“¡Muera la corrupción!, ¡Muera el clasismo!, ¡Muera el racismo”, gritó López Obrador. ¡Cuidado! Pudo haber caído fulminado

“¡Muera la corrupción!, ¡Muera el clasismo!, ¡Muera el racismo”, gritó López Obrador. ¡Cuidado! Pudo haber caído fulminado

Señala la máxima bíblica, “la persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho”. Por ello no se necesita enumerar un gran número de actos de corrupción para probar que en el gobierno de López Obrador hay corrupción. Basta con recordar los sobres de dinero que David León entregó a Pío López Obrador y después a Martín López Obrador; baste con recordar la Casa Gris de José Ramón López Beltrán que le diera la empresa Baker Hughes, empresa que a la fecha ha resultado muy beneficiada en contratos con PEMEX; quizá habría que añadir que los contratistas de la inacabada refinería de Dos Bocas son palomeados por el esposo de Rocío Nahle, y por ello una refinería que costaría 8 mil millones de dólares, nos costará el triple.  Y si nos vamos más atrás, hasta la liberación de Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo Guzmán, también es un acto de corrupción. Ejemplos de corrupción en el gobierno de López Obrador sobran, pero ya quedamos que no es necesario poner todos, pues parafraseando la máxima bíblica podemos asegurar que “el que es corrupto en lo mínimo, es corrupto en lo mucho”. Por ello el presidente de México no debería gritar el 15 de septiembre: “Muera la corrupción!, ¡Muera el clasismo!, ¡Muera el racismo”. No debería hacerlo pues en una de esas el señor cae fulminado.

López Obrador, el gran pacificador al que nadie pela. No puede poner paz en México, pero quiere solucionar guerra en Ucrania

La estrategia de seguridad “abrazos, no balazos”, ha resultado un completo fracaso. Por ejemplo, a pesar de sus visitas a Zacatecas, donde aseguró se impondría un plan de seguridad especial para combatir a los grupos del crimen organizado, siguen apareciendo cuerpos embolsados en las calles. Pues esta estrategia de “abrazos, no balazos”, el presidente de México pretende llevarla a Ucrania. En su discurso del desfile del 16 de septiembre el presidente López Obrador declaró: “Se trata de buscar con urgencia un acuerdo para detener la guerra en Ucrania y lograr hacia adelante una tregua de cuando menos cinco años entre las naciones y dedicar ese tiempo para enfrentar los grandes problemas económicos y sociales que aquejan y atormentan a los países del mundo”. Eso es lo que va a proponer el presidente ante la Organización de las Naciones Unidas, una institución que dice él, no sirve para nada. En ese mismo discurso arengó: “La ONU permanece inactiva y como borrada, presa de un formalismo y presa de una ineficacia política que la deja en un papel meramente ornamental”. ¿Usted cree que la propuesta de paz de López Obrador será escuchada por alguien? Si no puede traer paz a México, mucho menos en Ucrania.

Isabel Inés Romero Cruz, la “reina de los sapos” dice: “Se me chispoteó”. Que trabajadores pueden poner un foco fundido. Pero su obligación es que haya focos, y sapos

A que doña Isabel Inés Romero Cruz, presidenta del Tribunal Superior de Justicia, quien se metió en pleitos por andar pidiendo a los jueces y trabajadores del Poder Judicial que pongan de su bolsa para cambiar un foco fundido o para comprar sapos. Pero la obligación de la señora es que, en cada juzgado, en cada oficina, en cada Ciudad Judicial haya un presupuesto para ese tipo de enseres. Sin embargo, como la señora, junto con su administradora, se la han pasado gastando el dinero en pagar a empresas fantasma, pues el presupuesto se le acabó. Ahora sale la “reina de los sapos” a decir que eso de andar pidiendo coperacha pues se le chispoteó: “No estamos pidiendo coperacha, caray. Eso de la cooperación, yo lo dije… de momento se me salió decir que de vez en cuando sí es necesario (como cuando) se nos apaga un foco (…) tenemos mucho trabajo, tenemos que trasladar a las personas desde Xalapa hasta los Distritos y lo hacemos con mucho gusto porque es nuestra obligación hacerlo”. La presidenta del TSJ reconoció que tienen para el próximo año un presupuesto de mil 931 millones 216 mil 538 pesos. Ojalá en ese presupuesto estén considerados los focos y los sapos, para que después no ande dando lástima.

Armando Ortiz                                    Twitter: @aortiz52                             @lbajopalabra