Cartas a la redacción:
Negligencia. Nos comentan que en el Instituto son ya más de 40 trabajadores que han dado positivo de COVID 19, incluso en un acto de negligencia, un supervisor con una enfermedad crónica, fue obligado a ir a supervisar una obra, este supervisor se puso mal y estuvo muy grave, pues hasta en el hospital fue a parar, cuando por ley, esta persona no debió ser obligado a ir a trabajar, pero en el instituto, eso al director Ricardo García Jiménez y el subdirector administrador no les interesa y sus negocios, que en un futuro destaparemos, continuado con la negligencia en el IEEV, perpetrado por el estulto director, quien primero cometió la NEGLIGENCIA de no enviar la lista del personal del instituto a la SEV.
Para que estos fueran considerados y poder recibir la vacuna, cuando los trabajadores reclamaron su derecho, este negligente personaje, solo se burló y decir que se le olvidó enviar la lista y todos en algún momento se enfermaría de COVID.
El instituto, por órdenes del director, es el único órgano de la SEV y del Gobierno que labora todos los días y con plantilla al full, sin tener las medidas de sanidad, ni siquiera la sana distancia entre compañeros, de ahí el alto número de contagiados. Es sabido que ha amenazado a los trabajadores con despedirlos, diciéndoles “el que no quiera ir a trabajar, aún exponiéndose a salir positivo, será despedido de forma inmediata”.
Corrupción; es tanta la corrupción de este personaje, Ricardo García Jiménez, que en el primer año de estar al frente del instituto, ha hecho negocios, dando obra y pidiendo el 20 por ciento de moche, obteniendo a los pocos meses una caminera de lujo de la marca sorento con valor de más de 700 mil pesos y otro auto de la marca Nissan, 2 terrenos en un fraccionamiento de lujo, en uno de ellos ya está construyendo una residencia, todo esto con la complicidad de sus subdirectores, Hugo Martínez Bouzas, Juan Martínez Ramirez, Óscar Hernández Vázquez y Carmelo Báez Sosa.
Cómo es posible que dicho personaje haya amasado tanta fortuna en menos de 3 años de gobierno, ya que cuando llegó no tenían nada, siendo un simple supervisor de Pemex que a duras penas tenía para comer.
Amoríos; como bien dice la frase las paredes oyen, dicho a sus amigos, este personaje Ricardo García Jiménez se jacta de presumir a sus “amiguitas cariñosas” en reuniones y cenas, el dice decir tener a un par de amiguitas cariñosas en el instituto, incluso, a una de ellas conocida como “Karlita”, ya le puso casa y le compró una camioneta blanca del año, de la marca Mazda CX5, esta jovencita que estaba en dirección, pero fueron las constantes peleas que tuvo con la aún esposa del director, que éste se vio forzado a comisionarla o ponerla de aviadora para no estar físicamente en el instituto y ya no se dieran esas bochornosas peleas que hasta los trabajadores y peor, los contratistas se daban cuenta.
La segunda involucrada en este tema es una mujer, quien es jefa de departamento dentro del instituto, está mujer se dice ser íntima amiga del director Ricardo García Jiménez y debe ser, ya que él ha la ha mencionado en sus “reuniones y cenas” con altos funcionaria de la SEV.
Esta mujer de nombre Astrid no conocemos sus apellidos, tuvo una fuerte pelea con la ya mencionada Karlita, en un día laboral, tuvieron una bochornosa pelea y tal cual dos gatas en celos se disputaban la silla de primera dama del instituto, esto teniendo de testigos a personal del instituto y de un contratista del instituto, esta mujer de nombre Astrid es la encargada de los proyectos personales y laborales del director Ricardo García Jiménez.