El traidor del PAN y de Veracruz

“Tenemos que cuidar al partido, porque es el instrumento que elegimos para cuidar al país.” — Carlos Castillo Peraza.

 

Con el arranque y continuidad del proceso electoral concurrente más importante de la vida democrática de este país, los ciudadanos veracruzanos esperan con ansia conocer si se habrá de dar continuidad al proyecto deformador de la 4T o existirá la posibilidad de retomar otro plan político que le devuelva a la entidad el rumbo perdido.

Ante ello, es importante develar los entretelones de la política para comprender lo que en verdad está en juego, que no es poca cosa, pues el bien mayor se llama Veracruz.

Y es que, si no comprendemos que está en riesgo la posibilidad de permanecer inmersos en un régimen de partidos, donde la constitución crea pesos y contrapesos para el correcto funcionamiento del Estado, o transitamos al arriesgado territorio de los autoritarismos y centralismos, quizá no dimensionamos el peligro.

Algo muy grave está sucediendo en el Partido Acción Nacional (PAN), en este mismo espacio el pasado 22 de diciembre lo expusimos, bajo el título de “La encrucijada de Joaquín” https://indicepolitico.com/la-encrucijada-de-joaquin/ en el que exponíamos el extraño comportamiento de su dirigente Joaquín Rosendo Guzmán Avíles.

Y es que mientras los dirigentes del PRI y PRD, Marlon Ramírez Marín y Sergio Cadena Martínez anuncian el avance de la coalición, en el PAN, su líder emplea un doble discurso.

Así Guzmán Avilés, ante la sociedad asegura estar abierto al diálogo y a la construcción de la alianza, pero en privado, simplemente se cierra a la posibilidad, traicionando con ello, a su militancia, a su partido, y a Veracruz.

Se sabe que el personaje ha excusado mil y un pretextos para evitar llegar a un acuerdo en diversos municipios, en donde el principio fundamental es dar tránsito al partido con mayor posibilidad de triunfo para así sumar a las otras fuerzas políticas y arropar al candidato propuesto ex profeso para alcanzar la victoria.

Pero no, a las propuestas presentadas por los dirigentes del PRI y PRD en municipios como Perote en donde la mano la lleva el PRI, se niega y afirma que prefieren ir solos, en Acayucan, bastión del PRD, se cierra a respaldar al Sol Azteca, en Huatusco donde el PRI tiene mayor impacto, el Chapo dice no, en San Rafael donde el PRD es primera fuerza el oriundo de Tantoyuca se niega a ceder.

Injustificable más cuando PRI y PRD están dispuestos apoyar candidatos en ciudades donde el PAN es primera fuerza como Tuxpan y como Minatitlán en donde existe un pésimo gobierno de Morena lo que evidencia la intención de reventar la coalición tripartita.

Así la justificante dada por el líder panista evidencia la seria sospecha de que sus acciones son por encargo y confirma la incidencia e injerencia de Palacio de Gobierno.

Se sabe que, a la conclusión del pasado proceso electoral, Joaquín Guzmán Avilés dejó serios pendientes a su paso por la titularidad de la Sedarpa, renunciando anticipadamente por aferrarse a imponerse como líder del albiazul en Veracruz, bajo el pretexto de intentar acabar con el hegemonismo Yunista.

Versiones aseguran que fue ahí cuando Joaquín Rosendo vendió su alma al mismo diablo con tal de salvarse de posibles implicaciones judiciales por los pasivos o desvíos a su paso por la administración estatal yunista.

Y es que su visión es la típica del político caciquil que solo ve hasta donde la yunta le permite, pues todo parece indicar que fue intimidado y apretado desde la oficina del Secretario de Gobierno desde el principio de la administración Cuitláhuista.

Se afirma que inclusive el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador debió encargarse del asunto durante una de sus recurrentes visitas a la entidad, precisamente a la región donde el Chapo se dice fuerte – La Husteca-, pues la prospectiva que tenían los colocaba en franca desventaja si un escenario como estos se presentaba.

Así la instrucción vino directamente desde México, se debe cooptar al PAN y que mejor que Joaquín para ello.

Acostumbrado a traicionar su palabra, Joaquín ha hecho pactos desde tiempos de Fidel Herrera –otrora poderoso gobernador de Veracruz- con quien sea, en su afán de ganar él y no su partido político.

Pero peor aún, sin entenderlo, Joaquín condena con sus acciones su propio futuro político, pues ha quedado comprobado que con quienes ahora aparentemente se ha aliado, no son de fiar.

Y lo más grave, apuesta el futuro de los veracruzanos por afanes e intereses personales.

Cabe recordarle al otrora ufanado líder albiazul que el que pierde con este rompimiento es el PAN.

Quizás a Joaquín y tal vez no sepa o no recuerde, pero gracias a la alianza con el PRD en el 2018, el PAN ganó Córdoba, Tuxpan, Cosamaloapan, Tres Valles y muchos municipios por diferencia de mínima con los votos que le aportó el Sol Azteca.

En el 2007, el cacique de Tantoyuca perdió su municipio, por menos 1,000 votos que cualquier alianza se los hubiera aportado y aun cuando en aquel momento el PAN era gobierno federal.

Hoy parece que su arrogancia y entreguismo lo puedo hacer morder el polvo, es en la antesala de hacerse dueño absoluto del PAN o irse por la puerta de atrás, si le va mal en estas elecciones el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN puede convertir su Comité en Delegación y por supuesto que él no sería el delegado, ni nadie de sus cercanos.

Las historias son muchas como una coalición al PAN lo fortalece.

En el año 2000 pierde el municipio de Poza Rica por menos de 100 votos con el PRI. En 2004, en Córdoba pierde por menos de 400 votos contra el PRI. En Veracruz Puerto 2007 pierde con el PRI por menos de 1,000 votos. En Veracruz Puerto 2010 pierde con el PRI por menos de 160, ganó en ese momento Carolina Guiño y así historias como estas que o no recuerda o no sabe.

¿Qué dirá la dirigencia nacional del PAN encabezada por Marko Cortés de todo esto?, ¿qué dirán los panistas notables?, ¿qué dirá su militancia? que comprende plenamente que en este momento de encrucijada nacional y estatal la prioridad fundamental y primaria es México y Veracruz, de tan burda y triste acción, que coloca al albiazul en la remota posibilidad de volver a ser gobierno.

Ojalá las y los panistas se vuelquen a exigirle respuestas a tan bizarro dirigente, que con el simple hecho de jugar su doble juego traiciona a Veracruz.

 

Al tiempo.

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