La persona que toma la pluma como arma y la hoja de papel como campo de batalla debe hacerlo como un soldado que combatirá en la lucha con honor, valentía y denuedo. Expuse a mis sinodales en la realización de mi tesis profesional “La corrupción dentro del periodismo en México”. Mi sentir no ha cambiado sino se refuerza. “El hombre verdadero va a la raíz” establecía José Martí. Hago homenaje a quienes durante 50 años de ejercer el periodismo tuve la oportunidad y honor de contar. Sabios maestros – no solo los invaluables de la Universidad- importantes directores de las diferentes publicaciones en las que laboré como don Enrique Loubet Jr. de “Revista de Revistas” de Excelsior, Luis Gutiérrez Esparza del Sol de México, Mario Sojo Acosta de Revista Impacto entre otros. *** Manuel Mejido y Antonio Andrade – veracruzanos- dieron la oportunidad a Rocío Galván y una servidora de hacer la columna política “Mole de Gente”-1978-en el Universal Gráfico. Pasábamos las mujeres de sociales a la columna política “irreverente” decía la gran Aurora Berdejo. Gran responsabilidad no exenta de muchas presiones. No ha sido fácil la tarea donde los hombres son mayoría. Aun así, el periodismo nacional ha dado importantes periodistas mujeres que trascienden. *** El periodismo es apasionante, mágico, instructor. Demandante, de entrega total. Riesgoso cuando no se entiende la crítica solo como señalamiento a los faltantes de funcionarios y entes públicos. El gremio carece de lo básico como prestaciones para su desarrollo. Los bajos sueldos es una de las causas de la corrupción. Ser periodista no es fácil. Hay que tomar la profesión con mucha responsabilidad. Intermediarios entre el poder y la nación. Es un servicio social que no hay que olvidar. Se necesita preparación, cultura, entrega y ética. Me han regido dos conceptos durante la travesía: “si tu intención es describir la verdad hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre y más vale una pluma limpia que una prosa brillante”. *** Considero que las frías necesidades del hoy terminan con los cálidos anhelos del ayer. *** Y para las agruras del mole…