El Poder Legislativo, encabezado por el diputado Juan Javier Gómez Cazarín se arrodilla.
Adelantados los tiempos políticos y para evitar madruguetes como el pretendido por el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, la zacatecana Rocío Nahle, actual Secretaría de Energía, dispuso cambios a la Constitución de Veracruz que le permitan en el 2024 alcanzar la gubernatura.
La Nahle, se amarra el dedo y deja todo listo para que en breve el Congreso del estado, con aplastante mayoría morena, ajuste los Artículo 43, fracción 1 y el 11 que señalan que para ser gobernador o gobernadora de Veracruz se requiere ser veracruzana o veracruzano nacidos en el territorio del estado e hijos de padre o madre nativos que sean nacidos en territorio nacional o extranjero.
La instrucción se dio luego que el presidente López Obrador dio luz verde en días pasados.
Fue en ese momento en que Rocío Nahle le comunicó al gobernador Cuitláhuac García, quien a su vez ordenó al virtual presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del estado, Juan Javier Gómez Cazarín, trasladarse a Coatzacoalcos para “ponerse de acuerdo” con la zacatecana sobre los términos de la iniciativa.
En realidad, no es otra cosa más que descongelar la “Ley Nahle” presentada el 2 de mayo del 2020 para acceder a la gubernatura acompañada por el equipo que tiene rodeado a Cuitláhuac, Manuel Huerta, el Bola 8, Gómez Cazarín, Amado Cruz Malpica y Eusebia Cortés, todos con negro historial de corrupción y delincuencia organizada hecho público desde el arranque de la actual administración.
La propia desconocida, la diputada local Eusebia Cortés, fue exhibida en días pasados por el acreditado columnista Mussio Cárdenas, como una de las más cercanas a Nahle con un historial deplorable, de transas y triquiñuelas “una activista dócil y servil, obediente a ciegas, que cumple órdenes, que acta sin chistar, para, a cambio, reclamar el premio, los espacios, las prebendas, el poder”.
De los otros arriba citados tampoco se puede hablar en buenos términos ya que, o están acusados de violencia sexual, corruptelas y desvíos del erario o de mantener ligas comprobadas con el crimen organizado.
Pero regresando al punto.
Dicha iniciativa, la “Ley Nahle”, se volverá a dictaminar y someter a votación legislativa en el periodo que está por iniciarse en los próximos días con el pequeño inconveniente que la propia modificación a la Carta Magna local abre eventualmente la puerta a Ricardo Ahued, oriundo de Pachuca, para que compita por otro partido al mismo cargo.
La familia Morena, sin embargo, está de acuerdo.
Ahued no tendrá cabida en el 2024, al menos en Morena, y con el camino zanjado en favor de Rocío Nahle, se consolida el proyecto nacional de empujar desde Veracruz a la corcholata del Peje, Claudia Sheimbaum pretendiendo garantizar al menos la misma votación de dos millones que se llevó el candidato López Obrador en el 2018 para colocar a Veracruz como la cuarta reserva electoral de los morenos.
Cuitláhuac, un perfecto desconocido ese 2018, también se llevó lo suyo al sumar casi un millón 600 mil votos para su causa cuando su más cercano contendiente, Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del gobernador del mismo nombre, alcanzó una cifra histórica de un millón 550 mil sufragios que no le dieron para arrebatar la victoria al “Juanito” del Peje.
El detalle de todo este plan ranchero de la zacatecana Rocío Nahle, de brincar en el 2024 de la Secretaría de Energía a la gubernatura de Veracruz, radico en que, si el candidato a la Presidencia es Marcelo Ebrard o Ricardo Monreal, se chingó Francia.
Difícilmente la robusta Nahle, tendría cabida como candidata para Veracruz, ya que reviviría el muerto de Gutiérrez Luna o un eventual candidato de unidad que sumara los esfuerzos de Morena que hasta hoy están amarrados en favor de la Sheimbaum.
El segundo escenario que impediría que una zacatecana que ya mismo está por encima de la voluntad de millones de veracruzanos, llegara a la primera magistratura de Veracruz, sería que el proyecto de la refinería de “Dos Bocas” no se terminara en tiempo y forma y resultara -como ya se ve venir- un fracaso.
El retraso en las obras de la refinería y el disparo financiero en donde no hay dinero que alcance para concluir los trabajos, provocaría su retiro del proyecto y el consecuente rechazo al premio de dirigir los destinos de Veracruz para el periodo 2024-2030.
Por lo pronto los morenos de Cuitláhuac andan muy movidos.
Dueños de los destinos de mas de ocho millones de veracruzanos ven muy, pero muy fácil que una zacatecana de un pasado corrupto sea la próxima gobernadora.
Como si no tuviéramos suficiente con el Cuícaras.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo