*Van 56 crímenes, 160 desaparecidas y 114 agresiones
*Autoridades ni se inmutan solo organizan carreras
ENGOLOCINADO POR los apapachos que le dispensa el Presidente Andrés Manuel López Obrador en cada visita al Estado (gracias a los subejercicios que devuelve en detrimento de programas de prevención del delito y atención a la sociedad), al Gobernador Cuitláhuac García Jiménez pareciera no importarle la recurrente violencia que viven las mujeres en el Estado, con asesinatos casi a diario, algunos por condición de genero clasificados como feminicidios pero otros como daño colateral en agresiones sufridas por sus parejas o familiares, en asaltos, secuestros o robos. Parecería que de pronto se soltaron los demonios contra las féminas jarochas, y lo peor es que, por alguna razón, las veracruzanas, a diferencia de lo que ocurre en otros Estados, no están protestando para tratar de detener algo que se antoja intolerable, más aun cuando las instancias de procuración de justicia mantienen inamovible el 98 por ciento de impunidad en torno a esos crímenes, y la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadans, en franco despotismo e indiferencia, organiza “carreras de convivencia” con las que espera abatir la cifra de esos delitos, se pinta las manos de anaranjado y las plasma para las fotos, lo que constituye una verdadera ofensa a las víctimas que siguen a la espera de justicia, ya que las agresiones provienen, en gran medida, de quienes deberían cuidarlas. Apenas el domingo, un guardaespaldas del alcalde de Tlapacoyan, Salvador Murrieta Moreno agredió a balazos a una mujer policía que intentó detenerlo en Martínez de la Torre por portar un arma cuyo permiso no quiso mostrar, cuando se hacía acompañar de otra fémina. El sujeto de nombre Venancio N, desenfundó molesto y le dio dos tiros a la uniformada, y fue gracias a la rápida intervención de otros elementos que no la remató en el lugar de los hechos, concretamente en la calle Morelos, entre Ávila Camacho y Ocampo.
SEGÚN CIFRAS del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), con corte al 31 de Marzo (sin contar Abril), en México sumaban 234 feminicidios desde el primero de Enero pasado, siendo el Estado de México, Nuevo León y Veracruz las Entidades que encabezan esas agresiones, el primero con 39 muertes violentas de mujeres y los segundos con 21 cada uno, aunque Abril ha sido caótico para las féminas a manos de sus parejas o baleadas en plena calle o viviendas, y aunque los hechos son atribuibles a la delincuencia, son capítulos que no deberían suceder. Lo peor es que en Marzo, el número de mujeres presuntas víctimas de corrupción de menores alcanzó su máximo histórico mensual desde 2015, con 193 casos. La cifra ha ido creciendo desde principios de año, con 98 registros en enero y 149 en febrero. Baja California, Quintana Roo y Guanajuato ocupan los primeros lugares por tasa (número de delitos por cada 100 mil mujeres). Y en feminicidios Veracruz y Nuevo León disputan el segundo vergonzoso sitio, mientras las autoridades se hacen las desentendidas, claman discursos que ni ellos creen y siguen polarizando a una sociedad de por si violenta. Y es que México ha mantenido un promedio mensual de 78 feminicidios, cuyo punto más alto fue febrero, cuando se registraron un total de 82.
EN VERACRUZ se han suscitado hechos violentos este año, sobre todo en el sur del Estado, donde las mujeres han sido víctimas dejando en la orfandad a menores. Aún se recuerda el caso de Roxelba Martínez agredida a machetazos por su esposo durante la madrugada del primero de Enero, en el ejido Las Barrancas en Cosoleacaque, y debido a la gravedad de las lesiones sufridas murió horas después en el hospital dejando en la orfandad a dos niños, mientras que el responsable se dio a la fuga. En Febrero Coatzacoalcos fue escenario de un doble feminicidio de una madre y su hija menor de edad en la colonia Héroe de Nacozari. Los cuerpos de Alejandrina Salas Galindo, de 43 años y su hija de nueve, esta última ultrajada, fueron encontrados en una vivienda. Otra mujer fue agredida a machetazos el 16 de febrero por su pareja sentimental en la colonia San Felipe en Cosamaloapan, el presunto feminicida Melitón “N”, se dio a la fuga a su ciudad de origen en Agua Dulce, donde fue detenido. En Nanchital el 21 de Febrero fue localizada sin vida, Anahí Hernández Castillo, de 28 años, quien murió al ser estrangulada por quien, se sabe, era su pretendiente Romario “N”, quien fue detenido. Apenas el miércoles 20 de abril fue asesinada la activista Juana Ovando de los Santos, de 21 años, quien era originaria de Agua Dulce, siendo privada de la vida por un vecino en Xalapa. Dos días después, la noche del 22 de Abril la joven Edit Vianey Ramírez de Dios, de 21 años, fue asesinada a cuchilladas por su pareja sentimental, un hombre 30 años mayor que ella identificado como Gregorio “N” de 56 años, sujeto que cortejaba a la joven desde los 12 años, y tras cumplir los 15 se la llevó a vivir con él dándole una vida de maltrato y abusos tras chantajearla con matarse si ella decidía abandonarlo.
Y ESOS casos corresponden solo al sur del Estado, porque en el centro y norte se replican, como en Tuxpan y Altotonga donde el lunes fueron asesinadas mujeres, y lo curioso es que a diferencia de otras Entidades las mujeres no se les ve en las calles protestando y exigiendo justicia. Y es que aparejado a los feminicidios o asesinatos, otro fenómeno se yergue contra las mujeres: las desapariciones, incluso, de niñas, de las cuales el observatorio de violencia contra la mujer de la Universidad Veracruzana que dirige Estela Casados, tiene documentados 160 desapariciones de niñas y mujeres en la Entidad tan solo entre Enero y Marzo, sin contar el mes en curso.
ASEUME LA académica que la zona centro del Estado es la que reporta un mayor número de niñas y mujeres desaparecidas este año, de tal suerte que al día se reportan 1.7 casos, por lo que actualmente la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia (Conavim) está analizando una tercera alerta de género por la desaparición de mujeres en Veracruz, debido a que el fenómeno se ha disparado. En años anteriores, según la académica, se reportaron hasta 300 casos de desapariciones; para el 2021 la cifra cerró en 685, lo que implica un incremento importante. Sumado a que ahora se están sustrayendo a niñas de entre 11 y 13 años, y las causas suelen ser multifactoriales: algunas son por tráfico de mujeres, ausencias voluntarias y otras son sustraídas por los padres, que por desacuerdos se las llevan de su hogar. Evitó especular si el tema está relacionado con el crimen organizado, sin embargo, reconoció que es responsabilidad de las autoridades investigar cada uno de los casos que se denuncian. De acuerdo con cifras del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres en Veracruz, de enero a marzo se han registrado 28 feminicidios, 28 homicidios de mujeres, 160 desapariciones y 114 agresiones. Se trata de una violencia sin par que, por otra parte, pareciera no importar a nadie, y menos a las mujeres que se les ve organizadas protestando por tanta atrocidad. Así las cosas. OPINA [email protected]