*Alito Moreno y Ulises Ruiz: dos pájaros de cuenta
*Pepe debe encabezar la renovación en el Estado
DURANTE MUCHAS décadas el PRI se ha negado a cambiar, acostumbrado a ganar como lo vino haciendo ininterrumpidamente desde su creación, en 1929, hasta el 2000 cuando perdió durante dos sexenios contra el PAN, entonces su principal antagonista y ahora aliado, recuperando el poder en 2012, cuando la sociedad pensó que había aprendido la lección, que se había transformado. Craso error: el Revolucionario Institucional siguió en las mismas, con funcionarios corruptos a los que se dispensaba una y otra vez sus fechorías, con saqueos, entrega de concesiones al mejor postor y con una alianza multimillonaria con las principales televisoras y diarios nacionales que acaparan el 90 por ciento del presupuesto para medios, mientras el restante 10 por ciento era para distribuir entre la prensa de todo el país. No hubo cambios, menos modificación de estatutos para acercarlo más a la sociedad y la derrota sobrevino estrepitosamente, primero en el 2018 cuando fue enviado al tercer sitio en la preferencia social, derrota que le fue ratificada en el 2021 y, por lo visto va en picada y no hay poder humano que lo rescate, por el contrario, quienes están enquistados en puestos de dirección se aferran como una tablita salvadora, más aun cuando enfrentan señalamientos severos como el actual dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas que debe solventar una denuncia ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) por la presunta contratación de empresas fantasma cuando fue gobernador de Campeche, lo que le permitió realizar operaciones simuladas y desvíos de recursos. “Tengo conocimiento (de) que, durante el periodo de gobierno de Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, Christian Mishel Castro Bello y América del Carmen Azar Pérez realizaron varias operaciones simuladas, desvíos de recursos, entre otros actos por encima de la ley, defraudando al gobierno de Campeche y a la Hacienda Pública Federal”, comentó el pasado primero de Junio Teresita Cervantes Pérez en la denuncia presentada ante la Administración de Fiscalización Estratégica del SAT. La denunciante también presentó una querella ante la Fiscalía General de la República contra Layda Sansores San Román, gobernadora electa de Campeche por, presuntamente, utilizar empresas fantasma cuando estuvo al frente de la Alcaldía Álvaro Obregón. Se trata de empresas que aparecen en la lista negra del SAT por emitir comprobantes sin contar con los activos, personal, infraestructura o capacidad material para prestar servicios.
Y EL TEMA del llamado “Amlito” resurgió durante la toma de instalaciones del Comité Ejecutivo Nacional del PRI el pasado martes, encabezada por otro dinosaurio que ha enfrentado acusaciones hasta de crímenes cuando se desempeñó como gobernador de Oaxaca. Se trata de Ulises Ruiz Ortiz quien tomó posesión de la gubernatura oaxaqueña en 2004, en medio de protestas por un supuesto fraude en el que se denunciaron actividades como compra de votos y otras argucias que “adulteraron” y le dieron la oportunidad de ascenso.
DOS AÑOS después, en mayo de 2006, Ruiz Ortiz enfrentó un severo conflicto con maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, encabezados por Enrique Rueda Pacheco, quienes se mantenían en plantón en el centro de Oaxaca. Eran alrededor de 70 mil profesores que exigían aumento salarial, mejor mantenimiento a escuelas rurales y justicia en el Estado de Oaxaca, y ante la nula respuesta de autoridades Estatales, las protestas fueron acrecentándose y se llevaron a cabo bloqueos carreteros, daños a inmuebles propiedad del estado y bloqueos al aeropuerto internacional de Oaxaca Benito Juárez. Pero el 14 de Junio de aquel año, sin mediar ningún diálogo, el gobernador ordenó el desalojo contra el plantón ubicado en el zócalo de la ciudad, el cual fue combatido por los profesores y miembros de la sociedad civil en general, quienes tras siete horas de enfrentamientos lograron dispersar y retirar a la Policía Estatal y recuperar la plaza de armas. Por aquellos hechos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que hubo graves violaciones a las garantías individuales de los profesores, por lo que ministros resolvieron que también se produjo una violación a la garantía de acceso a la información, y en ese tenor ordenaron que se excluyera al jefe del Estado Mayor y al coordinador de Fuerzas Federales de Apoyo como autoridades responsables en los hechos, y dictaminaron que “el gobernador del estado de Oaxaca tiene una responsabilidad lisa y llana, y no atenuada como lo planteaba originalmente el proyecto de dictamen”.
SIRVA LO anterior para definir que ni Alejandro Moreno Cárdenas ni Ulises Ruiz –quienes se disputan el control del PRI- son una perita en dulce, y que ambos deberían dejar ese instituto en manos de gente nueva, de jóvenes no maleados que no busquen tan solo su interés personal, pues de lo contrario el Revolucionario Institucional será borrado del mapa en el 2024. Pero la limpieza debe incluir a dirigencias Estatales como la de Veracruz, donde solo se ganó una diputación Federal, pero no por el “tricolor” sino por el prestigio y aceptación que tiene José Francisco Yunes Zorrilla. Y es que Marlon Ramírez Marín se dedicó a todo menos a dirigir al ex partidazo, y los resultados están a la vista, y con todo y ello se aferra a una dirección que en sus manos deja mucho que desear porque no existe.
EN VERACRUZ –como en el país- es urgente la renovación de los cuadros del PRI, pero no por más de lo mismo. No por gente maleada que responde a intereses y grupos, sino por dirigencias sanas, bien formadas, con espíritu de cambio para recuperar las posiciones perdidas, porque dejarlo en manos de Marlon sería sepultarlo, y eso debería entenderlo Pepe Yunes que es el único diputado federal que se ganó la posición a pulso, con una intensa campaña que demuestra cómo se debe trabajar en las bases, con la sociedad, y cómo ganar el respeto del pueblo. Y es que los tiempos ya no pueden esperar, y en Veracruz hay infinidad de jóvenes valiosos a la espera de una oportunidad que no les llega, porque el control de las direcciones Nacional y Estatales está en manos de unos cuantos, como si la membrecía del PRI fuera de su propiedad. Es tiempo sin duda, de sacudir al Revolucionario Institucional antes que los grandes intereses se lo sigan disputando y engullendo como lo hacen ahora dos pájaros de cuenta como son Alejandro Moreno Cárdenas y Ulises Ruiz, cada cual con su pandilla de aduladores. Es tiempo de echarlos, que se dediquen a legislar con las diputaciones plurinominales que tomaron por asalto, y que dejen la tarea de dirigir a quienes si desean rescatar a ese instituto. Así de simple. OPINA [email protected]