Mónica Robles Barajas

De las mujeres que tiene Morena en Veracruz para el Senado de la República, destaca Mónica Robles Barajas, dueña de una carrera política que comenzó hace más de veinte años como directora del DIF municipal en Coatzacoalcos y que la llevó a la Legislatura local.

La aspiración de la señora Robles Barajas molestó en Palacio de Gobierno cuyo inquilino, Cuitláhuac García, nunca la ha tenido en sus afectos. Y ahora menos, porque aunque no se lo ha propuesto, Mónica está haciendo que se tambalee la candidatura de su favorita Dorheny García Cayetano, que ya fue diputada federal (donde pasó de noche) y titular de la secretaría del Trabajo (donde pasó de más noche), pero es de la familia.

Mónica ha sido dos veces diputada local y es la legisladora con el mayor número de iniciativas de ley que fueron presentada y aprobadas. Es defensora de los derechos de las mujeres y de los grupos vulnerables; es fundadora del primer refugio para mujeres violentadas y es además, presidenta del Centro de Educación Ambiental Quetzalli.

En charla con periodistas del Grupo de los Diez el pasado lunes, Mónica reconoció que lo que ha hecho falta en Veracruz es la autocrítica (en velada alusión quienes gobiernan la entidad), pero que aun así Morena saldrá avante en el 2024 gracias a “la marca” y al nombre de Andrés Manuel López Obrador.

Entre las iniciativas que presentó como diputada, destaca la que reconoce los derechos de las mujeres, la diversidad sexual y la familia. Con lo se logró algo que jamás había ocurrido: que las mujeres separadas puedan reclamar su derecho a recibir una pensión por los años dedicados al hogar.

También presentó la propuesta de Reforma para que se despenalizara el aborto hasta con 12 semanas de gestación y la Ley para prevenir y sancionar la discriminación a los adultos mayores.

Como se estila en Morena, tanto Mónica Robles como Dorheny García y la diputada federal Claudia Tello (que dicho sea con todo respeto, la conocen más en su casa que en su distrito), competirán por la candidatura mediante una encuesta.

Si me permites lector repetiré lo que dije hace unos días sobre el tema: si la encuesta es pareja Mónica Robles no tendrá problema para alzarse con la victoria.

Pero eso lo sabremos la próxima semana.

 

Las dos victorias del subsecretario

El martes anterior, los alcaldes de Chinameca, Jáltipan, Texistepec, Soconusco, Pajapan, Soteapan, San Juan Evangelista, Mecayapan y Tatahuicapan acompañados por comisariados ejidales, llegaron a Palacio de Gobierno con la intención de entrevistarse con Carlos Juárez Gil, secretario de Gobierno, pero los guardias apostados en la entrada principal les cerraron el paso o como se dice por ahí, les dieron con la puerta en las narices.

Esto no es nuevo lector. Desde que la 4T llegó al poder las puertas de Palacio de Gobierno se mantienen cerradas, por lo que portazos como el del martes forman parte de lo cotidiano; lo que no deja de ser paradójico en un gobierno que presume de cercanía con el pueblo, cercanía que es puro cuento.

El asunto es que los alcaldes se calentaron ante la grosería y amenazaron con entrar por la fuerza. Dijeron que tenían en su poder un oficio donde estaban citados para ese día con Juárez Gil para tratar temas relacionados con obra pública y recursos. Y o hablaban con el funcionario o se armaba la bronca.

Carlos Juárez no los atendió, pero quien sí lo hizo fue el subsecretario de Gobierno, Yair Ademar Domínguez Vázquez, queencabezó una reunión con los munícipes de la que salieron satisfechos.

Esta es la segunda ocasión que Yair hace frente a un problema de esa naturaleza.

La primera fue a principios de este mes cuando familiares de personas desaparecidas bloquearon los accesos al centro de Xalapa y se instalaron en casas de campaña en los bajos de Palacio de Gobierno. Los manifestantes exigían hablar con el gobernador Cuitláhuac García que le quiso dar largas al asunto alegando motivos de agenda.

A falta del gobernador, a quien correspondía atender a los quejosos era al secretario de Gobierno Carlos Juárez Gil que nunca se apareció, por lo que Yair Ademar entró al quite.

El funcionario bajó de su oficina a la calle de Enríquez a dialogar con las madres, esposas, hijas y hermanas de los desaparecidos que estaban furiosas (y con toda razón), por los constantes desaires del señor gobernador.

Yair Ademar escuchó gritos, quejas y hasta improperios pero aguantó vara. Al final las familias de los desaparecidos se reunieron con el gobernador y lo demás es historia.

En menos de un mes, Yair desactivó dos bombas que amenazaban con estallarle en la cara a la 4T y al gobierno estatal.

Bien por el joven funcionario.

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