“La ambición es el último refugio del fracaso.” – Oscar Wilde.
Tras el knock-out contundente infringido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a una determinación impulsada por la bancada de Morena en el Congreso Local de Veracruz, misma que fue desechada por los claros visos de inconstitucionalidad.
Así con toda claridad quedó demostrado que las y los legisladores de esta fuerza política son neófitos conocedores de la cosa pública y del derecho, abriendo nuevamente la atención a otro frente.
La disputa y pelea por el control del movimiento que llevó al presidente López Obrador a la presidencia, en Veracruz está al máximo.
El temor evidente de la posible resolución fallada este lunes por la SCJN, hace cierta el porqué, de algunas acciones de los más fieles seguidores del gobernador Cuitláhuac García Jiménez se han venido ejecutando.
Y es que extrañamente, en las recientes semanas se han observado una serie de encuentros, lastimosamente publicitados por los mismos interesados, en un afán de vender una supuesta sumisión a determinados actores políticos opositores al actual gobierno.
Así los constantes encuentros de la diputada federal Dorenhy García Cayetano –aspirante a la alcaldía de Xalapa- y del suspirante a la dirigencia Estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta con el senador Ricardo Ahued Bardahuil, así como con el delegado Federal del Bienestar, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, muestran el intento soterrado de salvar a los leales al cuitláhuismo de una posible revocación del mandato.
Recientemente, el mismo Ramírez Zepeta publicaba una imagen junto al recién nombrado dirigente Nacional, Mario Delgado Carrillo, en la que se intenta vender la versión de que será él, quien tome las riendas del partido en el estado, cosa que no ocurrirá.
La realidad es que está por sucederse un fuerte sisma al interior de Morena y del movimiento que no termina de concretar su fuerza como partido político, toda vez que las cosas no fueron conducidas como esperaban en Palacio Nacional.
Imposible de olvidar para quienes hoy tienen el control del partido, la serie de afrentas emprendidas por los integrantes del actual régimen estatal, de entrada, la que ofendió a Mario Delgado al punto de jurar vengarse del mismo gobernador una vez que tuviera la posibilidad.
Y es que como apuntó reconocido columnista veracruzano, se propició al dejarlo literalmente plantado previo a su toma de posesión del hoy gobernador de Veracruz, bajo el argumento de que no iba a negociar, ni a supeditarse a la voluntad del Coordinador de los Legisladores Federales de su partido.
La segunda de esas tuvo lugar, cuando sin empacho, apoyaron abiertamente la campaña de Porfirio Muñoz Ledo por la dirigencia Nacional de Morena, solo en el afán de no permitir que el grupo que sí hizo el trabajo de llevarlos desde el partido al poder pudiera seguir manteniendo el control.
Pero como se afirma por parte del equipo de Mario Delgado es momento de continuar y no dejarse llevar por las bajas pasiones, esas que mueven a los de bajo espíritu, lo importante es salvar el proceso electoral en 2021.
Para ello, falso es que Ramírez Zepeta será dirigente del partido en Veracruz, más falso aún, que el huasteco Gonzalo Vicencio Flores sea el conductor del partido en la entidad –a quien por cierto señalan ya de estar negociando a cambio de buenas cantidades las posibles candidaturas-, pues esa atribución es responsabilidad de Hugo Alberto Martínez Lino.
Lo cierto es que el tema está candente, la última visita de la jefa del proyecto político de Morena en el Gobierno, la actual secretaría de Energía, Rocío Nahle García sirvió de escenario para intentar arrebatar posiciones encontrando la fuerte oposición de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, a donde las cosas se están cargando, simplemente por el hecho de que el tiempo y las circunstancias le han dado la razón.
Los intentos por mantener los despojos de Morena, mantienen hoy a su militancia al borde del fracaso. ¿Será?
Al tiempo.
Twitter: @LuisBaqueiro_mx