Elecciones municipales 2025. Xalapa, la oclocracia.

’29/05/2025’
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’29/05/2025’

“La corrupción desmoraliza y es lo peor que le puede pasar a una sociedad”. 

 Adela Cortina

 

Veracruz 2025, año de elecciones, momento donde la vida política de las municipalidades enfrentan la oportunidad de recomponer sus derivas, de fortalecer los triunfos o fracasos obtenidos al fin de administraciones que, en muchos casos, son lejanas de mayorías cada vez más indiferentes de los quehaceres públicos. Los gobiernos “más cercanos” ahora resultan más distantes y poco reconocidos por sus electores. La desesperanza respaldada por el” todos son iguales”, implica que al final del día los grupos interesados en tener los poderes locales simplemente establezcan sus campos de batalla en los solitarios parajes del abandono social.

Los datos son durísimos, la organización civil Data Cívica, de acuerdo con “votar entre balas” presenta que, del 7 de noviembre del 2024 al 6 de mayo del 2025, se han registrado 12 víctimas de asesinato, número que se ha acrecentado en asesinados posterior a esa fecha y los números sobre violencia no homicida, de afectados,  también ha crecido de manera tal, que las renuncias de candidatos a los diferentes cargos superan los 500 y las solicitudes de protección de candidatos a la fecha son más de 110. En función de lo anterior, preocupa la negación y abandono del gobierno estatal ante la presencia sistemática de las evidencias negativas que este proceso lleva, como sello ominoso de lo que vivimos.

Veracruz, a unos días de la elección, es la muestra palpable de la descomposición política y ética de la mayoría de las clases políticas nuevas y recicladas, presentando los peores comportamientos, con lo que parecen cancelarse quehaceres que den oportunidad a la discusión y a las propuestas que ciertamente se esperan y existen en diversos sectores sociales, que han sido superados por el ruido de una cotidianeidad pública hueca, vacía, inmediatista y violenta, atacando todo aquello que signifique frentes distintos a sus intereses.

212 municipios elegirán a 1,054 cargos edilicios, 212 presidentes municipales, 212 sindicaturas y 630 regidurías. Se elegirán en medio de un clima de violencia, de miedo, que en la “normalidad” de las elecciones locales, ahora se han significado más que nunca por su descarado tufo delincuencial. La pelea sin sustancia política ni propuesta, la desvergüenza clientelar como norma, las traiciones de posiciones cínicamente justificadas por la obligación de representar al pueblo, las cajas huecas de membretes partidarios. Los peor es que, todos los que sin duda lo ven, no les interesa que el estado y los municipios se estén cayendo a pedazos.

Los gobiernos que se van, de todos los colores, en amplio número, asumen que es como siempre, un año más de Hidalgo. De los 212 municipios, en su mayoría de Morena y aliados, algunos con más de una gestión, han dejado claro que eso de gobernar no les va bien, y han mostrado las incompetencias mayores, nombrándose como referentes de una transformación que no existe, envueltos en la soberbia que prometieron erradicar, realizando las peores prácticas administrativas, ineficientes, opacas, faltos de toda transparencia y llenas de corrupción.

Xalapa, la capital del estado  es una muestra viva de lo anteriormente dicho pero puede ser cualquier otro de los bastiones del oficialismo, Coatzacoalcos, Coatepec o Poza Rica por ejemplo, pero por espacio mencionemos a Xalapa como una de las joyas de la corona y porque precisamente se debate la continuidad de la “transformación por tercera ocasión consecutiva de un proyecto que a todas luces ha dejado claro el arribo de un morenismo referente oclocrático por excelencia.

Sin cortapisas, al paso del tiempo mostraron no solo la ignorancia escondida en los discursos, sino la verdadera cara de personas que llegaban al grito ruin de un pasado que claramente no se ha ido, sino que solo se cambió de color. “A mí pónganme donde hay” dicen los cínicos, que han perdido ocho años de apuesta social esperanzada para construir un mejor municipio y una mejor ciudad.

Sin proyectos estratégicos, sin planeación, sin voluntad de convocatoria a la incorporación de opiniones alternativas, niegan que gobernar requiere mucho pero mucho más que subordinación ofensiva a la cómplice idea de que son distintos y que la disciplina al rito transformador no alcanza para ser distintos, ni eficiente, ni mejores, ni a dar los resultados que se requieren ante los problemas que agobian.

Van, dicen, por el tercer periodo, enmarcados en el terror de los abandonos para la atención de problemas estructurales de la capital, como el agua, la movilidad, el incentivo económico, el desarrollo en salud o educación, en seguridad o protección civil. Van por la continuidad de una evidente y sucia gestión, donde la apuesta es que la corrupción existente desmoraliza a todos, donde  la realidad de los hechos muestra su ambición y descaro sin tener, hasta ahora, cobro alguno. Los hechos están allí,  calles sin necesidad de rehabilitarse y en perjuicio de verdaderos y urgentes requerimientos, rompiendo pavimentos buenos, allí Murillo Vidal como cereza, son muestras de una  impunidad que los solazan  sonrientes porque al final, la obra comprometida en este año se acordó en el 24 y no se le movió una coma, dirigiéndose desde la Secretaria de Gobierno, todos contentos y a votar por la continuidad.

DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA

Escalofriante la “magnanimidad” del impresentable y vulgar senador. Ominosos sucesos de los tiempos actuales.