La próxima llegada de la vacuna contra el Covid-19 recibe, desde ahora, una serie de críticas desde diferentes ángulos de la sociedad debido a que afecta las ganancias que les produce a algunos la pandemia.
Se desgarran las vestiduras gritando que es muy rápido para tener una vacuna que sea efectiva. Que el tiempo promedio de la creación de un antídoto para una enfermedad es de meses y, a veces, de años. No quisiéramos imaginar la reacción de estas personas cuando apareció el automóvil, que no acortaba las distancias, sino que las recorría más rápido. Podemos imaginar la postura de esas personas cuando el avión comercial comenzó a operar, acortando los tiempos gracias al ingenio del ser humano.
Ahora quieren ver el presente con ojos de pasado, y esta es la actitud que muestran quienes ahora tienen mucho interés en seguir medrando de una crisis que afecta a la mayoría de la población y una de esas instancias son las empresariales, como los laboratorios clínicos que aplican la prueba del coronavirus a los precios que ellos quieren y sólo emiten un comprobante que otorgan por machote. Es decir, no importa la edad o las circunstancias del paciente (cliente), sino que simplemente se limitan a decir “Detectado”, cuando debieran ser más explícitos porque se paga por una prueba cuyos costos nada tienen que ver con el precio al público, pero aprovechan la pandemia para imponer sus precios y enriquecerse de la desgracia de otros.
Así trabaja el laboratorio que se encuentra en la calle de Yucatán en la colonia Roma de la Ciudad de México, que otorga los resultados del Covid-19 como si fueran volantes. Todos los resultados son iguales y sólo cambia el nombre y la fecha. La manera de presentar los resultados de estos laboratorios, uno de los más caros del país, hacen dudar de su eficiencia y pierden credibilidad. Prueba de ello está en posesión de este columnista.
La demanda es tal que abandonan la sensibilidad y prefieren el comercio que la salud, como sucedió por muchos años en México, donde dadas las circunstancias de urgencia, se realizaban operaciones sin licitar, por la prisa de tener medicamentos oportunamente al precio que fuera.
Esta operación, repetida cientos de veces, originó que la corrupción creciera miles de veces y las ganancias se multiplicaran millones de veces, todo con el pretexto de la salud. Ganancias que esos gobiernos disfrazaron de preocupación, cuando en realidad lo que hicieron fue hacerse socios de las grandes empresas farmacéuticas o simplemente, como sucedió con muchos de ellos, crear su propia empresa para garantizar sus ganancias en nombre de la salud.
Hará falta una investigación a fondo del desarrollo del auge de los laboratorios farmacéuticos que, en combinación con los clínicos, recomendaban medicamentos que no servían para nada y análisis innecesarios, tenían el mismo pretexto para enriquecerse y trabajaban la misma línea, pero, sobre todo, tenían a la misma víctima: la población del país.
Ahora, ante el embate de las empresas de la salud que están en México porque en otros países no les permitieron excesos con los recursos naturales ni la protección al ambiente era tan rígida para ellos, la empresa paraestatal Biológicos y Reactivos de México distribuirá los insumos de salud, para evitar malos manejos y conocer en realidad los costos de medicamentos que tienen precios que no justifican su elaboración.
Fue casi un siglo de complicidad entre las empresas de la salud y los funcionarios públicos que ya no debe seguir y deberán meter en cintura a los laboratorios clínicos que apuestan al disimulo para montar un escenario de crisis para enriquecerse.
Puede decirse que esos mismos empresarios de la salud hicieron de los mexicanos una sociedad de hipocondriacos que siempre se sienten enfermos de algo. Pocos son los países que tienen frases como esta: “Lo importante es la salud, el dinero como quiera…”, mientras que para los empresarios de la salud primero es el dinero y la salud se dedican a destruirla.
También es necesario que se investigue que con el pretexto del servicio social y la comercialización de las tareas universitarias se revisen las investigaciones que instituciones como la UNAM hacen a los laboratorios farmacéuticos con muy bajos costos.
En este combate a la corrupción debe investigarse también a los verdaderos propietarios de los laboratorios farmacéuticos, donde se encontrará más de un funcionario del pasado, tanto del PAN como del PRI. PEGA Y CORRE. – La acción que tanto le fuera criticada a la alcaldesa de Tamiahua, Citlali Medellín Careaga, ahora es una medida que empieza a generalizarse en el estado de Veracruz. Porque para evitar contagios, el gobierno estatal anunció que en 27 municipios, donde hay más casos de Coronavirus, se cerrará la vialidad. Es decir, se impondrá esta restricción en los municipios con semáforos rojos. La medida fue adoptada por la presidenta municipal de Tamiahua desde marzo… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.