Con el histórico y controvertidísimo fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (del que amenazo ocuparme más adelante) para que se lleve a juicio a los expresidentes, en la aldea veracruzana volvió a tomar fuerza un tema que sigue latente: la revocación de mandato del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Cuitláhuac será muy buena onda como ser humano, pero como gobernador es un zafio que no ha dado pie con bola y esto lo ha convertido en uno de los mandatarios estatales más cuestionados no sólo de Veracruz sino del país. Está reprobado en seguridad, salud, educación, turismo, creación de empleos… está reprobado en todo.
Él mismo reconoce que llegó a la gubernatura por el efecto López Obrador y no por méritos propios que simplemente no tiene.
Cuando ocurrieron las masacres de Minatitlán y Coatzacoalcos, ambas en un lapso de cuatro meses, los veracruzanos comentaron: “Ahora sí lo chispan”. Pero López Obrador lo refrendó en el cargo al manifestar ante los dolientes de Coatzacoalcos: “Cuitláhuac es un hombre honesto que tiene el respaldo del gobierno federal” y con eso mató cualquier esperanza.
Pero Cuitláhuac nomás no levanta ni tantito así, sus desatinos persisten y los reclamos porque se vaya aumentan.
En el entorno del presidente prácticamente hay consenso para que lo remuevan, principiando por el poderoso Consejero Jurídico del Ejecutivo Federal, Julio Scherer Ibarra quien lo ha sugerido en más de una ocasión. Y si en un principio Andrés Manuel se negaba en redondo porque eso sería reconocer que se equivocó, al parecer está cambiando de opinión.
Lo que está orillando al presidente a tomar una decisión que no desea, es porque por las mañanas cuando le pasan el reporte sobre Veracruz, mueve la cabeza de un lado a otro en señal de desaprobación y quizá de desconsuelo.
A mi no me lo creas lector, pero eso es lo que se dice. Al parecer el arroz ya se está cocinando y sin necesidad de revocación de mandato, que por otra parte no existe en la Constitución de Veracruz. La echaron de ahí los legisladores de Morena.
Es probable que en diciembre Cuitláhuac sea “invitado” a colaborar más cerca del presidente en la cuarta transformación del país con lo que le darán una salida digna y López Obrador salvará su honra, me dijo un columnista que de esto sabe un mundo.
¿Y a dónde lo mandarán? Eso es lo de menos, la cosa es sacarlo de Veracruz antes de que ocurra una desgracia mayor. Lo mismo le pueden dar una dirección de algo que nombrarlo asistente personal del Director del Departamento de Intendencia de la Presidencia de la República.
¿Quién sería el gobernador sustituto? También eso es lo de menos, pero para tu tranquilidad lector, jamás nombrarán a Eric Patrocinio Cisneros Burgos, porque de lo que se trata es de enderezar el barco que está muy ladeado y no de armar una revuelta social que termine de hundirlo.
En lo personal quiero pensar que cualquier sustituto hará un mejor papel que Cuitláhuac. Pero si sigue en la gubernatura, que no vayan a llorar los morenos ni la noche del 6 ni la mañana del 7 de junio próximo.
¿Y si no lo llaman?
Entonces ni hablar, a seguirlo aguantando cuatro años más. Y una de dos, o termina de hundir a Veracruz o chance y en una de esas aprende a gobernar.
Crece el debate electoral
El PRI, PAN y PRD en Veracruz podrían solicitar al INE que atraiga las elecciones locales en virtud de las reformas antidemocráticas que está aprobando el Congreso del Estado. Lo anterior lo dieron a conocer en conferencia de prensa los líderes estatales, Marlon Ramírez Marín (PRI), Joaquín Guzmán Avilés (PAN) y Sergio Cadena Martínez (PRD).
“Qué es lo importante de lo que pretenden hacer en este momento en el gobierno y en el Congreso del Estado, cerrar el ciclo opaco de las elecciones. Por un lado, desmembram a la oposición eliminando las prerrogativas, metiendo a los partidos políticos en problemas de orden financiero, laboral, de multas e impuestos. Lo que pretende provocar inmovilidad de los partidos políticos. Segundo, pretenden concentrar en las cabeceras de distritos el conteo de los votos” dijo el líder priista.
Más adelante agregó: “No puede Veracruz que ha sido pionero en la lucha de la democracia y de la libertad, retroceder en pleno siglo XXI; nos parecería de la mayor gravedad. Y si esto llegase a ocurrir no descartamos la posibilidad que sea el Instituto Nacional Electoral, quien atraiga las elecciones para que le dé certeza política a la elección en Veracruz en la que sin duda el resultado será sustantivamente distinto”.
Indicó que al eliminar el Programa de Resultados Preliminares (PREP), van a dejar en punto ciego no solamente a la sociedad que votó, sino a los medios de comunicación porque no van a tener el elemento para poder verificar en tiempo real el conteo y el avance del escrutinio de las actas computadas. Adicionalmente se eliminará el piso parejo, porque al no poder monitorear los gastos de campaña, lo que se va a provocar es una disparidad en la equidad de la elección.
Marlon exhortó a que los diputados y diputadas de todos los partidos políticos, se conduzcan con apego al espíritu de la reforma que de 1988 a la fecha, han consolidado el sistema electoral como un sistema eficaz porque ha permitido la alternancia política en todos los niveles de gobierno. Eficaz, porque existen tribunales que revisan la constitucionalidad y la legalidad de los actos electorales y eficaz, porque hoy existen mecanismos que permiten la transparencia y la rendición de cuentas.
Por su parte, el presidente del PAN, Joaquín Guzmán Avilés, dijo que ante el fraude electoral 2021-2024 que Morena está preparando con cuatro reformas en materia electoral en menos de seis meses, los veracruzanos se fortalecen para evitar que Morena cumpla con su objetivo de robar el voto de los veracruzanos para mantenerse con trampas en el poder.
En su intervención, el Presidente del PRD estatal, Sergio Cadena, cuestionó el uso del presupuesto del OPLE y coincidió en el reclamo por una política falsa de austeridad en las elecciones.
Una cosa es cierta de todo esto, quienes se quejaban de fraude y ahora están en el poder, están actuando exactamente igual o peor, que aquellos que criticaron.