EURÍPIDES EN EL MES INTERNACIONAL DEL TEATRO. (II)

“ION.”

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

Cuando nos encontramos inmiscuidos en el género literario de la tragedia, normalmente los finales de las historias son catastróficos. No obstante, si bien Eurípides es considerado uno de los padres de este género, en algunas de sus piezas los finales son felices, es por ello que ciertos críticos ubican a obras como: ION, dentro del mezclado género de dramas, tragicomedias, melodramas; y aunque estos estilos tienen definiciones propias, precisas, indudablemente se diferencian de la tragedia por la forma, y, sobre todo, por el final. E incluso, las tragicomedias nacieron de la mezcla en una sola obra de la tragedia y la comedia. Para ser más puntual, en la tragedia: “Heracles[1], este héroe asesinó a su propia familia sin saber lo que hacía, y cuando pensamos que él ya había superado este hecho del que fue víctima y viviría tranquilo, resulta que el desenlace del mito no concluye así, otra desgracia se presentó en su vida que acabó matándolo. Por supuesto que en el desarrollo de la historia hay drama, el solo desgarramiento del personaje es un ejemplo, empero, el lector tiene muy claro que la tragedia posee como esencia la fatalidad total de los personajes.

Un ejemplo contrario de la tragedia pura lo conoceremos en la obra: ION. Poco se conoce documentadamente sobre el origen del mito en torno a este personaje. Es más, estudiosos y especialistas[2] sobre la obra de Eurípides sostienen que este mito bien puede ser originario de Eurípides. Independientemente al origen del mito, ingresemos al contenido de la obra. Creusa y Juto se encuentran casados, pero viven frustrados porque no pueden procrear hijos. Ambos deciden ir al templo del Dios Apolo para pedirle les permita engendrar herederos o en su caso si existe algún designio de que no podrán reproducir saberlo de una vez.

En la parte inicial de la obra nos enteramos de algo fundamental consistente en que cuando Creusa estaba soltera Apolo se obsesionó por ella y sin importar la voluntad de la dama él la poseyó. De esta relación y deseo sexual obtenido por el Dios, Creusa quedó embarazada. Ella es originaria de Atenas y su padre había sido Rey, por eso resolvió no decir nada a su madre del embarazo y decidió tener sola a su hijo y abandonarlo. Lo abandonó en la misma cueva donde Apolo la hizo suya a la fuerza. Empero, el Dios Hermes acudió a salvar al niño por órdenes de Apolo y lo llevó al templo de este mismo para que lo criara una sacerdotisa que cuidaba su templo en la ciudad de Delfos.

Creusa permanentemente siente remordimientos por haber abandonado a su hijo, mas sabe que la condición de la mujer está en desventaja con la del hombre, y si hubiese querido tener a su hijo y criarlo, al niño no lo bajarían de bastardo y ella hubiera sido motivo de vergüenza para la familia y la sociedad. Además, recordemos que el padre del niño es una de las deidades más veneradas, por eso el propio Dios ocultó la verdad y determinó mantener todo en secreto. Creusa y Juto llegaron al templo, hay un largo momento que ella se encuentra sola y la recibe un joven amable, que ha sido criado por una sacerdotisa, este joven creció sin padre y madre, pero vive tranquilo, en paz, ofreciendo sus servicios en el templo del Dios Apolo. Cuando Creusa dialoga con el joven, este le dice que él no conoció a su madre: ION: “Quizá fui hijo de la culpa de alguna mujer.”

Creusa le platica la historia de que una amiga se unió a Apolo y que el Dios la abandonó a su suerte, y algo más, esta amiga se vio en la necesidad de abandonar a su hijo y el niño tuvo que haber muerto en ese acto. ION sorprendido por lo que le ha confesado Creusa expresa que la madre es digna de lástima y va más allá, él, que siempre ha sentido admiración por su Dios con esta confesión lo increpa con las siguientes palabras:  ION: “Aunque…tengo que reprochar a Apolo. ¿Qué le pasa para abandonar doncellas a las que ha forzado, para dejar morir niños que él ha engendrado en secreto? No, Apolo, tú no debes; ya que eres superior, practica la virtud. Cuando un hombre es malvado lo castigan los dioses; entonces, ¿cómo va a ser justo que ellos, que nos han dado leyes escritas a los hombres, incurran en ilegalidad con nosotros?”

Juto llega a la presencia de Apolo y el Dios complicará más las cosas, porque con artimañas convence a Juto de que su hijo es el primero que se encuentre en la salida del templo; afirmando que este hijo fue engendrado en unos amoríos que Juto tuvo antes de casarse con Creusa. Juto reconoció esos romances, pero declaró que él no sabía que había producido un hijo de esos amores ilegítimos, y al decírselo Apolo no tenía más que creer y aceptar. Así que Juto al salir se encontró con ION, y después de un largo diálogo ambos se abrazaron y se sintieron felices, aunque para ION la felicidad era incompleta, porque a él le gustaría saber quién es su madre, aun así, todo transcurre de la mejor manera. Ahora bien, falta un problema por resolver consistente en cómo recibirá Creusa la noticia de que Juto tuvo un hijo fuera del matrimonio y que ahora será el heredero al trono. Cuando Creusa se entera enfurece, sin embargo, piensa que es el momento de liberar su culpa y remordimientos de conciencia por haber abandonado a su hijo quien seguramente murió al instante del abandono. La culpa la liberará diciéndole a su esposo la verdad y este ya no tendrá autoridad moral para juzgarla siendo que él también procreó un hijo fuera del matrimonio, pero no, al final dictaminó que haría lo siguiente; asesinar al hijo de su esposo para que no se quedara con el trono de su familia.

El lector ya habrá percibido que Apolo sigue engañando y que ION no es hijo de Juto, al contrario, es el verdadero hijo de Creusa y del mismo Dios embaucador. Apolo pretendió seguir ocultando su pasado y al otorgarle un padre a su hijo creyó que se liberaba por siempre de ese pasado bochornoso, empero, los que hacen el mal tarde o temprano lo terminan pagando, y con la firme resolución de Creusa de asesinar a ION, Apolo se vio obligado a intervenir para evitar una tragedia mayor. Hablando de tragedia en el sentido esencial del género, lo normal hubiese sido que ION muriera por el veneno que Creusa le hizo poner en su copa, cosa que se descubrió a tiempo, y cuando se dio este descubrimiento ION ordenó la muerte de Creusa, con este hecho también hubiese concluido la historia en una verdadera tragedia. Nada de esto pasó.

Lo que sucedió fue que en los momentos cumbres de posibles fatales desenlaces intervino la Diosa Atenea. Esta Diosa con pruebas le demostró a ION que Creusa era su madre; el final es feliz, madre e hijo se abrazan, se perdonan, saben que ambos han sido víctimas del caprichoso Dios Apolo, y Atenea les auguró algo más, les dice que en los mortales no todo puede ser sufrimiento, que también hay esperanza y buenos momentos, ya que ION se casará y sus hijos fundarán reinos, pero para lograr esos destinos se tiene que seguir mintiendo un poco: Atenea: “Conque ahora oculta que es hijo tuyo a fin de que Juto conserve feliz su creencia y tú, mujer, te pongas en camino con lo que amas.”

Tal vez, lo trágico del mensaje de la obra estriba en que no hay felicidad plena, y que, para vivir y sobrevivir, en unas ocasiones mentiremos y en otras seremos víctimas de las mentiras. Aun así, estos son melodramas que vivimos día a día…

 

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[1] https://puntoyaparteonl.com/2023/02/28/euripides-en-el-mes-internacional-del-teatro-i/

[2] Para escribir el presente trabajo leí la tragedia en la edición de la Biblioteca Clásica de Gredos. En esta obra el estudio introductorio y la traducción son del catedrático de Filología Griega de la Universidad de Granada José Luis Calvo Martínez.