Sin querer queriendo, Paty Lobeira de Yunes se convirtió a partir de este día en el más fuerte prospecto para la sucesión gubernamental del 2024.
Tiene personalidad, belleza, empaque político -gracias a la buena asesoría del suegro-, un discurso contestatario sin caer en el insulto clásico de los Yunes y, lo más importante, una sustantiva aliada, la ciudadanía hasta la madre de Cuitláhuac y la 4T.
“El mío, será un ayuntamiento plural”, dijo con singular alegría en tumultuaria ceremonia de rendición de protesta.
Antes lamentó que el gobernador Cuitláhuac García rechazara la invitación a estar presente en la ceremonia protocolaria al tiempo que lanzó la admonición de que no permitirá que Veracruz tenga un trato diferente al resto de los municipios gobernados por Morera.
Luego el brinco:
“Enviaré mañana una carta para solicitar audiencia al presidente de la república para tratar temas de importancia de Veracruz como el desarrollo portuario, educación y seguridad y le solicitaré más recursos para atender estos temas, espero que la respuesta sea positiva”, señaló.
Significativo pues, este primer arranque de cara a un voluntarioso mandatario que como “muñequita de Calamar” (sic) estará al pendiente de cualquier movimiento de la valiente alcaldesa.
En realidad, la postura de la señora Lobeira gusta a la gente. Más al porteño que siempre se ha caracterizado por sus señalados rasgos independentistas, echados para adelante y sin pelos en la lengua.
No tardando vendrá la respuesta del mandatario que ya tiene listo y muy seguramente instruido al ORFIS para que le saque las cuentas al cuñado, el alcalde saliente Fernando Yunes, quesque por desvíos superiores a los 60 millones de pesos.
Sin embargo, cuando el Cuic va los Yunes ya vienen de regreso. Es más, si les sale bien el entuerto, hasta a Fernando Yunes lo proyectarán para el 2024.
Hoy por lo pronto, se entiende que la tarea es construirle el camino a la Lobeira.
Y tienen con qué, la plaza es fuerte, la gente está contenta con los del estero y la alcaldesa que mañana arranca oficialmente, dispone de los estrategas de publicidad y comunicación social que son los mismos del establo de Miguel Angel Yunes Linares, mismos que tienen una idea clara y las órdenes precisas de por dónde transitar a la sucesión.
Son más de 1.5 millones de votos los que ganó (perdiendo por el efecto Peje) el marido de Paty, Miguel Angel Yunes Márquez y sobre ello se trabajará para ir al rescate de la voluntad ciudadana comprada o no.
¿Que si tienen mala fama los Yunes..? ¡Pues sí! Pero peor la tiene Cuitláhuac y sus bandoleros.
Es solo la disputa del poder ya sin el Peje en la boleta.
Por el mismo camino, pero con más torpeza y lentitud camina Ricardo Ahued, hoy en gris ceremonia y mañana en oscuro arranque de toma de posesión.
El alcalde de la capital veracruzana aspira y suspira –más ahora que el bien llamado “Gutierritos” salió del afecto presidencial- por la silla de Palacio de Gobierno.
Su estrategia, sin embargo, es la del servilismo, ser agachón y aplaudir todo lo que provenga de Cuitláhuac.
Que si la recaudación municipal de impuestos ahora la cobrará SEFIPLAN, bienvenida; que si en dinero para el bacheo será a cuentagotas con un avance para la avenida principal, Lázaro Cárdenas, aplausos; que si en materia de seguridad no puede emitir opinión alguna, así es y será y que si no va a barrer para atrás en contra del peor alcalde que ha tenido Xalapa, Hipólito Rodríguez –solo de dientes para afuera-, pues ya qué.
La idea es ganar tiempo.
Esperar el reacomodo de las fuerzas políticas y que las tribus morenas se acaben de destrozar para emerger como última opción.
A López Obrador, aunque no lo trae en la mira sucesoria, le simpatiza y si no llegan ni Nahle, ni Gutiérrez Luna o alguno de los favoritos de Cuitláhuac, tal vez voltee y le tienda la mano.
Hoy Paty Lobeira y Ricardo Ahued carecen, sin embargo, de lo mismo.
Solo son conocidos en sus pueblos y ni quien sepa de ellos en más de dos terceras partes de los municipios. La población votante es de 5.7 millones en conjunto 212 municipios misma que habrá de incrementarse en el 2024; la tarea, por tanto, no es nada fácil.
El punto es que, arrancan mañana y el maratón asoma largo y escabroso; mientras el gobernador, que también tiene lo suyo pero en contra, empezará a deslizarse por el tobogán de la pérdida de poder y en ese sentido la urgencia es no llegar al 2024 con un pie en Pacho.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo