*Asunción de ministro indígena impulsado desde Palacio
*AMLO quiere crear la figura de un nuevo Benito Juárez
QUIZA LO más novedoso de la elección municipal del domingo primero de Junio, fue el hecho de que un candidato independiente, en este caso, Miguel Ángel Grajales Mateo ganara la alcaldía de Zaragoza ubicada en el sur del Estado, lo que manda un mensaje contundente a la partidocracia: la sociedad está hastiada de partidos –incluido el Movimiento de Regeneración Nacional- que no cambian, y no porque carezcan de programas de acción, estatutos y documentos básicos adecuados, sino porque sus dirigentes pierden el piso, se tornan arrogantes y soberbios, más aun cuando son encubiertos por el manto de la impunidad, como sucedió con Esteban Ramírez Zepeta –que suele expresarse despectivamente de la población indígena como lo hizo en Las Choapas sin ver su propia imagen-, porque ahora, propietario de varias residencias en un selecto fraccionamiento de Xalapa, ya olvidó su origen humilde para transmutarse en “fifi”. Y es que, en el poblado de Los Juanes, municipio de Uxpanapa, la población no olvida que el convoy en el que viajaba el líder estatal de Morena habría atropellado y asesinado –el pasado 5 de Mayo- a un padre de familia, e incluso aseguran que el causante del fatal arrollamiento fue el propio Zepeta, ahora encubierto por las complicidades del poder. Ramírez Zepeta acudió a un evento proselitista de la candidata de Morena a la alcaldía de Uxpanapa, Elsa María Moreno Cobos que, por cierto, perdió la elección ante el abanderado de Movimiento Ciudadano, Martin Alberto Aguilar Cuellar por goliza, y en ese contexto habrían ocurrido los hechos, en los que testigos relataron que varias camionetas viajaban a exceso de velocidad por los caminos de terracería, cuando una de ellas impactó a José Luis Chipahua que se transportaba en una motocicleta. El ahora occiso había salido a vender pescado como todos los días, pues era su forma de subsistir y poder proveer a su esposa y dos hijos que ahora han quedado en la orfandad sin que MoReNa haga algo por ellos, simple y llanamente, se olvidaron del asunto apelando acaso al afamado Canto a Teresa de José de Espronceda: Que haya un cadáver más ¿qué importa al mundo? Y es que fueron tan cobardes los sucesos que, tras el accidente, algunos campesinos presenciaron como las otras camionetas abandonaron el lugar, mientras que en la zona quedaron la camioneta siniestrada y una patrulla de la Policía Estatal cuyos elementos retiraron las placas de la unidad responsable, así como todas las pertenencias de quienes viajaban en ella, además de que el cuerpo de José Luis habría sido movido de posición con la intención de ocultar lo ocurrido y alterar la escena. Y aunque la esposa del occiso, Cristina Félix Sánchez, hizo un llamado al Gobierno del Estado para que el crimen no quede impune y que haya una verdadera respuesta y justicia ya que ella y sus dos hijos de 5 y 9 años son de escasos recursos, hasta ahora no han recibido indemnizaciones para garantizar el bienestar de los menores, mientras el irresponsable sigue montado en la soberbia.
PERO VOLVIENDO al tema inicial, aunque de 15 candidatos independientes, solo el de Zaragoza logró ganar la elección, en el resto de los municipios los sufragios obtenidos estuvieron a punto de darles el triunfo en muchos casos, de no ser por la alianza MoReNa-Partido Verde, como en el caso de Ángel R. Cabada, donde Arturo Herviz Reyes dio la batalla. No es secreto que el hartazgo en los partidos políticos se debe a la creciente desilusión y desconfianza que los ciudadanos sienten hacia estos y sus representantes, debido a diversos factores como la corrupción, falta de transparencia y resultados concretos en la solución de los problemas sociales, y la percepción de que los institutos políticos están más preocupados por el poder y el beneficio personal que por el bienestar de la población. Quedo demostrados así, con apenas el 49 por ciento de participación en la elección municipal y 51 por ciento de abstencionismo, que el hartazgo ha llevado a una disminución de la satisfacción con la forma en que funciona la democracia, lo que genera apatía y desmotivación en la concurrencia política. De esa manera, la desconfianza en los partidos políticos puede llevar a los ciudadanos a votar por opciones alternativas, como el voto nulo o la abstención, o a buscar candidatos independientes, como sucedió en Zaragoza con el triunfo de Miguel Ángel Grajales Mateo.
Y UN caso similar se repite en la elección de ministros que integrarán a la flamante Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde con cartas marcadas, desde Palacio Nacional se impuso –con los siervos de la nación y morenistas enviados a votar exprofeso con acordeones-, a las serviles Lenia Batres, Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf y María Estela Ríos González, quienes no esperaban que les brincara Hugo Aguilar Ortiz, abogado de origen mixteco que presidirá la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al ser el candidato que más votos obtuvo, de acuerdo con los cómputos distritales del Instituto Nacional Electoral (INE). Nacido en Tlaxiaco, Oaxaca, y egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), donde estudió su licenciatura y maestría, fue postulado por el Poder Ejecutivo (léase Sheinbaum), y luego de estar al frente de la coordinación General de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) desde 2018, llegará a presidir el máximo tribunal, en sustitución de Norma Piña Hernández.
AQUÍ CABE una reflexión. Claudia Sheinbaum, harta de las altaneras y despectivas Lenia Batres, ministra en funciones que ahora ocupará la presidencia del 1 de septiembre de 2027 al 31 de agosto de 2029; Yasmín Esquivel Mossa, también en funciones, que presidirá la Corte del 1 de septiembre al 31 de agosto de 2031 y Loretta Ortiz Ahlf, del 1 de septiembre al 31 de agosto de 2034, año en el que se convocaría nuevamente a elecciones para renovar la SCJN, decidió darle vuelta al comal para impulsar, mediante las comunidades indígenas que son muchas, la postulación de Hugo Aguilar Ortiz en aras de dar gusto a Andrés Manuel López Obrador y, de esta manera repetir la historia de Benito Juárez García, quien en base a la Constitución liberal de 1857 fue elegido magistrado y presidente de la Suprema Corte, de tal manera que, cuando el presidente Ignacio Comonfort se une a un golpe de estado contra la Constitución, Juárez, como presidente de la Suprema Corte, asume la presidencia de México para defender los principios liberales. Ya montado en la primera magistratura promulgó las Leyes de Reforma, que tuvieron un impacto significativo en la sociedad mexicana.
POR LO pronto, las ministras “fifís”, aunque una de ellas se siga auto llamando del pueblo, se quedaron con el bat al hombro, y aunque mantienen la esperanza de que, en dos, cuatro y seis años pudieran sustituir a Hugo Aguilar Ortiz, el mundo se mueve con tal rapidez que en 370 días cualquier cosa puede suceder. Por lo pronto, Aguilar Ortiz ya dijo que no usara la ridícula toga a que está obligado por reglamento, sino un traje de gala indígenas acorde a los nuevos tiempos, además de impulsar cambios sustanciales en la corte. A ver que pasa. OPINA [email protected]