La seguridad de los mexicanos que se vaya mucho al diablo

Cuando este lunes le preguntaron al presidente López Obrador cuáles son las tres preocupaciones principales de su gobierno contestó: “Lo más difícil, la pandemia; eso sí duele mucho. En segundo lugar, pero muy distante de lo primero, la crisis económica. Y lo tercero pero muy marginal, los ataques en los medios de comunicación y la reacción conservadora”.

¿Y la seguridad? Esa puede irse mucho al diablo.

Los 65 mil o 70 mil asesinatos violentos en estos dos años tan no le preocupan al señor presidente que ni siquiera se hicieron merecedores de un comentario.

Pero ¿qué tanto le preocupa la pandemia del coronavirus? No creo que mucho cuando sumaban hasta ayer 1 millón 113 mil 543 los contagiados y 105 mil 940 los muertos.

A nivel mundial López Obrador ha sido uno de los mandatarios más desdeñosos con la enfermedad, tan es así que la OMS le pidió que “se tome muy en serio” el problema, pero no reaccionó.

Su segunda preocupación “muy distante de la primera” es la crisis económica. Y en efecto, a Andrés Manuel no le interesa que la economía caiga un 9 por ciento este año y que el año que entra suba un 2 por ciento con lo que seguirá abajo un 7 por ciento.

Tampoco le preocupan los cuatro y medio millones de personas que tenían un trabajo formal pero fueron despedidos. Y menos los 10 millones de trabajadores informales que deambulan por las calles del país en busca de algo que les proporcione el sustento.

A quien llame la atención que el presidente dé importancia a los “ataques” de los medios de comunicación, hay que recordarles que todo autócrata odia a quienes lo critican.

¿Qué es lo que verdaderamente le preocupa al presidente? Las elecciones del próximo año.

Más que perder las gubernaturas que casi tiene seguras, le aterra perder el Congreso Federal y está poniendo todo su empeño en volver a ganarlo.

La pandemia, la salud y la mejora económica de los mexicanos le tienen sin cuidado. Si para finales de diciembre hay 150 mil muertos por el coronavirus, allá ellos porque no se cuidaron. Si se siguen muriendo los niños con cáncer porque no hay medicamentos oncológicos, allá sus padres que nacieron pobres. Y si casi 15 millones de hombres y mujeres no consiguen empleo, con la pena pero que se jodan.

Ahorita lo que le importa es que la dádiva de 3 mil 600 pesos para los Ninis de 17 años en adelante llegue a su destino. Lo mismo el dinero para los ancianos, discapacitados y madres solteras (aunque les haya quitado las estancias infantiles); todo eso son votos para Morena en el 2021.

También le importa cumplir sus promesas, aunque sea medianamente.

El 16 de febrero y ante las protestas por el mal funcionamiento del INSABI, López Obrador prometió:

“El primero de diciembre de este año va a estar funcionando el Sistema de Salud Pública con normalidad, con servicios de calidad, atención médica y medicamentos gratuitos. Va a estar funcionando, ese es el propósito, como los servicios de Salud que hay en otras partes del mundo; como en Dinamarca, como en Canadá, como en el Reino Unido”.

Hoy es primero de diciembre ¿y qué pasó?

Ayer por la noche el secretario de Salud Jorge Alcocer Varela, aseguró que a partir de hoy los servicios de salud incluidos los de tercer nivel, es decir, los de alta especialidad serán gratuitos, lo mismo que las medicinas en los Institutos Nacionales de Salud.

La noticia es excelente, pero habrá que tomarla con reserva porque eso no quiere decir que ya nos equiparamos a los sistemas de Salud de Dinamarca, Canadá o el Reino Unido.

El presupuesto que el gobierno de AMLO destinó este año para el sector Salud es el 2.6 por ciento del PIB, mientras que Dinamarca destinó el 8.48, Canadá el 19.33 y el Reino Unido 18.74. Nada que ver con nuestro país.

Como quiera que sea el pasito ya se dio y ojalá esa atención gratuita permita que haya medicamentos oncológicos para niños con cáncer, enfermos de VIH y no vaya a resultar fraudulenta.

Mal que bien en 17 años el Seguro Popular atendió a 50 millones de mexicanos sin acceso al IMSS o al ISSSTE, salvó cientos de miles de vidas y disminuyó la mortandad infantil. Cosa que no puede decir la 4T que en apenas dos años acumula miles de muertes por negligencia y tacañería presupuestaria.

Ajá ¿y la seguridad?

La seguridad no existe y quizá por eso no habló de ella López Obrador. Lo que existe es la inseguridad con su cauda de violencia y muerte; violencia y muerte a las que deberemos acostumbrarnos mientras el tabasqueño siga en el poder.

Andrés Manuel tiene sus ojos puestos en las elecciones del 2021 y el que sigan asesinando a cien mexicanos diariamente es algo no le preocupa, tampoco lo ocupa y mucho menos le quita el sueño.

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