MARCEL PROUST, LA GRANDEZA DE LA MEMORIA. (IV) CENTENARIO DE SU MUERTE.

’23/11/2024’
’23/11/2024’
’23/11/2024’

En busca del tiempo perdido 2: “A la sombra de las muchachas en flor. Segunda parte.

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

Conforme avanzamos en la monumental obra: “En busca del tiempo perdido”, hay momentos que la lectura resulta erudita porque el protagonista es altamente culto. En este volumen dos, Marcel hace referencia a un amplio universo de autores, libros, movimientos artísticos, etc. si en el volumen uno nos encontramos con un pianista ficticio llamado Vinteuil, también conocemos a un escritor que Marcel admira de nombre Bergotte, en el volumen dos aparecerá un pintor llamado Elstir. Marcel sostendrá amplios diálogos con este importante personaje sobre la pintura, la vida, la belleza, basta comentar que Elstir pintó a Odette la esposa de Carlos Swann cuando esta era soltera, y todo indica que es una pintura erótica. Algo sobresaliente en esta relación de Marcel con el pintor es que Marcel antes de conocerlo en persona lo admiraba, no obstante, al momento de empezar a convivir con Elstir la desilusión llegó luego luego, porque normalmente cuando admiramos a un artista lo creemos infalible, casi ideal, y nos olvidamos que ante todo es un humano y esto lo hace falible, defectuoso, el mismo Elstir le aclara a Marcel este error de apreciación que en lo personal la reflexión se me hace bella, profunda, absolutamente universal y vigente en la vida de todo hombre.

No hay hombre –me dijo –, que por sabio que sea, que en alguna época de su Juventud no haya llevado una vida o no haya pronunciado unas palabras que no le gusta recordar y que quisiera ver borradas. Pero en realidad no debe sentirlo del todo, porque no se puede estar seguro de haber llegado a la sabiduría, en la medida de lo posible, sin pasar por todas las encarnaciones ridículas u odiosas que la preceden. Ya sé que hay muchachos, hijos y nietos de hombres distinguidos, con preceptores que les enseñan nobleza de alma y elegancia moral desde la escuela. Quizá no tengan nada que tachar de su vida, acaso pudiesen publicar sobre su firma todo lo que han dicho en su existencia, pero son pobres almas, descendientes sin fuerza de gente doctrinaria, y de una sabiduría negativa y estéril. La sabiduría no se transmite, es menester que la descubra uno mismo después de un recorrido que nadie puede hacer en nuestro lugar, y que no nos puede evitar nadie porque la sabiduría es una manera de ver las cosas. Las vidas que usted admira, esas actitudes que le parecen nobles, no las arreglaron el padre de familia o el preceptor: comenzaron de muy distinto modo, sufrieron las influencia de lo que tenían alrededor, bueno o frívolo. Representan un combate y una victoria. Comprendo que ya no reconozcamos la imagen de lo que fuimos en un primer periodo de la vida y que nos sea desagradable. Pero no hay que renegar de ella, porque es un testimonio de que hemos vivido de verdad con arreglo a las leyes de la vida y del espíritu y que de los elementos comunes de la vida, de la vida de los estudios de pintor, de los grupos artísticos, si de un pintor se trata, hemos sacado alguna cosa superior.”

A partir de las reflexiones de Elstir, MN realiza su propio esfuerzo por recuperar el tiempo pasado a través de la memoria, particularmente ese tiempo pasado que queremos borrar, olvidar, relegar, y el esfuerzo va en el sentido de comprender esos hechos, esas palabras, esas acciones, no justificarlas, pero si sanarlas. Un recuerdo de este pasado no agradable que viene a la mente de MN está relacionado con Mujer Bonita, sí, esa dama que le proporcionó momentos de felicidad, pero también de tristezas, angustias y desesperación.

Mujer Bonita había decido terminar la relación, MN en ese contexto sentía que seguía plenamente enamorado de ella. Pasado un tiempo, cierto día Mujer Bonita y MN se encontraron de manera inesperada, tenía mucho tiempo que no se veían, lo más triste del encuentro fue que Mujer Bonita iba con su nueva pareja. MN quien creía que ella era cosa del pasado, un bonito y gran recuerdo, cuando la vio el impacto fue sorprendente, no podía creer y soportar lo que sus ojos veían. MN pensó que ella por respeto a la historia de ese pasado, haría lo posible por estar un breve momento en el bar y buscaría cualquier pretexto con su pareja para irse, pero no fue así, Mujer Bonita quiso darle vida a esta historia recordada y se quedó bastante tiempo en el bar y pasó lo que tenía que pasar, es decir, MN enloqueció.

Estando los dos personajes en el bar, MN recuerda que no quitaba la mirada sobre su antiguo amor. Mujer Bonita se veía como su nombre, bonita, y es en éste primer contexto del reencuentro donde MN se preguntaba: ¿cómo es posible que ahora le sonreía a él como me sonreía a mí? ¿Entonces todo lo que vivimos no contó o acaso así de vacía es la vida que los actos del pesado no tienen ninguna importancia? entre más se preguntaba MN, más reflexionaba y rememoraba, a su mente vinieron grandes momentos que vivió con la mujer que tenía enfrente y que ya no le pertenecía.

En sus recuerdos vino a la memoria uno de los instantes más felices que vivió MN con Mujer Bonita, sucedió cuando MN cumplió treinta y un años, él se quedó el diecinueve de septiembre en el departamento de Mujer Bonita, ella lo despertó a las tres de la mañana ya del veinte porque sabía que a esa hora había nacido, le dio un abrazo, le regaló un perro de peluche que MN lo llamó “Tobi” e hicieron el amor, empero, de momento MN regresaba a la realidad que le presentaba el bar, y todos sus recuerdos eran sólo eso, recuerdos,  porque en ese presente Mujer Bonita se veía feliz con su nuevo amor.

A ritmo de cervezas la locura de MN se fue acrecentando, llegó el momento que el pobre MN no resistió más y enfrentó a Mujer Bonita estando con su nuevo novio, no sé si fue un acto de valor, romanticismo o irresponsabilidad, pero de lo que sí estaba seguro MN que fue un acto vergonzoso. Todos estos recuerdos, estos hechos del pasado que son bochornosos, hicieron que MN recordará un cuento de Hernán Lara Zavala titulado: “Después del amor”, donde el escritor mexicano realiza las siguientes reflexiones: “¿Y qué fue de nuestro amor? ¿Qué quedó de toda esa pasión? ¿Se desvanecieron en el tiempo, en el recuerdo, en la memoria? ¿Los actos del corazón se pierden en cuanto cesan los actos físicos? ¿Será verdad que en nuestra época ya no hay pecados sino meras transgresiones? El amor moderno, ¿Será tan complejo que ya no admite una sola línea de acción, una incógnita, un misterio? ¿Puede seguir siendo, como se consideró alguna vez, de una sola pieza, refractario, indivisible y siempre fiel? ¿Cuántos vértices tiene el amor? Esos mismos vértices muchas veces nos lastiman y lastiman a los que amamos y, sin embargo, los agradecemos porque son los que nos hacen sentir y vivir. ¿Hay alguien que logre vivir una gran pasión que no parezca un remedio insulso de una vieja película en la que ya nos sabemos de memoria todos los parlamentos?”

Después de haber recordado hechos de más de diez años atrás, MN regresa a meditar sobre lo planteado por el pintor Elstir y comprende la profundidad de sus palabras, porque nunca debemos renegar de nuestro pasado por penoso que algunos instantes sean, ya que hoy amamos con mayor equilibrio, firmeza, madurez, gracias a todos esos aciertos y errores del ayer, nuestras vidas son producto de triunfos y fracasos, grandezas y miserias.

Finalmente, la vida se construye en el vivir, y el vivir es sinónimo de errores y equivocaciones, y estas equivocaciones al mismo tiempo son enseñanzas, aprendizajes…seguramente Marcel aprendió y comprendió que los errores cometidos por Elstir en su vida personal, no le restaban en lo mínimo a la grandeza de su arte pictórico, como igualmente MN ha aprendido y comprendido que hoy ama a Rosy de forma sincera, profunda, equilibrada, porque el amor es un arte que se aprende viviendo el arte mismo, y el bello resplandecer de hoy, tiene sus antecedentes en varios tristes atardeceres del ayer…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correo electrónico: [email protected]

Twitter@MiguelNaranjo80

Facebook: José Miguel Naranjo Ramírez.