Muchas fueron las voces que vaticinaron desde el inicio del Gobierno de Cuitláhuac García, que el mandatario veracruzano sería “invitado” a participar en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dándole una salida digna y poniendo en su lugar a un sustituto.
Se aseguró que García Jiménez se podría convertir en Director o en Subsecretario en alguna área de la Secretaría del Bienestar, o en titular de asuntos sin importancia de la República.
Lo anterior no sucedió, y Cuitláhuac no se fue.
A tres años de su administración, se quiera reconocer o no, el mandatario veracruzano mejoró notablemente su desempeño, los temas de seguridad, aunque opacados por zonas de especial atención, son buenos, y en asuntos financieros, mejor, pues las calificadoras y los inversionistas cada vez más voltean a la entidad, por el excelente manejo de la deuda.
Con un estilo de Gobernar que hasta ahorita muchos no entienden, García Jiménez mantiene el control político del estado casi en su totalidad, un Congreso del Estado con mayoría, el respaldo de los diputados federales y del propio López Obrador, consolidan el movimiento transformador que abandera el jefe de las instituciones de Veracruz, con un poder que tal vez ni el mismo Gobernador concibe.
De hecho, para nada es menor que, aunque con “amor comprado” sean más de 120 alcaldes electos de “oposición” los que se sumaron a MORENA, logrando homogeneizar a un Movimiento de Regeneración Nacional que indudablemente los fortalecerá con rumbo al 2024, logrando el Cuic, ser factor hasta en su propia sucesión.
Ahora toca a la oposición “reinventarse” porque de lo contrario, MORENA, aun con los errores que cometieron en su novatada, están en la posibilidad de llevarse “carro completo” en el próximo proceso electivo, y de darse el caso de que Cuitláhuac García, ahora sí, se convierta en Secretario de Estado, pero con el siguiente Gobierno Federal que pinta mucho para que sea encabezado por una mujer.
Pero esa, es otra historia, veremos cómo le va.
@IvanKalderon