Desde el café
Los 10 días y un cachito que le faltarán a Andrés Manuel
Bernardo Gutiérrez Parra
Hasta este martes, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública, había contabilizado 196 mil 609 asesinatos violentos en lo
que va del sexenio. Un sexenio donde se nos dijo que se acabaría con ese
flagelo y con los feminicidios, secuestros, violaciones, masacres y
desapariciones forzadas.
Sí que te acuerdas ¿verdad, lector?
Andrés Manuel López Obrador prometió que en un año acabaría con la
violencia; luego dijo que en dos; más adelante aseguró que en tres años esa
pesadilla pasaría a la historia. Y luego ya no dijo nada, mientras los asesinatos
crecieron hasta llegar a la cifra arriba mencionada y a la que le faltan 3 mil
391 ultimados de manera atroz, para llegar a los 200 mil.
¿Le alcanzará el sexenio?
Al parecer no; pero se quedará a un pasito.
Si se toma como base que se cometen 80 asesinatos diarios en promedio y le
faltan 32 días para dejar el poder, es probable que se registren 2 mil 560
muertes violentas hasta el 30 de septiembre, con lo que se quedará a 831
asesinatos de llegar a los 200 mil. Es decir, le van a faltar 10 días y un cachito
para alcanzar ese número.
Si alguna vez pensó Andrés Manuel que sería recordado como el presidente de
la paz, vaya manera la suya de engañarse a sí mismo.
Tampoco será recordado como el presidente feminista, título que le endilgaron
las mujeres de su gabinete cuando arreciaron las protestas de grupos
feministas, mujeres violentadas y madres buscadoras a las que ha ignorado,
descalificado, les ha dicho conservadoras y las ha confrontado.
Nunca en la historia de este país (ni siquiera en la revolución o en la guerra
cristera) tantas mujeres habían sido asesinadas en seis años como ocurre en la
administración del tabasqueño. Desde que comenzó su mandato hasta el 31 de
julio de este año han sido ultimadas 20 mil 851. Y el promedio es de 10
mujeres asesinadas al día.
Y si a eso se le agrega que van más de 11 mil mujeres secuestradas, que sólo
en mayo de este año fueron lesionadas de manera dolosa 7 mil 282 y que se
han contabilizado 114 mil 336 denuncias por violación, con un promedio de
55 violaciones al día. Futa…
Mientras en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña se
cometieron dos masacres en cada administración o seis en total, en el de
Andrés Manuel van 2 mil 121. Y de ellas, en más de 60 los masacrados han
sido jóvenes.
De 1962 a la fecha han desaparecido o no han sido localizadas 115 mil 687
personas (hombres y mujeres). Pero alrededor de 50 mil han desaparecido en
el sexenio de AMLO que se llevará a su rancho el récord de una persona
desaparecida CADA HORA.
Estos lector, son los números de terror de un individuo que privilegió los
abrazos en lugar de aplicar la ley a los delincuentes, pero que tiene un
envidiable 66 por ciento de popularidad a pesar de los 196 mil asesinatos, de
los 20 mil 800 feminicidios, de las 114 mil mujeres violadas y de las más de
11 mil secuestradas.
Virgen santísima, lo que hay que ver.
¿Error en la documentación o algo más?
Te lo cuento como me lo contaron, lector. Resulta que la Procuraduría Federal
del Consumidor (Profeco), clausuró las bombas de gasolina del expendio
“Repsol Las Potrancas” ubicado en Papantla y perteneciente al Grupo
Gasolinero Carreón.
Pero más tardó la dependencia en poner los sellos, que la empresa sancionada
en emitir un comunicado donde “explicó” que la sanción fue por “un error en
la documentación” producto de una falla administrativa.
Ah caray.
Hasta donde se sabe, la Profeco clausura un expendio de ese giro por otras
razones como por ejemplo, cuando le venden a uno litros de 800 mililitros,
cuando la gasolina va mezclada con otro producto o cuando la bomba marca
de más. No por “un error en la documentación” que lo más que ameritaría es
el levantamiento de un acta donde se conmine al personal a corregir la falla y
listo.
La explicación del Grupo Gasolinero Carreón, no deja de ser extraña, entre
otras cosas, porque ya ha estado involucrado en problemas jurídicos. Por lo
que la clausura sí tiene razón de ser.
Es decir; mientras sale a flote la verdad, la clausura de la Profeco fue “la
cereza para ese pastel”.
[email protected]