*Sábado viene AMLO a Veracruz para anunciar apoyos
*Jóvenes dejan la tierra, migran o se unen a delincuentes
NO ES secreto que el sector agropecuario del País es un factor esencial para la economía mexicana, ya que el desarrollo de mercados locales ayuda a incentivar la producción y comercialización de nuestros productos pero, más allá de eso, México cuenta con una red de 12 Tratados de Libre Comercio con 46 naciones, con un posible mercado de 1 mil 479 millones de usuarios, de tal suerte que la agricultura y ganadería nacional tienen presencia en 160 países que consumen productos cultivados en territorio nacional, colocándonos en el lugar número 11 mundialmente en la producción de alimentos, pero de un tiempo a la fecha el campo mexicano ha sido olvidado por los distintos Gobiernos que prefieren la importación de granos, semillas, oleaginosas y carnes subsidiados para satisfacer la demanda interna que debía ser solventada sin mayor problema debido a la riqueza de la tierra, el clima y la gran cantidad de
hectáreas dedicadas al cultivo de alimentos. Y de México la región veracruzana es el principal productor de caña de azúcar, maíz, naranja, limón y piña. Es asimismo la segunda entidad que aporta la mayor producción al sector agropecuario y pesquero nacional, pero la situación del campo veracruzano es complicada, pues además de la falta de recursos, la sequía que se ha prolongado desde el año pasado, ha provocado una notable disminución en la producción de alimentos, principalmente de maíz, arroz y frijol entre otros granos básicos, sin omitir la pérdida de ganado. Por ello, ahora que el sábado el Presidente Andrés Manuel López Obrador vendrá al Estado, concretamente al puerto de Veracruz para anunciar una fuerte inversión al campo nacional –entre otros el solar jarocho- para fortalecer el autoconsumo nacional, ojalá sea para eso y no para seguir con sus destapes de cara al 2024, lo que ya está distrayendo a los actores políticos de la misión que tienen encomendada que es la solución de los miles de problemas que afectan a los gobernados en todas las ramas, incluida la inseguridad y pobreza.
EN EFECTO, López Obrador encabezará una reunión de trabajo con técnicos extensionistas (profesionistas que llevan el conocimiento agrícola a los productores y los exhortan a adoptar nuevas y mejores formas para trabajar en sus cultivos y ganado), y en el evento, según el coordinador general de Programas para el Desarrollo Integral del gobierno federal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara (que ya desistió de la loca idea de ser Gobernador y ahora busca ser Senador, lo que antes quiso junto con Rocío Nahle pero lo bajaron del caballo para subir a Ricardo Ahued Bardahuil), el titular del Ejecutivo Federal anunciará una fuerte inversión para el campo mexicano, lo cual es de suma importancia para fortalecer el autoconsumo nacional y reducir la inflación. AMLO busca dar especial atención al campo y para ello requiere contar con técnicos que coadyuven en los programas que se aplicarán para impulsar la producción agropecuaria nacional, y que mejor que los extensionistas que constituyen el acompañamiento para que el pequeño productor reciba asesoramiento técnico basado en un diagnóstico específico de la tierra, en sistemas de producción sustentable, agricultura de conservación, fertilización integral, variedades de semillas, técnicas de poscosecha y diversificación y acceso a nuevos mercados. De hechos, gracias a los Programas de Desarrollos Rural a través del Componente de Desarrollo de Capacidades, Extensión y Asesoría Rural –que ya se aplica en el norte del País-, se busca promover a través de los extensionistas mejoras en los procesos productivos de las Unidades de Producción Familiar asociadas.
SI EL Presidente López Obrador viene a lo que se dice, que bueno que lo haga, pero que mejor que aterrice las promesas que difunda ese día, ya que el campo requiere en estos momentos mucho oxígeno para respirar, pese a ser la columna vertebral de la economía y el sustento de la paz social. Y es que la falta de oportunidades en ese sector ha dado paso a una mayor migración, no tan sólo de campesinos sino, además de agrónomos y veterinarios, entre otros profesionistas ligados con las actividades agropecuarias, quienes que se ven en la necesidad de irse al norte del País o a los Estados Unidos para desarrollarse, pues en Veracruz solo les queda el camino de la delincuencia.
QUEDA CLARO que en el campo veracruzano solo trabajan los más viejos, pues los jóvenes ante la falta de oportunidades, producto de la atomización de la tierra, ya no se sienten atraídos por la agricultura ni por la ganadería, y menos a ser peones mal pagados, por lo que buscan otros oficios o simple y llanamente migran al extranjero con los riesgos que esto implica. Muchos muchachos que deberían estar produciendo arroz, frijol, caña de azúcar, café, verduras, legumbres o cítricos prefieren ahora dedicarse a otros oficios como empleados, taxistas, albañiles y fontaneros, de tal suerte que los cultivos actuales son producidos por adultos mayores y mujeres. La deserción escolar también va en aumento y las financieras “hacen negocio” ante la falta de recursos.
Y ES que la situación del ejido –producto de una fallida revolución mexicana en el campo- los ha desalentado por completo, ya que si en tiempos de general Lázaro Cárdenas un campesino fue beneficiado con 20 hectáreas y al paso de los años tuvo cuatro hijos, a cada uno de ellos heredó 5, pero estos cinco seguramente también tuvieron descendencia, heredando a sus hijos una hectárea o hectárea y media, y asi sucesivamente hasta que ya no hubo nada que heredar, de tal manera que prefirieron vender el pedacito de tierra que tenían, y emigraron a las ciudades en busca de oportunidades a donde solo acudieron a engrosar los cinturones de pobreza o las filas de una delincuencia ávida de soldados.
LA INACTIVIDAD del sector agropecuario afecta también a profesionistas, como ingenieros agrónomos, biólogos y veterinarios que ofrecen sus servicios en las comunidades, pues al haber disminuido la actividad agropecuaria ante la falta de apoyos oficiales, prácticamente, se han quedado sin trabajo. Lo más preocupante es el hecho de que tanto campesinos como profesionistas migren para trabajar de lo mismo en otros Países como Estados Unidos y Canadá, cultivando, cosechando, fertilizando y cuidando ganado, entre otras actividades que podrían desarrollar en la Entidad, pero que la cerrazón de un Gobierno que prefiere regalar migajas para seguir comprando conciencias, se los impide. Cuba no es el mejor modelo del mundo, aun cuando algunos seguidores de AMLO digan que no hay analfabetismo, aunque es peor tener hambre que no saber leer ni escribir. Así de simple. OPINA [email protected]