* Lo mantiene en la Ciudad de México para sus “viajes” a la misma
* Puerto de Veracruz, controlado por el CJNG: Congreso de EEUU
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
José Luis Lima Franco, el titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno del estado de Veracruz, prácticamente ya aceptó ser el dueño de un automóvil con un costo de mercado de cerca de 5 millones de pesos, un Ferrari modelo Roma.
El señalamiento se le hizo desde hace varios días y no lo ha desmentido.
En este caso, lo que procede, es el dicho de “quien calla, otorga”, porque acepta que el señalamiento es verdad.
La versión difundida es que el vehículo incluso es “rojo Ferrari” y que se encuentra guardado en una mansión por el rumbo de Polanco, a donde llega el titular de la Sefiplan cuando viaja a la capital del país y toma su auto para salir a presumirlo y lo vuelve a guardar, para que no se dañe.
Lima Franco prácticamente aceptó poseer el vehículo. Si fuera así, ¿cómo pudo haber conseguido el dinero para pagarlo, si su sueldo neto es de 56 mil 801 pesos con 96 centavos, según la tabla de nómina que aparece en la Sefiplan al primer trimestre de este año.
El auto, en su versión más modesta, se cotiza en alrededor de 225 mil dólares, que a un tipo de cambio de 20.50 pesos por dólar equivale a 4 millones 612 mil 500 pesos.
Con este monto, Lima Franco necesitaría juntar lo equivalente a su sueldo de 81 meses y 6 días para poderlo pagar.
Pero si el año sólo tiene 12 meses, significa que el auto cuesta lo equivalente a 6 años y 9 meses.
Ni juntando todo todo su sueldo en el sexenio de Cuitláhuac García le alcanzaría para adquirir un auto como éste.
Entonces, de ser propietario de un vehículo de éste tipo, ¿de dónde salió el dinero?
En Sefiplan, al igual que en todo el gobierno de Cuitláhuac García, prevalecen las nada transparentes compras por asignación directa, sin licitación, las cuales siempre dejan un porcentaje para quien las autoriza, generalmente.
En Sefiplan además hay una total opacidad en cuanto al manejo de los créditos que constantetemente están pidiendo para la operación del gobierno del estado. La institución se ha negado, cada vez que se le solicita, a proporcionar el nombre las empresas que realizan la intermediación financiera para la obtención de los préstamos y de las comisiones que cobran por esta actividad.
Tan sólo eso debe de dejar decenas de millones de pesos en “moches”, si es que así ocurre.
Así pues, Lima Franco con su silencio acepta la posesión del automóvil.
Ni siquiera por prudencia se atrevió a negarlo.
Puede ser que Lima Franco haya mantenido silencio siguiendo un mal consejo, de que es lo mejor, lo cual podría funcionar bajo otras circunstancias, pero no en las actuales.
El señalamiento de que es propietario de un auto que está fuera de sus posibilidades como funcionario público, lo seguirá permanentemente, levantando cada vez que se maneje, la sombra de que no es un hombre impoluto en el manejo de los dineros públicos.
Y llevará a otra pregunta, inevitamente: Además del Ferrari de lujo, ¿qué otras propiedades o “guardados” de dinero tendrá Lima Franco?.
PUERTO DE VERACRUZ, CONTROLADO POR EL CJNG: CONGRESO DE EEUU
El puerto de Veracruz se encuentra controlado por el Cartel Jalisco Nueva Generación, de acuerdo con un informe del Congreso de los Estados Unidos, emitido apenas éste 7 de junio, vía su Congressional Research Service (CRS) «Servicio de Investigación del Congres», con el nombre “Mexico: Organized Crime and Drug Trafficking Organizations” (México: Organizaciones del Crimen Organizado y el Narcotráfico).
Ahí, de entrada anotan que: “Las organizaciones criminales transnacionales (TCO) mexicanas influyen significativamente en el narcotráfico en los Estados Unidos y representan la mayor amenaza del narcotráfico, según el informe anual de la, Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA), “Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas”.
En ese documento se reclama que los esfuerzos oficiales para contar con precisión a los desaparecidos han sido limitados y como ejemplo mencionan que en 2019, el gobierno de López Obrador estableció una Comisión Nacional de Búsqueda para evaluar el problema, pero que no ha presentado resultados significativos.
El documento menciona que el descubrimiento de nuevas fosas comunes continúa, pero no por la acción del gobierno, si no de los familiares de los desaparecidos, y pone como ejemplo que “en el estado de Veracruz, en la costa del Golfo, una gran fosa común fue descubierta en 2017 y contenía unos 250 cráneos y otros restos”; la fosa fue localizada gracias a una madre que buscaba a su hijo.
En ese documento, en específico, se anota que: “La batalla del CJNG para dominar los puertos clave en las costas del Pacífico y del Golfo le ha permitido consolidar componentes importantes de la cadena mundial de suministro de narcóticos. En particular, el CJNG mantiene un control informado sobre los puertos de Veracruz, Manzanillo y Lázaro Cárdenas, lo que le ha dado acceso al grupo a precursores químicos que fluyen hacia México desde China y otras partes de América Latina”.
Hasta ahora, en ningún momento, se ha hablado de intención alguna de desmantelar las acciones del CJNG o de otros grupos criminales, de los puertos de México; en específico del de Veracruz.
Tal vez no les alcanzan los abrazos para atender este problema.
¿O será que acaso que no es un problema para quien debería evitarlo?