Nadie evita asesinatos de periodistas

Ante el asesinato del periodista y locutor Abraham Mendoza Mendoza, el lunes 19 de julio, por un grupo de hombres que lo atacaron en su vehículo en Morelia. Si bien la Fiscalía General de Michoacán detuvo a tres hombres como presuntos responsables del homicidio, aquí no se trata de la eficacia de la policía para detener a los homicidas, sino de evitar que se cometan los crímenes.

Existe actualmente el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas; sin embargo, los asesinatos a comunicadores continúan aumentando. En algunos casos hasta los propios escoltas que proporciona dicho Mecanismo han sido afectados.

La CNDH refirió que, de acuerdo con la Segob, de diciembre de 2018 al 12 de julio de este año habían sido asesinados 43 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación, con el dato adicional de que 7 de ellos eran beneficiarios del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.

Ante esta situación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos consideró urgente revisar y construir las políticas públicas y estrategias oficiales para prevenir agresiones, incidentes y riesgos y, sobre todo, garantizar la vida de los periodistas y colaboradores de espacios informativos.

Desde luego que nunca estarán de más las instancias de protección para los comunicadores, pero esta vez el origen de ese comentario desde la CNDH, suena a vacilada porque, desde la llegada de Rosario Piedra Ibarra, no ha habido un mayor impulso ni a las sanciones ni a los trabajos de esa Comisión, que pareciera solo se come el presupuesto. Se habla más de la ineficacia y de la pasividad de la CNDH, que de sus logros.

La gran diferencia en la aplicación y defensa de los derechos humanos la tienen en los estados, donde precisamente es en la sensibilidad de las mujeres que están al frente de estas instancias donde la defensa de la integridad de los periodistas y líderes sociales es protegida y resguardada ya a nivel de prevención.

Desde su nombramiento como presidenta de la CNDH ha habido más repercusiones noticiosas por ser ella precisamente la que encabece los derechos humanos de México que por los logros que debió obtener en esta lucha que ahora más que nunca advierte redoblar esfuerzos y hacer más rígidas las leyes a las violaciones de los derechos vitales de los mexicanos.

Se trata de un nombramiento prácticamente heredado de su madre, Rosario Ibarra de Piedra, quien por años estuvo buscando a su hijo Jesús, guerrillero de la Liga 23 de Septiembre, que secuestró al empresario Eugenio Garza Sada en Monterrey, quien es un ícono entre los regiomontanos.

De por sí la CNDH carece de fuerza y es señalada como la principal protectora de delincuentes, ahora que comente que urge una instancia que proteja a los periodistas, parece una burla a las familias de las víctimas, a los periodistas y a la sociedad en general. PEGA Y CORRE. – El INE volvió a descuidar o vender el padrón electoral de 2018, ya lo había hecho en 2003, cuando era presidente consejero José Woldenberg, a la empresa Choice Point por la cantidad de 250 mil dólares. Habrá que investigar a fondo… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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