Hay miles que piensan que somos iguales a Cuitláhuac

Mediante estas líneas me permito proponer a los veracruzanos en edad de votar, que sin atentar contra la libertad de expresión del gobernador Cuitláhuac García, se haga una consulta popular para que sus conferencias de prensa ya no sean transmitidas por televisión directa porque uno es el que pasa las vergüenzas.

Es decir, como no se puede evitar que el señor siga diciendo burradas, se pedirá a la producción televisiva que transmita su imagen sin audio, y la nota informativa sea en tercera persona en lugar de que él salga a cuadro hablando en vivo. Porque cuando no desbarra nomás mete la pata y pone en ridículo a 8.5 millones de veracruzanos.

A Cuitláhuac no se le dan las conferencias de prensa, de hecho le aterran (aunque ahora ya no tanto) y más le aterra que los ojos de los reporteros estén puestos en él. Eso se entiende porque no le gusta la comunicación y a su edad es difícil que aprenda.

Carece de la presencia, preparación, credibilidad, dicción, vocabulario y la argumentación que debe tener todo político. Y es que no es un político, sino un sujeto que cerraba calles y gritaba consignas que llegó a la gubernatura de Veracruz.

Este fin de semana el doctor Daniel Alejandro Chang, representante de la Sociedad Pediátrica de Xalapa, informó que en los últimos tres meses se han multiplicado los casos de Covid en menores veracruzanos y con ello las muertes.

Interrogado sobre el tema Cuitláhuac contestó: “Lamento decir que no es así, no tenemos fallecimientos de menores por Covid. Si el doctor tiene otros datos pues que los muestre y demuestre”. Y a renglón seguido se descontó una vez más a los reporteros: “Triste sería que hayan tergiversado lo que él dijo para lanzar una noticia falsa”.

Lo que uno lamenta es la pobre dicción del gobernador que debió decir: “Lamento que el doctor tenga una información errónea…” en lugar de “Lamento decir que no es así…”. ¿Cómo que lamenta que el pediatra supuestamente se haya equivocado?

Pero la Secretaría de Gobernación y la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, lo desmintieron y exhibieron al reportar la muerte de 29 menores en Veracruz desde que comenzó la pandemia y 1,104 contagiados. Los menores muertos son 18 de cero a 5 años; cuatro de 6 a 11 años y siete de 12 a 17 años.

Por su parte la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud, tenía registrados hasta este domingo a 31 menores fallecidos por Covid en Veracruz, que ocupa el noveno lugar nacional en ese renglón.

¿Así o más claro?

No hay conferencia en la que no desatine, en la que no se atropelle con las palabras o se enrede con las frases con lo que pierde credibilidad y se convierte en el payaso de las cachetadas. Y cuando habla de asuntos judiciales, aguas, ha cometido tantos gazapos que más temprano que tarde se convertirán en carpetas de investigación.

Sus mentiras se cuecen aparte porque ah cómo le gusta mentir a Cuitláhuac.

Ha mentido al hablar de empleos que no existen, inversión nacional o extranjera que nadie ha visto, de obras que están más en su imaginación que en pie. Ha mentido con la pandemia, con las cifras sobre la inseguridad y la violencia, con las de los feminicidios. Ya hay desaparecidos en su gobierno y de eso mejor no habla; tampoco habla de las mujeres violentadas a las que de plano ya no ve.

Ni en los tiempos más negros del priismo ni los dos años del yunismo, los veracruzanos hemos estado tan cerca de ser un Estado fallido como lo estamos hoy. Y esa convicción se acentúa cuando Cuitláhuac se para frente a un micrófono a contestar preguntas o simplemente se pone a hablar.

Por eso propongo una consulta para que ya no hable en vivo por televisión. Si no lo cuidan sus asesores cuidémoslo nosotros y evitemos hasta donde sea posible pasar tantas vergüenzas. Sin menoscabo –reitero- a su libertad de expresarse.

La consulta será también una manera de defendernos. Fuera de la entidad hay miles o cientos de miles que piensan que los veracruzanos nos parecemos al gobernador. Y eso sí calienta lector porque parafraseando a su jefe, no somos iguales. ¡Y vaya que no lo somos! Hay de inteligentes con capacidad, honestidad y decencia… a tarugos con iniciativa. Bendito sea Dios.

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