Aperitivo: “¿Por qué me sucede todo esto? Porque soy mexicano. ¿Y cómo me entero de que soy mexicano? Porque me sucede todo esto.” (De mi entrañable Carlos Monsiváis). No, pos sí.
Tenemos en la punta de la lengua, en nuestras lenguas viperinas, un ramillete de escupitajos -¿groserías?; eso depende de cada idiosincrasia- que caracteriza al mexicano, ni dudarlo, mal hablado que somos, pos nos lleva la chingada, a güevo, las leyes nos las pasamos por donde ya saben dónde y ya escuchamos, aunque no lo pronuncien, el me vale madres, se hace porque se hace y que chinguen a su madre. No hace falta ser de Alvarado o lugares aledaños, somos porque somos y a chillar a otra parte. Da mello el mátenlos en caliente. No creo que hayan pasado esos tiempos, o quizás sí, pero ahora está harto maquillado. ¿Qué diría ahora Mario Vargas Llosa? ¿La dictadura perfecta? En fin, ya escucharon a la filósofa deportista Ana Guevara. Me cago en la hostia… No, eso es españolada. No chinguen la conciencia.
En la serie “La niebla” (Neflix), basada en un relato de Stephen King, un jovencito de apariencia afeminado -lo que su padre reprueba- expresa en cierto momento que él no ve géneros, ve personas y que de cualquiera se puede enamorar y amar. Ahí está, el amor a la persona, empatía, porque el amor no tiene color ni fecha de calendario; pero, ay, sin lugar a dudas, amar requiere de reciprocidad y, desde luego, resultados, en todos los ámbitos y rincones, calles y avenidas y… ¿Qué pensarán los que tienen el poder público o privado?
Bien, presidenta -con “A”, a la chingada la Real Academia Española, pos si se pronuncia existe, al igual que otras futilidades y flatulencias-, y quiero creer cuando dice:
“Como titular del Ejecutivo Federal, como primera mujer Presidenta de México, sepan que actuaré con honestidad; responsabilidad; respetando la independencia de los poderes; gobernaré para todos y para todas las mexicanas y mexicanos, y tengan la certeza que nos sentimos y nos sentiremos todas y todos, cada día más orgullosos de nuestro origen y también de nuestro porvenir.
Nadie debe temer a nada, al contrario, el futuro es promisorio. Somos un país y un pueblo extraordinario, único, maravilloso.
Estaremos a la altura de las circunstancias y de nuestro hermoso y glorioso pueblo.
Hago el compromiso de no defraudar, y de poner todo mi empeño, mi conocimiento, mi corazón, mi esfuerzo, mi voluntad y hasta la vida misma, para servir a mi Patria y a mi pueblo.
¡Que viva México!”
Sí, pos sí… ¡Que viva México! Este México -hay que decirlo- que se viste y se embarra de cortinas de humo, porque detrás hay una cruda realidad: una creciente incertidumbre. Demos el beneficio de la duda, sin embargo.
Celebremos que tenemos una mujer Presidenta. A chingar a su madre los machistas, y ojalá no nos salga más caro el caldo que las albóndigas. Digo, yo nomás digo.
Encontré el siguiente dato: “Sheinbaum se suma a otras siete mujeres que fueron elegidas en las urnas: Violeta Barrios de Chamorro, Mireya Moscoso, Michelle Bachelet, Cristina Fernández de Kirchner, Laura Chinchilla, Dilma Rousseff y Xiomara Castro.” (BBC News Mundo, 03/05/2024).
Los días y los temas
En el libro recientemente publicado Así no es, los autores Viri Ríos y Raymundo Campos afirman que México está plagado de ideas falsas que se han vuelto moneda corriente; vaya, ideas manoseadas de la cual muchos se aprovechan. Señalan lo siguiente.
“[…] con nuestra encuesta encontramos que la mitad de los mexicanos creen que los jóvenes actuales son más flojos que los de antes y por eso ganan menos dinero en sus empleos. Sin embargo, no es así. Por el contrario, los jóvenes actuales trabajan la misma cantidad de horas que los de antes y estudian más. El problema no es que sean flojos, sino que el mercado laboral cada vez paga menos por el mismo nivel de estudios. Un mexicano con licenciatura gana 24% menos de lo que ganaba hace 15 años. Esto ha sucedido porque la economía mexicana no ha creado suficientes empleos para dar cabida a los nuevos universitarios y la falta de organización laboral de los jóvenes ha permitido que las empresas abusen de ellos.”
Ahí ‘ta, una probadita. Léanlo.
De cinismo y anexas
Recordemos que somos mexicanos. Recordemos y les comparto lo que dijo Amlo luego del triunfo de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales, en Zacatecas:
“El pueblo no iba a seguir apoyando más de lo mismo, es decir, más corrupción y más pobreza y más humillación y más clasismo y más racismo. ¡Al carajo con todo eso! ¡Ojalá que aprendan la lección porque todo somos mexicanos! Y ojalá aprendan la lección que con el pueblo todo y sin el pueblo nada”.
¡A chingar a su madre! ¡O es o no es! Al tiempo… Ay, nanita.
Hasta la próxima.