La gloria o uno de los nueve círculos del infierno

La decisión de la Suprema Corte de Justicia de invalidar la llamada “Ley Nahle” no afectó para nada las aspiraciones de la zacatecana Rocío Nanhe a la gubernatura de nuestra entidad, por el contrario, esa decisión la sacó del cajón del olvido en que la había metido López Obrador.

Hoy la señora vuelve a sonreír después de la apapachada que le dieron en Palacio Nacional.

Vilipendiada en los medios porque la refinería de Dos Bocas nomás no refina, y apremiada por el presidente para que los primeros 170 mil barriles de petróleo refinado se entreguen el 1 de julio, Rocío Nahle se eclipsó y nada se supo de ella en noviembre, diciembre y los primeros días de este 2023.

El 24 de enero fue llamada a Palacio Nacional a donde llegó nerviosa, pero salió con una sonrisa así de grande a decir: “Como ya lo anunció el presidente” el 1 de julio Dos Bocas refinará su primer barril de petróleo.

La señora mintió porque el presidente nunca habló de un barril sino de 170 mil. Pero se pasó muy a la torera la orden presidencial y no dijo ni pío de los 169 mil 999 barriles restantes.

Esta semana su estrella que parecía extinguirse volvió a brillar. El martes la SCJN echó para abajo la Ley Nahle y al día siguiente el presidente oxigenó a su secretaria de Energía.

Interrogado sobre la decisión de la Suprema Corte, López Obrador dijo: “Yo no entiendo bien cómo está esa resolución; yo creo que no la limita… Por ejemplo, yo puedo (ser gobernador de Veracruz) porque mi papá era de Veracruz… Pero se puede también por la residencia y Rocío fue diputada federal, senadora por Veracruz. Diputada federal por el Distrito de Coatzacoalcos…”.

Y en efecto, la resolución no limita ni elimina a la zacatecana de aspirar a la candidatura, pero eso pasa a un segundo término. Lo importante para ella fue el calorcito que le dio Andrés Manuel cuando todo mundo pensaba que la había enviado a la congeladora.

A pesar de que sus seguidores tomaron las palabras del tabasqueño como un destape, nada está escrito aún. Es bueno reiterar que la nominación del abanderado o abanderada de Morena para Veracruz, no dependerá de las encuestas sino del hígado presidencial. Y éste es tan voluble como inestable.

Tras el elocuente espaldarazo, ahora viene lo más fácil para la señora; echar a andar Dos Bocas para que refine 170 mil barriles diarios de petróleo a partir del 1 de julio y ya.

Si eso es todo será como coser y cantar ¿verdad?

Pues tu dirás lector, porque a partir de hoy le quedan sólo 148 días para que ocurra el milagro.

Será el 2 de julio cuando sepamos si la zacatecana se ganó la gloria o la enviaron a uno de los nueve círculos del infierno.

 

El sospechoso silencio de Yunes Linares

En charla con unos buenos amigos uno de ellos nos pidió que calificáramos del cero al diez a los gobiernos desde el de Patricio Chirinos al de Miguel Ángel Yunes. Yo le di un nueve a don Patricio porque fue el último gobernador que no dejó deuda y fue la última ocasión que Veracruz fue un estado seguro. A Miguel Alemán le di un cinco porque con él comenzó la pesadilla de la deuda y los primeros asesinatos gruesos que hubo en la entidad. A Fidel Herrera le puse un siete, pero por la obra que realizó; a Javier Duarte le di un cuatro y a Yunes Linares un cinco.

“¿Y a este gobierno qué calificación le dan?” preguntó y alguien dijo “¿No hay algo más bajo que el cero?” “Si, menos cero”. Y en menos cero quedó calificado el gobierno de Cuitláhuac García.

Quien hizo las interrogantes prosiguió: “Esto lo pregunto porque no sé si se han fijado que a pesar de lo pésimo que gobierna Cuitláhuac, Miguel Ángel Yunes Linares no ha salido a descalificarlo como lo hizo con Fidel y con Javier a quienes les dio con todo. ¿A qué creen que se deberá?” Y casi a una voz contestamos, “A que pactó con Morena”.

Y esa parece ser la razón.

Las pifias, yerros, dislates y metidas de pata de Cuitláhuac García, serían un poderoso motivo para que un individuo contestatario como Miguel Ángel Yunes (especialista en ver pajas en ojos ajenos), lo estuviera dinamitando cinco días a la semana. Y sin embargo ha guardado silencio. ¿Por qué?

Porque posee una cola bien larga para que se la pisen.

Yunes Linares tiene al menos un par de acusaciones penales ante la Fiscalía General de la República y señalamientos por malos manejos a su paso por la gubernatura. Uno de estos es el millonario fraude cometido con las cámaras de videovigilancia que resultaron eso; un fraude y un costosísimo fiasco.

Elementos tiene y de sobra el gobierno de Cuitláhuac García para enviarlo a prisión, sin embargo no lo ha hecho. Y es aquí cuando entra el sospechosismo.

Se dice cada vez con más insistencia que Yunes pactó con Cuitláhuac a cambio de que ninguno de sus dos hijos (Miguel Ángel y Fernando) participen en las elecciones del 2024. Pero además, operará a favor de los candidatos que postule Morena.

Si esto es cierto, la apuesta de Cuitláhuac es muy buena, aunque tiene sus bemoles.

El gobernador está olvidando que quien traiciona una vez traiciona siempre y Yunes es un experto en traiciones. Independientemente de que es más político que Cuitláhuac y puede estar jugando con dos barajas.

Veremos.

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