Trujyper
En un pueblo sin ley han convertido a Veracruz autoridades del Gobierno Estatal.
Los acontecimientos violentos sucedidos el sábado 27 en la comunidad Loma Grande, del municipio de Mariano Escobedo que luego se trasladaron a Loma Alta, El Nicho, Palo Verde, El Súchil y colonia López Arias, demuestran la inoperancia, irresponsabilidad e importamadrismo de los encargados de la seguridad pública y del gobierno en Veracruz.
Luego de que los pobladores de Loma Grande detectaron dentro de su territorio un convoy de seis vehículos con gente armada, decidieron enfrentarlos ya que tenían información que ese grupo delincuencial se dedicaba al secuestro.
Cientos de lugareños con piedras y palos hicieron barricadas y cerraron las salidas por carretera del pueblo, dejando encajonado al convoy; con herramientas y algunas armas enfrentaron a los delincuentes quienes optaron por huir, dándose una persecución por las poblaciones mencionadas.
La incursión del comando armado fue informada a las autoridades municipales y estatales de inmediato, sin embargo su llamada de auxilio no fue atendida con prontitud.
¿Dónde carajo estaban la policía municipal y la estatal que no dieron atención a una población completa aterrorizada por unos delincuentes?
¿Dónde estaban los helicópteros artillados, el armamento de tecnología de punta, el personal súperpreparado, las patrullas modernas, de la Secretaría Seguridad Pública, dónde los de Protección Civil cuando menos, y otras naves que se supone están al servicio de los veracruzanos?
¿Quién mal utilizaba las naves aéreas mientras un pueblo entero era ofendido, amenazado y atacado por bandoleros, tolerados quizá por el mismo gobierno estatal?
¿Por qué hasta dos horas después del llamado se presentaron tres patrullas con elementos timoratos y cobardes, quizá estatales o de la denominada sangronamente Fuerza Civil?
El sábado 27 ¿quién estaba a cargo de la seguridad a nivel estatal en Veracruz? Porque debe haber estado de guardia un responsable o, ¿era un irresponsable?
Ese irresponsable que estuvo de guardia no tuvo la capacidad para ordenar el traslado de alguna nave aérea a la zona de conflicto, cuando que un helicóptero sólo haría 19 minutos de Xalapa al lugar y unos 25 desde la ciudad de Veracruz.
Si se hubiera movilizado una nave, el seguimiento al convoy de delincuentes hubiera sido relativamente fácil y desde el aire se pudo dirigir una maniobra terrestre de intercepción vehicular y de ataque en caso necesario.
¿Por qué se acobardó la Policía Estatal, la Fuerza Civil, y la Policía Municipal?
El pueblo de Loma Alta, pero también millones de veracruzanos nos hacemos la pregunta: ¿acaso el grupo de delincuentes mantienen un acuerdo con las policías para que los dejen actuar impunemente y por ello ninguna autoridad se presentó de manera pronta al sitio?
El gobernador Javier Duarte debe castigar al empleado irresponsable que le importó una chingada la seguridad de toda una población.
¿Acaso porque Loma Grande sea una población de gente pobre no merece que las policías los atiendan y sirvan como es su obligación?
¿Acaso los helicópteros eran ocupados ese día por desviados pervertidos para visitar a sus jóvenes amantes en la zona de Emilio Carranza, Veracruz?
¿O quizá para bajar en el helipuerto de azotea de un consorcio de oficinas en Insurgentes Sur en la ciudad de México para atender negocios, negocios y más negocios formados con dinero robado a 8 millones de veracruzanos?
¿O fue ocupado para ir a un campo de golf en el Estado de México, o para trasladar maletas con millones de pesos a Toluca?
Con mucha razón los habitantes de Loma Grande mandaron a chingar a su madre a los policías ( y a sus jefes) que arribaron al lugar dos horas después de que los malhechores habían huido, y con doble razón les quemaron las tres patrullas.
Hartos estamos los veracruzanos de un gobierno con un gabinete de malparidos, irresponsables, ladrones, mentirosos e hijos de puta y de padre desconocido.
Sólo en el Ejército Mexicano y en la Marina Armada de México confían los pobladores de Loma Alta. Pero también tardaron en llegar porque a ellos nadie les informó en tiempo del acontecimiento, aunque éstos son quienes detuvieron a dos posibles delincuentes que habían abandonado un automóvil de lujo con dos cadáveres de ejecutados en la cajuela.
La faramalla de las reuniones periódicas del grupo del Comando de Seguridad de Veracruz en La Boticaria, lo vamos entendiendo como una payasada, bien retribuida.