Vivir en el Golfo
Por Rodolfo Herrera
LA MODERNIZACIÓN DEL TRANSPORTE
El pasado 27 de octubre, el joven Luis Alán como muchos otros de su edad, abordó el camión del servicio de transporte urbano que lo llevaría a la universidad, pero no llegó, porque un accidente provocado entre camioneros que jugaban “carreritas” lo postró en un hospital donde hoy recibió la terrible noticia, no pudo salvar el brazo afectado y tomó la decisión de amputárselo, antes que perder la vida.
Los hechos a las dos de la tarde ese trágico día, cuando Luis Alán abordó la unidad cuyo número económico, línea y ruta no vale la pena acordarse, para el caso es igual porque todos son lo mismo, pagó el costo de su pasaje cuyo conductor lo recibió de muy mala gana porque se trataba de la tarifa escolar.
El chofer, un joven de escasa edad y experiencia no volteó a ver al pasajero, porque estaba desesperado viendo los retrovisores tratando de evitar que otro camión, con el que venía jugando carreras, lo rebasara para ganarle el pasaje en la próxima parada.
Luis Alán caminó al fondo del pasillo donde encontró un lugar desocupado del lado de la ventanilla que estaba abierta, se estaba sentando cuando el camión arrancó bruscamente y perdió el control, para no caer, trató de aferrarse a algo y sacó el brazo fuera de la unidad al tiempo que fue prácticamente obligado al sentón.
Justo en ese momento, el camión con el que venía compitiendo rebasó muy cerca y alcanzó a machucarle el brazo, Luis Alán gritó y la compañera de asiento, una mujer que ha servido de testigo y que no se ha apartado de él, exclamó: “ay mijo, ya te desgraciaron estos”.
Luis Alán llegó a un hospital donde fue necesaria la presencia de un angiólogo, pues presentaba severos daños a la altura de la axila y podría perder la movilidad o, tener una muy limitada extremidad a consecuencia del daño a los tendones.
El camionero presentó la póliza del seguro, pero la aseguradora al ver el enorme costo hospitalario decidió marcar un alto e informó que la cobertura “amplia” no cubría gastos de un angiólogo especialista ni tantos días de convalecencia, por lo que aseguró que a partir de ese momento no se hacía responsable de más pagos, pese que el camionero alegó que él, al igual que todos los camioneros del estado, pagaban una costosa póliza de “cobertura amplia”.
Los días transcurrieron entre análisis y estudios de todo tipo, hasta que al final el angiólogo advirtió que las condiciones de Luis Alán estaban empeorando, las horas transcurridas ya habían causado infecciones y su cuerpo comenzaba a contaminarse poniendo en riesgo su vida.
A sus escasos 21 años, con toda una vida por delante, con la esperanza de culminar sus estudios universitarios e integrarse a la vida productiva, Luis Alán tomó la decisión más difícil de su joven existencia, permitir que le amputaran el brazo, solo porque un par de camioneros irresponsables iban jugando carreritas para disputarse el pasaje.
En este momento, quizá aún no haya despertado de los efectos de la anestesia, pero abrirá los ojos para enfrentarse a su nueva vida, esa vida que le cambia porque los funcionarios del transporte público que tanto posan para la foto y se vanaglorian de ínfimos logros, no pudieron ordenar el transporte.
Esos funcionarios mismos que se subieron al camión del cambio pero que no están acorde con los tiempos y con voz engolada, pretenden engañarnos y decirnos que las cosas son diferentes, mientras permanecen ahí quietos, sin hacer nada, vegetando, nadando de a muertito, pero pegados como becerros succionando la ubre presupuestal.
En esta etapa valdría la pena una evaluación de todos esos amigos que fueron invitados a participar en el gobierno, pero que no dan resultados, no resuelven, pero tampoco renuncian para facilitarle al amigo la contratación de un funcionario más capaz.
¿Y los diputados que representan al pueblo, no pueden revisar ese falso sistema de seguros? O políticamente no les representa rentabilidad electoral.
Como Luis Alán, hoy millones de jóvenes saldrán a las calles a enfrentarse al mismo problema, esperemos que todos regresen con bien.
EL YACIMIENTO ESTABA DESDE EL 2012
El diputado federal del PRD Julio Saldaña Morán, desmintió que los hallazgos petroleros en la cuenca del Papaloapan sean nuevos, según él: “datan desde el 2012, corresponden a los campos de investigación Perdiz, Papan, Cocuite, Novillero e Ixachi” y advirtió que se trata de un anuncio electorero que al mismo tiempo pretende beneficiar a una compañía italiana, como Odebrecht, con lo cual se explica el desmantelamiento de Pemex y el despido de miles de trabajadores ¿Pues entonces dígame usted en qué manos estamos?
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