) y era presidente (Luis) Echeverría quien gobernaba. Le mandó a decir que, si se lo pedía, él mandaba a desalojar a los que tenían tomada la UNAM, y dijo don Pablo: ‘no’. Prefirió renunciar, en alusión a que su gobierno tampoco recurriría a la violencia, por el contrario, se iría a su finca de Palenque para evitar derramamiento de sangre o enfrentamientos. Y en efecto, la concentración del sábado fue pacífica hasta donde se pudo, pues no faltaron quienes intentaron violentarla pero la policía tenía instrucciones de que no pasaran a la plancha ni siquiera los simpatizantes de AMLO, ya que se corría el riesgo de un choque de magnitudes nunca vistas, ante la división de mexicanos que ha engendrado, irresponsablemente, el Presidente. Pero en el ambiente político han quedado flotando las razones que lo llevarían a abandonar la Presidencia y sin esperar un posible proceso de revocación de mandato: “En mi caso, a la primera manifestación de 100 mil personas y que yo vea que en las encuestas ya no tengo apoyo, a Palenque, Chiapas. Ahí nos vemos porque tengo principios e ideales”.

 

Y UNO se pregunta si este lunes el Presidente cumplirá su palabra, o como siempre dirá que no lo entendieron, y que en realidad quiso decir una manifestación de 100 millones de mexicanos y no de 100 mil. Que los medios conservadores lo interpretaron mal porque son perversos, porque sirven a los capitales, o porque están dolidos porque solo da publicidad a unos cuantos, a quienes lo lisonjean y lo comparan con próceres de la Independencia, de la Reforma y de la Revolución, aunque a AMLO ya le parecen poco, y en ese tenor sostiene, como lo hizo el mismo martes 9: “yo he luchado muchos años y me he guiado por el principio de la no violencia y me inspiro, hasta ahora, en lo que hizo (Mahatma) Gandhi y (Nelson) Mandela, (Martin) Luther King y todos los luchadores, y también muchas mujeres que han luchado por la igualdad de manera pacífica; o sea, yo no creo en la violencia. Recurren a la fuerza los que no tienen la razón, no creo en la fuerza bruta, soy pacifista. Entonces, no debe de haber violencia. Y entiendo que exista coraje y también dolor (de las feministas y madres o familiares de víctimas), pero no estoy de acuerdo con esa vía, ni siquiera estoy de acuerdo con buscar la transformación mediante el uso de las armas. Siempre y cuando se pueda transformar una realidad de opresión por la vía pacífica hay que intentarlo; claro, se requiere de convicciones firmes y de no luchar un año, dos años, unos años, es luchar toda la vida”.

 

EN MEXICO nunca ha habido un Presidente de la República que haya sido mencionado para el Premio Nobel de la Paz, y acaso, ante la mención de Donald Trump como candidato, AMLO seguramente dice: ¿y yo porque no?. Sin embargo, ese galardón o reconocimiento -uno de los cinco que fueron instituidos por el fabricador de armamentos, inventor e industrial sueco Alfred Nobel, junto con los premios en Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura-, se otorga anualmente desde 1901 a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones (y AMLO no solo ha dividido a los mexicanos sino que ahora, con el perdón que exige a España y al Vaticano por la conquista y la evangelización) sigue alentando la atomización entre los pueblos. Se le da, también, a quienes han promovido la abolición o reducción de los ejércitos alzados y la celebración y promoción de acuerdos de paz, según el testamento del propio Alfred Nobel.​ Por voluntad de Nobel, quien lo recibe es seleccionado por el Comité Noruego del Nobel, un Comité de 5 personas determinado por el Parlamento Noruego, y en América solo lo han ganado Juan Manuel Santos Calderón, ex  presidente de la República de Colombia y actual profesor en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard​ y Miembro de la Junta de la Fundación Rockefeller. Rigoberta Menchú Tum, líder indígena guatemalteca, miembro del grupo maya quiché, defensora de los derechos humanos, embajadora de buena voluntad de la UNESCO y ganadora del Premio Nobel de la Paz y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Barack Hussein Obama, ex Presidente de los Estados Unidos, además de Carlos Saavedra Lamas (Argentina), 1936. Adolfo Pérez Esquivel (Argentina), 1980. Alfonso García Robles (México), 1982, y Oscar Arias Sánchez (Costa Rica), 1987.

 

Y ES que el Presidente defiende la idea de la transformación del país a través de la “lucha pacífica”, esto en referencia a las protestas que se vivieron durante las marchas a favor de la despenalización del aborto. “La gente quiere que se lleve a cabo la transformación y se está apoyando y no vamos a dar ni un paso atrás, y también vamos a garantizar la libertad a todos, sin autoritarismo”. Otra de las manifestaciones contra el presidente es la del Frente Nacional Anti-AMLO (FRENA), quienes ocupan una parte de la plancha del Zócalo, de las que presume que no reprimirá, como tampoco lo hace con la delincuencia, acaso en espera de la nominación al Nobel.

 

ESTE DOMINGO la Iglesia Católica dejó en claro que el pueblo no está feliz, como se repite muchas veces a través de los micrófonos oficiales; “no vamos bien, enfrentamos una crisis sanitaria por el mal manejo de la pandemia que está matando a mucha gente, pronto llegaremos a los 80 mil muertos según cifras oficiales; se está dejando morir a niños con cáncer y falta apoyo de infraestructura en hospitales públicos; la crisis económica se está sintiendo en todos los sectores de la sociedad, no existe una ruta de rescate y lamentablemente son los pobres los más afectados, pues este año pasarán a engrosar la pobreza 10 millones de mexicanos más, según datos de la Coneval y la Cepal; se están dinamitando las instituciones públicas que costó trabajo y tiempo establecer; la división de poderes se está debilitando y se promueve la exagerada concentración del poder”, asume este domingo la Arquidiócesis de Xalapa, y en ese contexto refiere: “vivimos en una crisis continua del Estado de Derecho”. Pero la pregunta es: ¿renunciará AMLO aunque la Constitución se lo prohíba, o lo dicho solo fue otra de sus múltiples ocurrencias?. OPINA [email protected]