La impiedad de los de ahora

Si Veracruz está en la vil inopia económica es porque los gobiernos ladrones y corruptos de administraciones pasadas se llevaron todo. Si falta dinero para rehabilitar escuelas y hospitales es por lo mismo.  Si no hay trabajo y sobra la inseguridad, también. Todo es culpa de los bandidos. Y la verdad es que sí es cierto… en parte.

No todos los problemas que sufre Veracruz son a consecuencia de los bandidos que ya se fueron, sino por irresponsabilidad y corrupción de quienes hoy llevan las riendas del poder.

Al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, se le ha olvidado que un millón 600 mil veracruzanos lo eligieron para que arreglara los desastres de sus antecesores y no para pasarse dos años quejándose y echándoles la culpa.

Y nomás se queja, porque no ha sido para llevar ante la justicia a ninguno de esos saqueadores.

Las declaraciones del oncólogo pediatra Sergio Miguel Gómez Dorantes, sobre la muerte de niños con cáncer provocada por desabasto de medicamentos, lo agarraron fuera de base.

Dijo que si no se han comprado esos medicamentos es porque hay una intención (seguramente aviesa, perversa y siniestra) de las farmacéuticas de “bloquear” las adquisiciones del gobierno federal.

¿A qué farmacéutica le interesaría bloquear a otra cuando sucede exactamente lo contrario?

Puede que una armadora de la Ford le niegue un cigüeñal a una armadora de la Chrysler, pero una farmacéutica jamás negará un medicamento a otra porque se trata de vidas humanas. Y mucho menos la bloqueará como dice mentirosamente el señor gobernador, que de inmediato buscó un culpable.

“En el caso del material oncológico es uno de los que más extrañamente ha escaseado y no nos han podido otorgar la compra consolidada. Y espero que detrás de eso no estén personajes políticos que antes eran proveedores, había uno del ISSSTE y espero no sea ese tipo de acciones” dijo.

Si ese político del ISSSTE sigue transando ¿por qué no lo entamba? Eso no ayudará a mejorar a los niños con cáncer, pero al menos estaría realizando una de las funciones para las que fue elegido: vigilar que los funcionarios públicos actúen con honradez.

Sobre el tema, el secretario de Salud Roberto Ramos Alor (la ineptitud e incapacidad personificadas), dijo que el desabasto es culpa de los proveedores internacionales. ¡Ah, vaya! ¿Y por qué se han vuelto tan gandallas los proveedores?  Eso ya no lo contestó.

Pero si agregó: “Seré claro y preciso: de ninguna manera y por ningún motivo hemos dejado de atender a pacientes oncológicos ni dejado de suministrarles medicamentos; la atención de este grupo importante de pacientes es una de las principales prioridades de los Servicios de Salud de Veracruz… Estamos ocupados en la búsqueda de opciones para la obtención de medicamentos”.

Ni claro ni preciso, pero sí mentiroso. Si en verdad hay medicamentos oncológicos ¿entonces por qué le echa la culpa del desabasto a los proveedores internacionales? Y si hay abasto ¿por qué está tan “ocupado” en la búsqueda de opciones?

“Desde luego que estos medicamentos e insumos en el Sector Salud para este sector escasean a nivel nacional e internacional, pero siempre estamos trabajando en las gestiones necesarias para el abastecimiento de los mismos”.

Falacia tras falacia las de este sujeto. Que se sepa, no hay un solo país que se queje por la falta de medicamentos oncológicos. En contrapunto, son miles los oncólogos mexicanos que claman por medicamentos.

Y finalmente el choro de despedida: “Hoy más que nunca tenemos que estar en comunicación y coordinación todos aquellos involucrados en el bienestar de las y los niños que se enfrentan a diferentes tipos de cáncer, así como los pacientes adultos. Hoy más que nunca hay que luchar juntos y seguir al pie de la letra las indicaciones médicas para proteger la salud; tenemos que poder”.

Tendrán el poder pero lo que no tienen es vergüenza. Ambos, el gobernador y Ramos Alor siguen mintiendo y los niños con cáncer siguen muriendo.

¿Cuántos menores tienen que fallecer y cuántos médicos tendrán que seguir alzando la voz para que estos señores reaccionen?

Nadie justifica ni justificará nunca el latrocinio de los que se fueron, pero al menos esos bandidos no tenían la impiedad de quienes gobiernan ahora.

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