Namiko, renuncia obligada, Senado de la República

Las dos recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos 146/2021 al gobierno de Veracruz por el tema de los seis jóvenes acusados de “Ultraje a la Autoridad”, cuya ley recomienda se derogue, enloda a la Comisión Estatal de Derechos Humanos que encabeza Namiko Matzumoto Benítez, cuya remoción se vuelve obligada.

En daños colaterales este conflicto jurídico-político –crispado por el caso Del Río Virgen- ha puesto al descubierto que la CEDH ni es autónoma, ni protege a la ciudadanía, solo es una oficina más del gobernador.

De acuerdo al informe preliminar que en el curso de este martes dará conocer el Senado de la República, vía Dante Delgado, consigna que hubo necesidad que “la Comisión Nacional y no la Estatal observara la violación a los más elementales derechos humanos en Veracruz y no ese organismo autónomo obligado a ocuparse de ese asunto y más de mil 200 sucedidos de 2018 al 2021”.

A la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que encabeza Rosario Ibarra, bastaron cuatro días de intensa investigación para recabar pruebas y evidencia para integrar un expediente en donde se determinó:

“Que los policías que agredieron y pusieron esposas a los seis jóvenes detenidos iban encapuchados; que les inventaron que portaban cuchillos; que los señalaron de intento de secuestro cuando nunca hubo un presunto secuestrado y que los obligaron a firmar documentos incriminatorios para vincularlos ilegalmente a proceso”.

Consecuentemente la CNDH recomendó al gobernador Cuitláhuac García “a reparar el daño y que proceder a derogar el numeral 331 del Código Penal para prevenir nuevas violaciones a los derechos humanos, es decir, que haga lo necesario para derogar en Veracruz el delito de Ultrajes a la Autoridad”.

En la recomendación 141/2021 se destaca asimismo que no solo está involucrada en los delitos de tortura y lesiones la Fiscalía General, sino otras instituciones encargadas de vigilar y resguardar el respeto a los derechos humanos como la CEDH que encabeza Namiko.

Por respuesta el gobernador amenazó con exhibir a quienes vayan contra la ley que tipifica el delito de ultrajes.

Ello representa un desdén al Senado y a la CNDH, así como una clara amenaza a las barras y asociaciones de abogados, bufetes jurídicos y fiscales honestos que busquen defender a los agraviados por ese “delito”.

Ello, es el equivalente al otrora 145 Constitucional que tipificaba –ya fue derogado- al delito de “Disolución Social” y en cuyo nombre se confinó en la cárcel a opositores del gobierno, abrió la puerta a las desapariciones forzadas y matanzas como las de Tlatelolco y la del “10 de Junio” o Jueves de Corpus.

Regresando al tema de la Comisión de Derechos Humanos de Veracruz, el Senado recogió el reclamo de Colectivos y ciudadanos agraviados en donde se coincide en la complicidad de esa institución producto del servilismo de Namiko.

En realidad la leyenda negra de este personaje no veracruzano se remonta a los grandes momentos del fidelato y el duartismo a quienes mediante ofrecimientos de toda índole, esta singular dama logra que la coloquen en una institución inservible, la Comisión Estatal de Atención y Protección  a Periodistas (CEAAP).

De ahí saltaría a la de Derechos Humanos en donde se registró el mayor número de muertes de periodistas, ciudadanos y políticos opositores sin que emitiera recomendación alguna.

Siempre fue un florero.

A la llegada de los morenos en el 2018 y viendo que se aproximaba el fin de su mandato se alía ¿Con quién creen? ¡Atinó! Con el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, a quien ofrece de todo.

El 14 de mayo del 2019, a través de la pluma de Mary Ramírez en su columna “Puntillas” informa que Namiko reconoce que su hijo, Luis Augusto Urbina Matzumoto, “cobra en la nómina de la Secretaría de Seguridad Pública”.

Habrá que recordarse además que este joven durante el duartismo fue detenido en varias ocasiones por posesión de drogas y presunto tráfico en bares de mala muerte. Namiko siempre buscó ocultar la información ministerial o al menos alejarla de los medios.

El 13 de mayo de mayo del 2019, también en el portal de noticias “Libertad Bajo Palabra” se dio cuenta que en la CEDH, el hijo de la Matzumoto inserta a buena parte de su cofradía de amigos:

“Tania Guevara García, está adscrita a la Secretaría Técnica de la CEDH, con cargo de analista B, con sueldo mensual de 12 mil 500 pesos, mérito único, ser la nuera de Namiko Matzumoto Benitez; Marcos Daniel Vela Sánchez, adscrito a la Secretaría Ejecutiva, con cargo de analista A, con sueldo mensual de 10 mil 500 pesos.

A la lista se suman:

Juan Pablo Nápoles Ramírez, con cargo de Primer Visitador, con sueldo de 35 mil pesos; Julio César Estévez, adscrito al área Administrativa, con cargo de Encargado del Área de Archivo, con 25 mil pesos. Edgar Valdez Segura, adscrito a la Segunda Visitaduría, con cargo de secretario, con 9 mil 500 pesos; José Francisco García Reyes, adscrito a Recursos Materiales, con cargo de chofer, con sueldo de 10 mil pesos. 

Y todavía falta anotar a los amigos de la titular, “porque ella también insertó a sus alumnos e íntimos”.

Namiko fue elegida en el 2016 por un período de 5 años y reelegida el pasado enero del 2021 gracias al apoyo del Bola #8.

La señora en cuestión percibe un sueldo aproximado de 60 mil pesos mensuales, pero entre viáticos, comilonas y hoteles su percepción mensual oscila alrededor de 100 mil pesos mensuales, es decir, un millón 200 mil pesos anuales se embolsa, más prestaciones de ley y el ostentoso aguinaldo que se asigna.

La CEDH en el 2021 solo emitió seis recomendaciones. De esas, dos han sido aceptadas parcialmente y dos han sido rechazadas por estar mal integradas.

Conclusión:

Si Cuitláhuac es un bendito Namiko es la mujer divina.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo