Si hay algo que mantiene estable a la economía de México, en el julio del 2021, es precisamente el tratado de libre comercio entre México, los Estados Unidos de América y Canadá, denominado T-MEC o USMC por sus siglas en inglés, anteriormente TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés; en este sentido, podemos destacar sin lugar a equivocarnos, que ha sido uno de los aciertos más importante que han logrado los mexicanos en materia económica, que entre otras cosas y por muchos años, ha alejado a México de las crisis sexenales recurrentes, que habían sido ocasionadas por el dispendio y la corrupción imperante en el país, donde los descalabros financieros, se cubrían con divisas provenientes en gran parte de la venta y explotación, de los hidrocarburos del subsuelo mexicano.
Ya nadie recuerda las grandes devaluaciones que sexenio tras sexenio, le ocasionaban enormes sangrías de divisas al país, cuyas crisis económicas solo implicaban fugas de capitales, encarecimiento de las tasas y del crédito, las quiebras masivas de las empresas, el gran desempleo que ocasionaba el éxodo recurrente de trabajadores hacia los Estados Unidos, inflaciones galopantes y grandes déficits presupuestales, pérdida de los bancos mexicanos, que para volverlos a capitalizar se tuvieron que vender a los extranjeros, pasivos de las empresas paraestatales que eran liquidadas a precios de remate, incrementos sucesivos del endeudamiento externo, poniendo siempre al petróleo como colateral y apoyo financiero, hasta que la deuda se tornó impagable y tuvo que ser renegociada, de ahí el Fobaproa y la necesidad de la renegociación de los pasivos.
Felizmente, se alejó al país de una tendencia estatista que solo dependía de la exportación de crudo para conseguir la mayor parte de nuestras divisas, estos antecedentes históricos pueden dar luz de por qué la fijación de salvar a cualquier precio al sector energético, con políticas económicas y financieras añejas que contrastan con las exigencias modernizadoras del T-MEC; para ello, conviene contrastar que muchas economías desarrolladas de hoy, siempre carecieron de petróleo, pero son grandes exportadores de bienes manufacturados y tecnológicamente avanzados.
Todo lo anterior contrasta con el retraso en la aplicación de las TIC en México, donde el T-MEC es el inicio y final de una razón de ser para modernizar y aumentar los niveles de inversión en nuestro país y generarle millones de empleos productivos a México, donde la logística 4.0, para ser más competitivos y productivos dentro del T-MEC, desde nuestro país, sin duda jugará un papel preponderante en los años por venir, ya que de otra manera nos retrasaremos en la carrera tecnológica del mundo desarrollado de hoy, donde se trata por ejemplo de llevar al sector de las Pymes mexicanas, a otro nivel, en contraposición a su desaparición, ya que son generadoras de la proporción mayoritaria de la fuerza de trabajo del país.
Como ya lo hemos reiterado, el banco Santander con cifras del Banco Mundial, establece que el 78.3% del PIB mexicano relacionado a la actividad productiva de México, ya está ligado al T-MEC; por otro lado, Google señala que solo el 30% de las Pymes mexicanas hacen uso de la tecnología digital en su operación, mientras que en Canadá y Estados Unidos representan el 100% de sus empresas Pymes. Por una razón que resulta incomprensible, en nuestro país los gobiernos locales, ni siquiera le han cubierto los adeudos de gobiernos anteriores a las Pymes, perdiéndose ya para siempre, miles y miles de empleos.
Estos datos son muy importantes pues gran parte de la población mexicana, anteriormente el 50%, vivía en situación de pobreza y con la pandemia de Covid 19, se sumaron más de quince millones de las clases medias al sector considerado como pobre por el Coneval. Por lo tanto, debemos de aprovechar las ventajas que representa para nuestro país, la situación geográfica privilegiada de México, el contar con ciento treinta millones de habitantes, con una gran tradición cultural, más treinta y cinco millones que actualmente radican ya en Estados Unidos y que generan ya tres veces más el PIB de los mexicanos, que mantiene más de treinta y cinco millones de su población en su sistema educativo y posee una fuerza de trabajo arriba de los cincuenta millones de personas.
Como dato relevante, también gravita a nuestro favor, la calidad de que tengamos un país bioceánico, que es líder en muchos aspectos a nivel latinoamericano, por ejemplo en materia de exportaciones a Estados Unidos, donde somos ya líderes mundiales, con vastos recursos naturales y ambientales, también el ser vecino y socio comercial de la actual primera potencia económica y militar en el mundo, que con China, juntos representan casi la mitad del PIB global; además, de que contamos ya con muchas universidades y centros de investigación de clase mundial.
Por último y volviendo al T-MEC, los puertos y los sistemas logísticos de transporte, más los de las ciudades del país tanto del norte, como del centro, del sur sureste y sobre todo de las entidades y municipios costeros del país, como Veracruz y Colima, ya forman parte de un mosaico de opciones productivas, con un potencial que había permanecido hasta fechas recientes ignorado, compuesta por gente trabajadora y productiva, que evidentemente tiene muchas opciones que deben ser guiadas y no divididas, para el beneficio de las familias mexicanas.
Como dato relevante para ser tomado en cuenta en las negociaciones internacionales, en días pasados el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, declaró que la recuperación tras la crisis por la pandemia, dependerá de un buen manejo de las asociaciones público-privadas, por lo que hay que tomarlo muy en cuenta. Otro dato muy importante, es el que se destacó apenas hace días, el 2 de julio de 2021, cuando las Bolsas y los principales índices financieros de los Estados Unidos, mostraron un repunte con récords de apertura, por la creación de cerca de tres cuartos de millón de empleos en el mes anterior, debido a las medidas económicas acertadas que ha estado tomando el vecino del norte; en contraste, a esa misma fecha, las Bolsas y los principales índices financieros en nuestro país, de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), reportaba indicadores negativos de retroceso, lo que nos indica que algo no marcha bien.
En veintiséis años, con el TLCAN y ahora T-MEC, nos hemos convertido en una potencia exportadora a nivel mundial, prevaleciendo la alta calidad de la mano de obra; ahora nos falta, rescatar e incluir a la mitad de la población mexicana y convertirla en clase media, aprovechando todavía y aún más la opción de un tratado comercial, que sin ser una panacea, si es una opción real y muy importante para nuestro país, por las ventajas comparativas que representa para los mexicanos; a la otra mitad de la población, seguirle incrementando sus niveles de vida para ir desapareciendo así, las diferencias entre los niveles de vida de los mexicanos, como les ha sucedido ya a los países desarrollados.
Comentarios: [email protected] (*) Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.