“No podemos evitar cometer errores, pero si podemos poner
constantemente atención para tratar de evitarlos.” – Epícteto.
La vorágine que comienza a envolver a los ciudadanos embaucados una vez más en la parafernalia mediática y propagandística del actual régimen transformador respecto al proceso de sucesión presidencial del 2024 y previamente al proceso electoral a desarrollarse en el Estado de México y Coahuila en este mes de junio de 2023, confirma claramente cómo estamos realmente de jodidos.
Mientras nos envuelven con que, si será Delfina Gómez de Morena y sus paleros aliados los vencedores de la elección mexiquense, o de si Alejandra del Moral, podrá garantizar el triunfo y el campanazo a la Coalición integrada por el PAN-PRI-PRD, la sociedad se aleja de los verdaderos temas nacionales.
La criminalidad desbordada por una fallida estrategia nacional de seguridad, que desde el momento mismo de sustentarse en el hecho de se acabaría con la corrupción como se barren las escaleras, de arriba para abajo, demostró ser un fracaso rotundo.
Hoy como nunca la opacidad enmarca al actual régimen, atrás quedaron los postulados que hablaban de buscar transparentar toda la función pública, eso era simplemente un cuento embauca tontos para conseguir lo que verdaderamente les importaba que era el poder.
Hoy la crisis de seguridad ha escalado al punto de sumergirnos en un asunto que ha puesto al estado entre la espada y la pared, admitir abiertamente la colusión con los grupos criminales o declarar un estado fallido transformado en un narco estado.
Los problemas reales en la economía, sostenida con alfileres, serán en verdad un problema de dimensiones inimaginables para el siguiente gobierno, el cual no contará con recurso alguno para hacer frente a cualquier vaivén económico.
No hay más fondos o reservas estratégicas, no hay más fideicomisos, no hay más ingresos petroleros, y mucho menos contamos con esquemas generadores de nuevos fondos o riquezas, supeditados a la recepción de las remesas, el gobierno ancla sus esperanzas en echarle mano a los fondos de seguridad social o pensiones, último recurso con el que podrían continuar con su falas política de lucha contra la pobreza.
Misma que se basa en la generación de pobres, para con ello, convertir a la sociedad en clientes del régimen, en una sociedad necesitada de la dádiva y del dinero público para subsistir, pues el actual gobierno jamás enseño como generar riqueza, por el contrario, raso a todos del mismo modo y en la misma circunstancia, creando una especie de “conformismocracia” en donde el esfuerzo por superarse no sea una medida de progreso.
Así jodidos todos, esclavizados todos al régimen manipulador se conforma la sociedad, y con ello, se mantiene a la masa controlada, alejándonos de la cultura del trabajo y la superación para garantizar un mejor porvenir.
Porque aspirar a tener más, cuando todos debemos vivir en el conformismo, vaya por eso repetir hasta el cansancio que nadie puede ganar más que el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque ese es el fondo del movimiento todos jodidos.
Mientras tanto de las desapariciones, del desempleo, de la crisis hídrica nacional, los asaltos en carreteras, los atentados a la naturaleza que obras como el Tren Maya ejecutan, a nadie le interesan, y ni hablar de la crisis migratoria que enfrenta el país, porque ahí nuevamente los mexicanos somos insensibles al problema.
Y la lista podría continuar. En realidad, y con toda certeza lo único que podemos confirmar es ¡que jodidos estamos!
Al tiempo.
Twitter: @LuisBaqueiro_mx